El Hospital de Niños es una institución emblemática. Creo que muchos de nosotras y nosotros de una u otra manera tenemos que estar agradecidos por la atención que ha recibido alguno de nuestros hijos o hijas, nietas o nietos, en ese centro médico. Su característica principal: el trato con amor hacia nuestros pequeños y pequeñas.
Y para hacer mejor su trabajo, para que este importante centro de salud especializado en la niñez siga a la vanguardia, se planeó la construcción y equipamiento de La Torre de la Esperanza, con el fin de atender pacientes en cuidados críticos. Una lucha que inició desde el año 2005.
Sin embargo, hoy, La Torre de la Esperanza, cuyo costo es de 152 millones de dólares, se encuentra en peligro.
El Ministerio de Hacienda ha puesto en riesgo el proyecto, que supondría el ofrecimiento de servicios de cuidados intensivos neonatales y polivalentes pediátricos, así como de cuidado integral de la niñez con quemaduras, y el abordaje y estabilización del paciente crítico y de emergencia.
A partir del 2020, se empezó a registrar una disminución significativa de los recursos que por la Ley 8783, le corresponden a la obra.
El artículo 3 de esta ley dispone que el 0,78% de los recursos del Fondo de Desarrollo Social y Asignaciones Familiares (Fodesaf) se destinarán al financiamiento, la construcción y el equipamiento de La Torre de la Esperanza del Hospital de Niños.
Sin embargo, resulta que, de 5.216 millones de colones en 2019, se pasó a girarse únicamente 1.557 millones de colones, al año siguiente.
El problema se agravó entre el 2021 y 2022, cuando los recursos cayeron drásticamente, para transferirse tan solo 500 millones de colones por año, en un claro incumplimiento de la ley. La Torre de la Esperanza dejó de percibir un total de 8.846 millones de colones.
En el Presupuesto Ordinario de la República para el 2023, nuevamente el Poder Ejecutivo incluyó solamente 500 millones de colones que, de no subsanarse mediante un presupuesto extraordinario, estaría contraviniendo una vez más la normativa que financia a La de La Torre Esperanza. De mantenerse esta tendencia, ni el Fideicomiso a cargo del proyecto, ni la Asociación Pro Hospital de Niños, podrán hacerle frente a su construcción y equipamiento.
Ante el riesgo que corre una de las principales construcciones de infraestructura médica pendientes para poblaciones vulnerables como la niñez, envié una nota al señor ministro de Hacienda, Nogui Acosta, en la que le solicité incluir en un futuro presupuesto extraordinario, los dineros que se han dejado de percibir.
También, hago un llamado a realizar los ajustes presupuestarios necesarios para que a partir del 2023 —y en lo sucesivo— se dé cumplimiento a lo dispuesto en la ley de tal forma que, haya una garantía de financiamiento para el proyecto.
Le recordamos al Ministerio de Hacienda que no es posible acogerse a la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas (Ley 9635), para no transferir los destinos específicos en este caso, por cuanto la Ley No. 10.234, establece claramente que los recursos de Fodesaf están excluidos de la aplicación de la regla fiscal, y esa exclusión se refiere a la totalidad de los recursos del fondo, de acuerdo con un dictamen de la Procuraduría General de la República.
No podemos darnos el lujo, como país, de seguir poniendo en peligro esta torre de cuidados críticos para la niñez costarricense. Debe respetarse nuestro ordenamiento jurídico, y girarse cuanto antes los recursos que mantengan con vida La Torre de la Esperanza.
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