Actualmente con el aumento de las tecnologías emergentes y en la era de las aplicaciones multifacéticas que permiten solicitar un vehículo de transporte o comida, el uso de estas distintas herramientas ciertamente nos facilita la vida en el día a día, con lo cual también es usual que utilicemos las aplicaciones móviles de bancos públicas y privados para realizar recargas, pagar servicios o bien ahorrar.
Indiscutiblemente el mundo avanza hacia la digitalización de estos procesos, ejemplo de esto es que ya es posible obtener citas, mover dinero entre cuentas e incluso abrir cuentas de ahorro por medio de las aplicaciones bancarias, si bien para un adulto promedio es posible utilizar de manera segura y apropiada estas aplicaciones, aún tomando todas las previsiones posibles, se es propenso a caer en las estafas de los delincuentes que cada día mejoran sus métodos para engañar a las personas.
Años atrás, era muy común el uso de las libretas de ahorros para mantener el dinero seguro dentro de los bancos, recuerdo de niño tener una propia que mis padres me acompañaron a obtener para inculcarme la cultura del ahorro desde pequeño, sin embargo, es sabido que este método era más tradicional, ya que requería presencia física en la oficina del banco para poder ingresar o retirar dinero, cuestión que le ponía un rostro y un sentimentalismo adicional al poder interactuar con una persona, un “buenos días”, “muy amable” o “gracias” hacían emerger una calidez y un deseo mayor de seguir ahorrando.
Por otro lado, las nuevas aplicaciones bancarias si bien nos con las labores diarias, también como corolario hacen que las interacciones cada vez sean menos humanas, así como también exponen a los usuarios a convertirse en su propia brecha de seguridad.
Con esto en mente, vale preguntarse ¿están preparados los bancos para acercar a la niñez al ahorro digital con los protocolos de ciberseguridad apropiados? Si bien hay que tener en cuenta que no todos los niños en un determinado lugar tienen la posibilidad de tener un dispositivo móvil, es una realidad que, con el avance de la tecnología, existen opciones en el mercado cada vez más accesibles.
Además de esto, ¿el Estado brinda la educación financiera a los niños para prepararlos en ciberseguridad? ¿Los padres inculcan en sus hijos el conocimiento adecuado para evitar inconvenientes en las plataformas de ahorro digital? Con realizar una simple búsqueda en internet sobre estos temas podemos notar como hay grandes deficiencias que nos pueden poner a reflexionar sobre el tema, no existe una inclusión real hacia esta era digital, consecuencia de esto es que se perciban menos niños adentrados en la cultura del ahorro.
Como analista de operaciones financieras, me surge la preocupación de ver que, ante el aumento exponencial de la era digital, no existan mecanismos de adaptación y cultura financiera digital que ayude a educar a los niños sobre el uso correcto de las aplicaciones bancarias y que a su vez cuenten con los protocolos de ciberseguridad apropiados y adaptados a la realidad mundial, un ejemplo sencillo podría ser un control parental que requiera de la aprobación de los padres para realizar una transferencia a cuenta de ahorros y volver a darle un poco más de calidez humana al acto del ahorro.
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