Según el Ministerio de Salud de Gaza, desde el 7 de octubre del 2023, 21.731 palestinos, entre ellos 8,697 niños y 4,410 mujeres, han fallecido.  Y el número de víctimas civiles aumenta con cada día que pasa. Toda esta violencia y sufrimiento ha ocurrido en tan solo 90 días. Para poner estas cifras en perspectiva, la guerra en Ucrania ha dejado 10,700 civiles muertos, después de casi dos años de guerra.

Israel ha atacado a escuelas manejadas por la ONU, campos de refugiados, hospitales, mezquitas, iglesias, tanques de agua, panaderías y hasta ambulancias. Además, Israel no permite que entre ni agua ni comida ni medicina, poniendo así a la población entera de 2 millones de personas en riesgo de enfermedades y hambruna.  Un reporte de la ONG Euro-Mediterranean Human Rights Monitor sobre lo que está ocurriendo en Gaza, declara que “Israel está cometiendo crímenes de genocidio y está claramente violando los principios de la ley humanitaria internacional y las reglas de guerra".

Las imágenes, si uno toma el tiempo y fuerza de voluntad de verlas, son desgarradoras y es tan extrema la violencia y destrucción en Gaza que el país de Sudáfrica ya ha iniciado un juicio en contra de Israel por el crimen de genocidio con la Corte Internacional de Justicia. Es seguro que la Corte va a pronunciarse en contra de los ataques a civiles por parte del ejército israelí.

Viendo desde afuera, parece que Israel no va a detener sus ataques en contra del pueblo palestino y uno podría desesperarse frente a tanto descaro por parte de las autoridades israelíes. Sería lógico pensar que nada ni nadie los puede parar a los israelíes.  Pero, en realidad, hay un eslabón débil en la campaña de limpieza étnica que quiere realizar el Estado de Israel y eso es su gran dependencia del apoyo militar de los Estados Unidos de América.

Actualmente, Estados Unidos da 3,8 mil millones de dólares en ayuda militar anualmente a Israel y se ha comprometido reponer las municiones que Israel gasta durante su ataque en contra de Gaza. Para poner esa cifra en perspectiva, el año pasado Costa Rica pagó casi lo mismo, 3,96 mil millones de dólares, en los intereses de su deuda externa.

Pero ese apoyo militar de los Estados Unidos se puede detener si el país siente la presión internacional. Y esa presión al gobierno de los Estados Unidos se puede ejercer por medio de acciones en contra de las corporaciones estadounidenses que al fin y al cabo determinan las políticas de ese país.

En Costa Rica hay muchas corporaciones estadounidenses que operan localmente y que también operan en Israel y son susceptibles a la presión de un público que no quiere que sus compras estén siendo utilizadas para apoyar bombardeos indiscriminados, limpieza étnica y seguramente hasta el genocidio ya denunciado ante la Corte Internacional de la Justicia en La Haya.

Así que todas las personas tenemos una responsabilidad para exigir el cese inmediato del ataque israelí en contra de Palestina. Es sencillo realmente. Cerrar nuestro bolsillo a empresas estadounidenses que hacen negocio con Israel y dar oído sordo a la embajada de Estados Unidos de América cuando hace pronunciamientos vacíos e hipócritas sobre la “democracia” y “respeto a los derechos humanos”. Ya es hora de actuar porque la muerte y sufrimiento del pueblo de Palestina aumenta con cada día que pasa.

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