Por Gabriel Argüello Aguilar – Estudiante de la carrera de Ingeniería en Seguridad Laboral y Ambiental

En todos los hogares del mundo se utilizan productos peligrosos y, en la mayoría de las ocasiones, la existencia de riesgos asociados a estos materiales pasa desapercibida o simplemente se pasa por alto sin que las personas se detengan a darle la importancia que requieren. ¿Por qué es necesario darles importancia a estos materiales o sustancias? Según la revista Seguridad Minera (2017), “se considera material peligroso a toda sustancia (líquida, sólida o gaseosa) capaz de producir un daño a la salud de las personas, la seguridad pública o para el medio ambiente”. De esta definición y de muchas otras definiciones similares que se han establecido, se deriva la relevancia de prestar especial atención a estos productos que muy comúnmente se almacenan, manipulan y se utilizan en las casas.

Sumado a lo anteriormente dicho, se asocian otros factores que son preocupantes y merecedores de ser considerados. Como por ejemplo la aseveración de que “los expertos consideran que las sustancias químicas presentes en todo tipo de productos de consumo cotidiano constituyen la principal fuente de contaminación” (Quintanar, 2005). Este factor reviste una posición complicada, dado que este tipo de productos son cada vez más necesarios en las actividades de las personas. Por lo anterior es que lejos de preverse una disminución en la contaminación ambiental, más bien se augura un aumento conforme pasa el tiempo. Sustentada en esto es que la sociedad debe incorporar a su cotidianeidad una cultura de conocimiento y prevención de riesgos ligados a estos productos.

Los productos, materiales o sustancias peligrosas cuentan con características especiales conforme a su composición. Según sus características es necesario establecer diferentes cuidados, esto es lo que maximiza la importancia de tenerlos referenciados de manera adecuada. El transporte, manejo y almacenamiento de cada uno de estos productos también dependen de la composición de estos y de la compatibilidad, o no, que tengan con otros productos. Limpiadores de cañerías, detergentes, insecticidas, alcohol, cloro son algunos de los materiales que son casi imprescindibles en los hogares y que presentan riesgos para la salud y el medio ambiente. Estas sustancias pueden poseer características inflamables, tóxicas, corrosivas, explosivas, reactivas y su uso puede generar residuos con las mismas particularidades, por lo que su uso debe ser prudente.

Se considera que la responsabilidad acerca del conocimiento de la peligrosidad de los productos peligrosos que se utilizan en casa es compartida. Debe existir una forma clara en la que los fabricantes den a conocer los riesgos que sus productos generan y también las personas tienen el deber de investigar y saber interpretar la información atinente. Existe la necesidad de conocer como mínimo las características básicas de los productos para poder almacenarlos y manejarlos de manera segura y adecuada. Toda esta información generará parámetros claros para la elección del equipo de protección personal adecuado para llevar a cabo las actividades, equipo que en muy pocas ocasiones se utiliza debido a la falta de conocimiento o al hecho de que las personas creen inofensivos los materiales. Además, se tendrá un panorama claro de qué hacer en caso de emergencia, derrames o cualquier otro tipo de evento negativo provocado por el manejo y almacenaje de los productos.

Según estudios realizados por la Organización de Consumidores y Usuarios de España “solo un 42% de los consumidores toma espontáneamente precauciones al emplear productos químicos en casa, un 37% lo hace sólo a veces y un 21% reconoce que nunca toma medidas de precaución” (Jiménez, 2018). Estos datos respaldan la necesidad de crear una cultura preventiva en los hogares que involucre todos los factores generadores de riesgo. También contempla la insuficiencia de claridad en la información destinada a los usuarios o la poca interpretación adecuada de esta. Además, hace notar el exceso de confianza de parte de los usuarios con los productos y, por ende, el aumento en las posibilidades de sufrir un accidente o enfermedad. Todo lo anteriormente mencionado da como resultado la presencia de un enemigo silencioso dentro de cada uno de los hogares.

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.

Referencias bibliográficas:
• Jiménez, E. (2018). Seguridad de productos y servicios. https://www.ocu.org/organizacion/prensa/notas-de-prensa/2018/quimicos240918
• Quintanar, S. (2005). Sustancias químicas de uso cotidiano las cuales son tóxicas y dañan el medio ambiente. https://www.uaeh.edu.mx/scige/boletin/prepa3/n1/m13.html
• Seguridad Minera. (2017). 9 clases de materiales peligrosos para la salud y el medio ambiente. https://www.revistaseguridadminera.com/materiales-peligrosos/9-clases-de-materiales-peligrosos-para-la-salud-y-el-medio-ambiente/