Por Saudade Murillo Marín - Estudiante de la carrera de Mercadeo y Medios Digitales

¿Por qué asisten los estudiantes a la universidad? Normalmente se interesan en la educación superior al tener el objetivo de iniciar una trayectoria de formación integral y profesional. Los educadores tienen la responsabilidad de disponer conocimiento en las respectivas áreas académicas y de reflejar valores a través del ejemplo. No obstante, la educación y el desarrollo de cada estudiante se ven influenciados por la forma en la que el profesor demuestre su actitud e intenciones hacia los alumnos. Por ello, se evidencia que, en el ámbito de la educación superior, es fundamental que los profesores fomenten valores, ya que permitirá que los estudiantes se desarrollen como seres humanos y como profesionales integrales.

La ética laboral y la relación entre docentes y estudiantes son la base para fomentar un ambiente educativo positivo, ya que les permite a los estudiantes desarrollarse integralmente. A través de la interacción entre profesores y estudiantes, se fomenta el desarrollo moral de los individuos. Por medio de la regulación de emociones y pensamientos, el profesor puede atender situaciones inesperadas y permitir la participación de los estudiantes en la toma de decisiones que los involucra (Torres, 2006). Según González y Cardentey (2016), el profesor cumple una función de ejemplo a seguir en el ámbito profesional, brindando orientación y dirección a su formación, principalmente incorporando los valores. Por lo tanto, los educadores se pueden considerar referentes importantes para fomentar el desarrollo integral de un estudiante. A través de un estudio realizado por Inostroza et al. (2020), se concluyó que la ética profesional de un docente en educación superior se caracteriza por normas de comportamiento correcto, lo que consiste en aceptar un código ético fundamentado en reflexionar sobre la propia práctica con el fin de mejorarla.

Las expectativas de los estudiantes y de los profesores con respecto a las instituciones universitarias y del personal educativo evidencian que los estudiantes buscan aprender valores de su entorno educativo, así como los profesores pretenden reflejarlos. Según el estudio de Serna y Luna (2011), los profesores consideran que los valores de mayor importancia en la profesión docente son la integridad, la solidaridad, el profesionalismo y el respeto. Según la investigación realizada por Alonso (2019), los estudiantes esperan que el personal docente sea empático, respetuoso, abierto, y que escuche atentamente. Además, se pretende de la universidad, como institución educativa, que tenga la capacidad de propulsar el desarrollo de la “sensibilidad, la imaginación, el entendimiento y la razón” (Martínez et al., 2020).

A pesar de que los profesores cuentan con un extenso conocimiento a nivel profesional, los valores y actitudes al impartir las lecciones pueden representar antivalores que perjudican a los estudiantes. Los estudiantes consideran que los profesores no fomentan el diálogo e irrespetan la posibilidad de los estudiantes de ejercer autonomía (Barroso y González, 2018). En las instituciones educativas ha habido estudiantes que se expresan negativamente hacia sus compañeros y docentes. Dentro de esas actitudes se denotan las burlas, agresividad, e indiferencia (Molina y Pérez, 2006). Por lo tanto, al mostrar los estudiantes rechazo hacia la autoridad, los profesores deben ser capaces de restaurar el ambiente educativo, fomentando el respeto y la tolerancia.

El entorno educativo se compone de los estudiantes y docentes, así como de los valores que fomentan. Los estudiantes, al tomar la decisión de formar parte de una institución universitaria, pretenden aprender de sus líderes, el personal docente. La relación entre los estudiantes y los docentes varía dependiendo de las instituciones educativas. No obstante, los docentes son instruidos para brindar su mayor potencial en los espacios educativos, por lo tanto, depende de los estudiantes el aprovechamiento de la oportunidad de tener un profesor. Los educadores pueden influenciar trascendentalmente la vida personal de un estudiante. Asimismo, los estudiantes buscan tener una positiva relación con sus profesores en la que los valores se vean altamente reflejados.

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.

Referencias bibliográficas:
  • Alonso, P. (2019). El perfil del buen docente universitario según la valoración de alumnos de Magisterio y Psicopedagogía. Perfiles Educativos, 41(164), 65–81. https://doi.org/10.22201/iisue.24486167e.2019.164.58906
  • Barroso, J. M. y González, J. (2018). Perspectivas de estudiantes universitarios sobre autoridad, ética e ideología docente en Brasil. Perfiles educativos, 40(161), 69–86.
  • González, R. y Cardentey, J. (2016). Educación en valores de estudiantes universitarios. Humanidades Médicas, 16(1), 161–174.
  • Inostroza, L., Santander, V. y Severino, P. (2020). Ética y actitud hacia los valores que promueve la universidad. Revista Lasallista de Investigación, 17(1), 291–300. https://doi.org/10.22507/rli.v17n1a25
  • Martínez, C. M., Mejía, P. N., Bano, I. D., Echeverri, J. I., Vélez, L. F., Vélez, J. E. y Restrepo, M. (2020). Retos del profesor universitario: un rol que se re-configura permanentemente. CES Odontología, 33(1), 64–69. https://doi.org/10.21615/cesodon.33.1.8
  • Molina, N. y Pérez, I. (2006). El clima de relaciones interpersonales en el aula un caso de estudio. Paradigma, 27(2), 193–219.
  • Serna, A. y Luna, E. (2011). Valores y competencias para el ejercicio de la docencia de posgrado. Sinéctica, 37, 1–17.
  • Torres, M. R. (2006). El profesor universitario, un agente de desarrollo moral. Revista Ciencias de la Salud, 4(2), 103–109.