Por Ronny Jimenez Diaz - Estudiante de la carrera de Administración de Empresas

¿Cómo incrementar la excelencia laboral de Costa Rica? ¿Cómo reducir el impacto de COVID-19 en la fluidez organizacional y socioeconómica del país? En una nueva normalidad donde las tendencias avanzan rápidamente y la sociedad busca reconstrucción, es importante analizar los factores que contribuyen a la reconstrucción de la sociedad. A manera que avanza la campana mundial de vacunación contra COVID-19 y cada industria retoma el ritmo de operaciones, podemos ver como cada vez más la sociedad busca incrementar el valor de su comunidad u organización de trabajo. Inclusión y diversidad, resiliencia, así como manejo de conflictos, no son únicamente aspectos claves para la reconstrucción de la sociedad. Sin embargo, nos preguntamos, ¿qué tanto debemos adoptar nuevas tendencias tecnológicas para lograrlo?

Hoy en día entendemos que la tecnología y metodología son medios de gestión efectivos personales y corporativos, pero medios poco útiles sin el factor humano. Como menciona Hagell, Jacobson y Brown (2019): A niveles fundamentales, la crisis de la pandemia está generando preguntas sobre cómo la arquitectura puede apoyar el crecimiento, sin embargo, hoy en día el enfoque verdadero es sobre la manera en que nos conectamos al capital humano a través de habilidades blandas y no respecto a estructuras ni arquitecturas.

Por este motivo es indispensable redireccionar esfuerzo e invertir en el desarrollo de habilidades como resiliencia, resolución de conflictos, manejo del tiempo, entre otros, que nos permiten ser mucho más competitivos laboral y socialmente, a medida que vamos aprendiendo cómo luce la nueva normalidad.

La Encuesta Global Millenial 2020 de Deloitte demostró que: Los Millennials y Generación Z representan el 35% y el 24% de la fuerza laboral actual a nivel mundial y, a pesar de la presión efectuada por la pandemia (…), dichas generaciones disminuyeron sus niveles de estrés incluso después del ‘pico esperado’. (Hagell, Jacobson y Brown, 2019)

Dicho estudio revela que generaciones más recientes, que han crecido con la tecnología, han entendido que la flexibilidad y adopción de nuevas tendencias pueden favorecer el medio que los rodea.; por ende, se puede entender a grandes rasgos que hayan logrado una curva de adaptación mucho mejor que generaciones anteriores. Es por esto que, hoy más que nunca, la tecnología y la adaptabilidad al cambio son factores de suma importancia en nuestro país, para poder contender por un mejor retorno de inversión, por ejemplo, los respiradores del TEC. Como explica el Dr. Jesús Morgan Asch (2019): Se considera que, para 2020, un 35 % de las habilidades claves en el mundo laboral actual habrán cambiado. Esto por cuanto las tecnologías disruptivas cambiarán las formas de hacer las cosas, tanto en el entorno laboral como en el empresarial, al aplicar y converger tecnologías como la automatización, la robótica, la impresión 3D, Internet de las cosas, el blockchain, la inteligencia artificial, la nanotecnología y otras.

La respuesta al balance la encontramos en la capacidad individual y colectiva con la que nuestro país sigue avanzando en la re-apertura del comercio por medio de plataforma sin contacto, compras en línea y hasta educación virtual mientras mantiene restricciones de salud. Esta es evidencia clara de cómo, por medio de la tecnología actual, logramos avanzar; de otra manera no sería posible.

¿Podemos entonces alcanzar un balance entre tecnología y habilidades blandas? El humano se caracteriza por ser un organismo de prueba y error. Más allá de una fórmula, la respuesta radica en cómo la sociedad solventa las necesidades básicas de atención a los demás por medio de las habilidades blandas, y cómo se genera el procesamiento de los datos. Si bien, las habilidades blandas son críticas para la reconstrucción del futuro, está claro que no son de mucha utilidad si no somos capaces de reconocerlas y accionarlas. Entendemos que es indispensable el poder complementar el crecimiento personal ya obtenido para influenciar a otros que no solo son parte del medio, sino que tienen impacto significativo en nuestra sociedad colectiva. Se concluye que para el éxito laboral, social y nacional es indispensable desarrollar habilidades blandas; sin embargo, las habilidades existentes o nuevas no sirven de mucho si no incorporamos las tendencias mundiales y todos los beneficios asociados.

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.

Referencias bibliográficas:
  • Hagell, J., Jacobson., S. y Brown, J. S. (2020, junio). New architectures of resilience Are you heading for a restart or a new start? Deloitte Insights https://www2.deloitte.com/global/en/insights/economy/covid-19/post-covid-restart-or-new-start.html
  • Morgan Asch, J. (2019, febrero). La resiliencia: habilidad esencial para hacerle frente a la cuarta revolución industrial. Universidad Fidélitas, 11 (1). https://www.google.com/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=&ved=2ahUKEwi355uI2d3uAhXl1FkKHcdUCAoQFjARegQIDxAC&url=https%3A%2F%2Frevistas.uned.ac.cr%2Findex.php%2Frna%2Farticle%2Fdownload%2F2970%2F3880%2F&usg=AOvVaw3gMG0tCnuEq4xhQHiiEcyV