En el actual escenario mundial, la producción de los chips más avanzados se ha convertido en un punto crucial para el desarrollo tecnológico global. Sorprendentemente, es una pequeña isla en el Pacífico, Taiwán, la que ostenta el título de producir los microchips más avanzados. Sin embargo, detrás de este logro tecnológico se esconde una compleja trama geopolítica que amenaza con desencadenar consecuencias significativas para el avance tecnológico y la estabilidad mundial.

Estos diminutos, pero vitales, componentes son la columna vertebral de la tecnología moderna, utilizados en una amplia gama de productos, desde la electrónica de consumo hasta la inteligencia artificial y la industria armamentística, en donde un faltante de ellos puede tener consecuencias que van más allá de las simples dificultades logísticas.

La mirada agresiva de China hacia Taiwán, que la considera una provincia rebelde, plantea un riesgo inminente para la estabilidad de la cadena de suministro de chips. La amenaza de una intervención militar por parte de China no solo pone en peligro la seguridad de Taiwán, sino que también genera una sombra sobre el suministro mundial de chips. Dada la dependencia cada vez mayor de estos componentes en productos de consumo y tecnología, la situación en Taiwán se ha vuelto crucial para el desarrollo tecnológico global.

En este contexto, Estados Unidos, tras la pandemia y las crecientes tensiones y rivalidades con China y en busca de “desacoplar” su economía del gigante asiático, está tomando medidas estratégicas. La reubicación de la producción a países aliados y cercanos se ha convertido en una respuesta clara a la necesidad de garantizar la seguridad y la estabilidad en la cadena de suministro de chips. Este movimiento por parte de Estados Unidos no solo busca reducir la dependencia de China en este ámbito crítico, sino también que esta tecnología tan esencial le sea más inaccesible y retrase su desarrollo económico y militar.

Es en este punto que Costa Rica emerge como un actor potencialmente beneficiario ante esta coyuntura geopolítica. Su posición geográfica estratégica, su estabilidad política, talento humano y su experiencia positiva con Intel y otras empresas transnacionales instaladas en el país son factores que hicieron que el pasado año 2023 se designara a Costa Rica como uno de los socios estratégicos en el mercado de los semiconductores, mediante la ley de chips y ciencia, que pretende producir los chips tan esenciales en países cercanos y amigos conocidos con los términos “Nearshoring” y “Friendshoring”.

Costa Rica se enfrenta a una oportunidad única con la Ley Chips y Ciencia para impulsar su industria de chips. En este contexto, es crucial analizar cómo el país puede maximizar los beneficios de esta legislación y crear condiciones propicias para el desarrollo de la industria de semiconductores.

¿Cómo puede Costa Rica aprovechar al máximo la Ley Chips y Ciencia y crear condiciones favorables para impulsar la industria de chips en el país?

Desarrollo de Talento

El impulso de la industria de chips en Costa Rica requiere una sólida base educativa. Establecer relaciones estrechas entre universidades y empresas del sector es clave. La creación de alianzas permitiría a los estudiantes acceder a instalaciones de vanguardia, maquinaria y materiales. Implementar programas de prácticas vinculados con la industria garantizaría que los estudiantes desarrollen habilidades prácticas alineadas con las necesidades reales del sector. Esta colaboración no solo beneficia a los estudiantes, sino que también proporciona a las empresas el talento necesario que es muy calificado y difícil de conseguir. Por otro lado, el estado debe producir cada vez más profesionales en las áreas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas por sus siglas en inglés) para proporcionar ese talento humano tan necesario.

Infraestructura

La mejora de la infraestructura es clave para garantizar el éxito de la colaboración en el sector de semiconductores. Esto implica la expansión y modernización de puertos, aeropuertos y carreteras para facilitar el transporte eficiente de materias primas y productos terminados. Una logística eficiente reducirá los tiempos de entrega, mejorará la competitividad y garantizará la confiabilidad en la cadena de suministro. Además, la conectividad digital y la energía confiable son componentes esenciales para el funcionamiento continuo de las plantas de fabricación.

Construcción de un ecosistema

Costa Rica debe centrarse en la creación de un ecosistema robusto que incluya desde proveedores locales de materiales hasta empresas especializadas en diseño y fabricación de chips. De esta forma, permitirá a Costa Rica tener una ventaja competitiva respecto a otros países e insertarse en las cadenas globales de valor de los semiconductores.

Costa Rica se encuentra en un momento crucial, donde la Ley de Chips y Ciencia puede ser la clave para traer desarrollo y prosperidad. Es momento que se tenga una visión país y se implementen medidas estratégicas enfocadas en el desarrollo de talento, mejora de la infraestructura y construcción de un ecosistema robusto para lograr y establecer esta industria. El país tiene la oportunidad de seguir los pasos de Taiwán y convertirse en un actor destacado en la producción de chips.

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