Hace más de quinientos años existimos, ya habitábamos esta tierra y desde entonces estamos intentando alzar la voz, pero seguimos siendo silenciados. En el año 2010 se enterró por completo el proyecto de Ley de Autonomía de Pueblos Originarios, lo que provoca que se tome la decisión de empezar las recuperaciones ya que el Estado nunca iba a reconocer los derechos de los pueblos originarios.

Así, en Salitre las recuperaciones iniciaron en el año 2011, principalmente por mujeres, a raíz de que participábamos en las reuniones de la Asociación de Desarrollo, siendo en ese entonces Sergio Rojas presidente, donde se recibían clases de derecho indígena, tema que desconocíamos, sobre todo mi familia y yo que crecimos fuera del territorio. Tanto así que cuando llegamos a Salitre, compramos un lote a una persona no indígena, pero no entendíamos cuando nos hablaban de invasores y de ser los indígenas los únicos dueños de Salitre.

Ahora comprendo que la recuperación de tierra es una reivindicación de todo el contexto del despojo cultural y espiritual que es la relación que tenemos con la tierra, que por años hemos sufrido. De ahí viene la violencia, pero antes quiero aclarar que las mujeres indígenas no somos violentas ni somos agresivas, solo defendemos el derecho indígena que por mucho tiempo se nos ha negado. Durante muchos años hicimos marchas, vigilias, manifestaciones con nuestros mayores y mayoras a San José, pero es en el 2010 que decidimos que no teníamos que ir a la ciudad porque donde teníamos que pelear y hacer valer nuestros derechos era dentro de nuestros territorios.

El proceso de recuperación se puede comprender por el hecho de que una persona no indígena se adueña de equis cantidad de tierra dentro de algún territorio indígena, por tanto, yo como persona indígena puedo recuperar dicha tierra. Pero esto no precisamente es por la fuerza o utilizando la violencia, ya que cuando Sergio Rojas era presidente de la ADI de Salitre, personalmente le hacía la notificación a la persona no indígena de que no tenía derechos a esa tierra y que debían desalojar. Anteriormente se hacían las denuncias por usurpación en la fiscalía de Buenos Aires, pero nos mandaban al Agrario, donde tardaba aproximadamente diez años, sin embargo, la magistrada Rocío Rojas, nos explicó que la usurpación es un delito por lo que corresponde a la parte penal y no agraria. Por lo cual ella misma se cuestiona: ¿qué pasa con los procesos penales de la Fiscalía, en términos de eficiencia y eficacia, de este órgano que pertenece al Poder Judicial? Es preocupante el servicio público que brinda el Poder Judicial a los pueblos originarios. Por lo que la vía más próxima para hacer valer nuestros derechos es a través de las recuperaciones.

Estas se han hecho principalmente cuando los usurpadores/invasores no viven dentro del territorio. Una vez que se les notifica o hacemos una denuncia, ellos ponen a un peón al mando de la finca, hacen una contrademanda, piden medidas de protección, presentan interdictos en contra de las personas indígenas recuperadoras, incluso se reúnen entre todas las personas no indígenas que son invasores de los territorios para actuar en contra nuestra. Dado que estas personas no siempre atienden la solicitud de desalojo, nosotras las personas indígenas ingresamos a las tierras aun con estas dentro y hacemos una demarcación del terreno. Además, hay quienes les toca convivir por largos periodos con estas personas no indígenas, puesto que hay resistencia a salir.

Por esto surgen conflictos muchas veces con uso de la violencia de todo tipo. Se dan muchos casos de agresión hacia compañeros, porque no solo participamos las mujeres, también están nuestros hijos, hermanos, esposos. Hay un caso de un compañero que fue herido de bala en ambas piernas y está marcado (con un fierro para ganado). A pesar de que él hizo la respectiva demanda, la persona culpable sigue en libertad viviendo en el mismo territorio, ya que se apela a que el suceso se dio en la oscuridad y aunque la víctima logró identificar a su agresor no es prueba suficiente. Esto se dio en dos ocasiones diferentes y este mismo agresor tiende a molestar a quienes nos encontramos en las recuperaciones.

Texto a partir de la exposición del foro “Mujeres en defensa de los territorios indígenas: vivencias y denuncias” realizado en Auditorio de la Facultad de Ciencias Sociales el 8-3-23.

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