Por Andrea Katherine López Colorado - Estudiante de la carrera de Psicología
Es posible que en la vida usted haya escuchado expresiones como: “a ese muchacho le falta personalidad”, o algo como “qué bonita personalidad tiene este joven”. Muchas personas se han referido a la personalidad de diferentes modos, que no son lo más acertados, y hasta a los mismos psicólogos se les hace difícil definir exactamente qué es la personalidad y cuál es la base principal de esta. Según lo definen Carver y Sheier (2014), la personalidad es una organización dinámica e interna de la persona que crean patrones de comportamiento, pensamientos y sentimientos de la persona. A su vez, Ortega (como se citó en Martínez-Priego et al., 2014), se refiere a la familia y la sociedad como las encargadas de nutrir la personalidad. De tal manera que la familia es la base de la vinculación relacional de las personas y el fundamento de la personalidad.
Primeramente, la familia es la encargada de dar las bases de la personalidad. Esto lo podemos evidenciar con Freud, uno de los teóricos más importantes del siglo XX, quien señala que parte de nuestro aparato psíquico es el “súper yo”, el cual desarrollamos por influencia externa de las normas sociales que se nos imponen; estas son formadas primero por los padres en la crianza de sus hijos e influyen directamente en la personalidad (Schultz & Schultz, 2010). Además, una de las bases que menciona Melanie Klein en su teoría de la personalidad son las relaciones objetales, e indica que la relación más importante de los bebés se da con el objeto que ve primero: su madre, y esta será la primera relación más importante (Feist et al., 2007). Seguidamente, Olson (como se citó en Martínez- Priego et al., 2014), menciona que la familia es la encargada de dar habilidades como la comunicación, y estas determinan el tipo de vinculación que se pueden desarrollar con otras personas. Puede ser positiva o negativa.
Segundo, estas bases son las que le permiten a la persona la adaptabilidad en la sociedad. Adler, reconocido por la psicología individual, deduce que uno de los intereses que desarrolla la persona es el interés social, el cual sirve para medir el grado de salud psicológica y el grado de madurez (Feist et al., 2007). Incluso, Bandura, quien centra su teoría en el aprendizaje social, sostiene que el aprendizaje por observación permite a las personas aprender observando el comportamiento de otras personas, a veces llegando a ser más efectivo que el aprendizaje por experiencia directa (Feist et al., 2007). Karen Horney argumenta que lo que diferencia a los hombres de las mujeres es la influencia social que primero ejercen los padres sobre los hijos (Schultz & Schultz, 2010).
En contraparte, Minuchin (citado en Martínez-Priego et al., 2014) no le otorga peso a la familia como base de la personalidad, sino a la sociedad ya que en su visión la sociedad es la que dicta los cambios por los que se rigen las familias, pero esto es como la analogía de qué fue primero, el huevo o la gallina. Al final, lo que forma a la sociedad son el conjunto de familias y, por lo tanto, esta es la más importante en el desarrollo de la personalidad de los niños.Se puede deducir entonces que, aunque hay más factores que pueden influenciar en la formación de la personalidad, las familias son las encargadas de fomentar esos primeros vínculos que sostendrán las bases de las relaciones con que la persona se va a comunicar. Así mismo, se debe promover un llamado continuo a las familias de mejorar sus estrategias de crianza que regirán el moldeamiento de la personalidad de sus hijos a modo de prevención de trastornos de la personalidad y diversas enfermedades mentales.
MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas. Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.
Referencias bibliográficas:
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Carver, S. & Sheier, M. (2014). Teorías de la personalidad (Séptima edición). Pearson.
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Feist, J., Feist, G. J. y Roberts, T.A. (2007). Teorías de la personalidad. (6ª ed.). McGraw-Hill
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Martínez-Priego, C., Anaya-Hamue, M. E. y Salgado, D. (2014). Desarrollo de la personalidad y virtudes sociales: relaciones en el contexto educativo familiar. Educación y Educadores, 17(3), 447–467. https://doi.org/10.5294/edu.2014.17.3.3
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Schultz, D. y Schultz, S. (2010). Teorías de la personalidad (9ª. ed.). Cengage Learning.