El presidente (speaker) de la Cámara de los Comunes de Canadá, Anthony Rota renunció este martes luego que la cámara baja del parlamento canadiense ovacionara la semana pasada al ucraniano Yaroslav Hunka, combatiente en el bando de la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial, en el marco de la visita del presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski al país.

"Con gran pesar informo a los diputados de mi dimisión como presidente de la Cámara de los Comunes", dijo Rota durante su intervención en la Cámara, antes del inicio del periodo de preguntas diario al Primer Ministro.

El trabajo en esta Cámara está por encima de todos nosotros, y por eso debo dimitir.

La renuncia de Rota entrará en vigor a última hora del miércoles dando así tiempo para preparar la elección del encargado de sucederle en el puesto. Hasta entonces, corresponde a los vicepresidentes (deputy speakers) de la Cámara supervisar las sesiones y deliberaciones de la Cámara de los Comunes.

La renuncia de Rota se produce después de haber recibido críticas por parte de todas las formaciones parlamentarias y de que incluso la ministra de Exteriores, Mélanie Joly, apuntara horas antes que su dimisión era la respuesta "correcta" al desafortunado homenaje.

Con motivo de la visita del presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski a Ottawa, el Parlamento canadiense homenajeó el viernes al anciano Hunka, quien durante la Segunda Guerra Mundial formó parte de la 14ª División de Granaderos Waffen SS, también conocida como 'Galitzia', una unidad voluntaria que estaba bajo el mando del cuerpo de combate de élite de las Schutzstaffel y que tenía como objetivo luchar contra la Unión Soviética.

La polémica provocó que Rota saliera al paso para disculparse por lo ocurrido, retractarse de sus palabras de elogio a Hunka y tratar de eximir de responsabilidad a cualquier otro miembro del Parlamento. El primer ministro, Justin Trudeau, por su parte, también ha lamentado lo ocurrido.

El reconocimiento a Hunka no solo ha despertado las críticas a nivel nacional, sino que desde Polonia han criticado lo ocurrido e incluso han anunciado la puesta en marcha de los trámites para la extradición del anciano ucraniano para determinar si cometió crímenes contra la nación polaca y los polacos de origen judío.

Las autoridades rusas, por su parte, han aprovechado la ocasión para criticar no solo al ya dimitido Rota, sino también a las autoridades y el Ejecutivo canadiense, a los que acusan de cierta connivencia con el nazismo.

Con información de Europa Press.