Por Diana Arce Rodríguez – Estudiante de Ingeniería Química Industrial
Las necesidades energéticas del planeta, según Severiche y Acevedo (2013), son satisfechas hasta en un 90% con el uso de combustibles fósiles (petróleo, gas licuado de petróleo, carbón), todos extinguibles en un futuro cercano; además de ser fuertemente contaminantes, son utilizados de forma ineficiente. Al buscar opciones alternativas de origen renovable y al mismo tiempo disminuir los gases de efecto invernadero provenientes de la descomposición de desechos orgánicos hacen que el biogás se vea como una opción prometedora para lograr sustituir estos combustibles, que son utilizados en la actualidad y que en algún momento desaparecerán, así como la valorización energética de residuos orgánicos en zonas urbanas rurales y agroindustriales. El biogás se ve como una buena alternativa debido a que presenta una disponibilidad energética descentralizada, lo que significa que su producción es posible, siempre y cuando existan fuentes de origen orgánico.
El biogás se obtiene de una generación anaeróbica de metano, anhídrico carbónico, ácido sulfúrico y siloxanos, por medio de la descomposición de desechos orgánicos. Ponce (2016) menciona que este está compuesto de metano 60%, anhídrico carbónico 35%, de vapor de agua 4%, H2S 1% y trazas de otros hidrocarburos. Para darle un uso adecuado a este biocombustible es necesario eliminar el CO2 debido a que este no es un combustible y es tóxico, al igual que el H2S, y además es corrosivo para metales. Debido a lo mencionado anteriormente, es necesario purificar el biogás, para lograr una buena eficiencia del generador y por salud de las personas. Esto es lo que puede parecer más complicado del proceso, sin embargo, no tiene gran complejidad ya que existen diversas investigaciones de biodigestores implementados donde no requieren de tanta inversión.
Un detalle a tener en cuenta es que para purificar el gas en instalaciones pequeñas no es necesario contar con equipos de alto costo ni tan sofisticados. Sin embargo, en instalaciones industriales sí se requiere de purificadores acorde al volumen de producción deseado. Un factor a tener en cuenta para una buena efectividad es el monitoreo de la temperatura y que esta se mantenga en un rango de 20 °C a 40 °C. De acuerdo con Ávila, Campos, Brenes y Jiménez (2017), estos parámetros dependerán del diseño del biodigestor que se implemente.
La libre disposición de estiércol de ganado en el campo o su tratamiento inadecuado lo convierte en una fuente de contaminación ambiental y en un foco infeccioso para seres humanos, puesto que propicia el desarrollo de vectores de enfermedades. La aplicación del estiércol fresco o seco como fertilizante no es bueno para la agricultura; además, esta práctica no es recomendable por el peligro de contaminación que puede significar la infiltración de materia orgánica sin digerir para el manto freático o los cursos de agua (Severiche y Acevedo, 2013). Según se estima, en el mundo se producen 1600 millones de toneladas por año de residuos orgánicos, los cuales son perjudiciales para el medio ambiente y generan gran cantidad de gastos a la hora de desecharlos, se calcula que estos costos mundialmente tienen un mercado anual de 100 000 millones de dólares. En un estudio realizado por Giubi, Bernal y Cañete (2019) indican que, con un aproximado de 22077±780 kilogramos al mes de residuos orgánicos, se logra obtener 1485± 61 litros de
biogás. Con la producción de biogás resultante, se podrían ahorrar ₡370 427,35 en forma mensual, lo que corresponde a unos ₡4 445 128,25 anuales.
El darles un uso a estos residuos orgánicos para la producción de biogás puede significar una gran ayuda para el medio ambiente y para el bolsillo. Tal como se detalló anteriormente se logra un gran ahorro y un descanso al medio ambiente ya que no debe descomponer estos residuos ni recibe un gran daño a causa de estos. Es importante la implementación de biodigestores ya sea de forma comunitaria o industrial; su proceso no es de gran complejidad mientras se haga un buen diseño del equipo y se monitoreen todas las variables que permiten su buena eficiencia.
MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas. Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.
Referencias bibliográficas:
-
Ávila, M., Campos, R., Brenes, L. y Jiménez, M. (2017, 21 de noviembre). Generación de biogás a partir del aprovechamiento de residuos sólidos biodegradables en el Tecnológico de Costa Rica, sede Cartago. https://www.scielo.sa.cr/pdf/tem/v31n2/0379-3982-tem-31-02-159.pdf
-
Giubi, J., Bernal, M. y Cañete, F. (2019, diciembre). Producción de Biogás a partir de residuos orgánicos generados en el Hospital de Clínicas: Un estudio preliminar. Scielo. http://scielo.iics.una.py/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1816-89492019000300053
-
Ponce, E. (2016, 30 de agosto). Métodos sencillos en obtención de biogás rural y su conversión en electricidad. Scielo. https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718- 34292016000500002
-
Severiche, C. y Acevedo, R. (2013). Biogás a partir de residuosorgánicos y su apuesta como combustibles de segunda generación. ResearchGate. https://www.researchgate.net/publication/317418769_Biogas_a_partir_de_residuos_organicos_y_su_apuesta_como_combustibles_de_segunda_generacion