El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Dirección de Cambio Climático (DCC) del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) presentaron los resultados del estudio ‘Una recuperación verde del COVID-19 en Costa Rica: alineando las inversiones en descarbonización con la recuperación económica’, y destacaron que la principal conclusión fue que “invertir en la descarbonización del país significa recuperarnos más rápidamente de la crisis del COVID-19, en términos de empleo y valor agregado. Según el nivel de inversión, la recuperación tras la pandemia es más acelerada”.
El estudio, que fue encargado a la Corporación RAND, indagó cómo la inversión en descarbonización acelera la recuperación económica tras la pandemia, en comparación con una recuperación tradicional y un escenario sin COVID-19. Adicionalmente se analizaron los efectos de tres escenarios de inversión en descarbonización sobre el empleo y el valor agregado de los sectores económicos.
Dato D+: La descarbonización se entiende como el proceso de reducción de emisiones de carbono a la atmósfera por medio de reducir la producción de esas emisiones y la implementación de medidas de compensación que fijen las que se produzcan. Costa Rica aspira a convertirse en un país con cero emisiones netas para el 2050.
Según el estudio, en cada nivel de inversión la recuperación del empleo se acelera. Si Costa Rica realiza estas inversiones, al cuarto año el empleo sería mayor de lo que habría sido sin COVID-19 y sin inversiones en descarbonización.
Adicionalmente, el estudio destaca que cinco años de inversión anulan por completo el efecto del COVID-19 sobre el empleo; e incluso el nivel más alto de inversión aumenta el empleo en un 1,4% en comparación con un escenario sin pandemia y 3 puntos porcentuales en comparación a un escenario con pandemia.
El informe destaca que invertir en descarbonización “reduciría la pérdida de valor agregado debido al COVID-19 en los primeros años y aumenta hasta el cuarto. Para ese año, el valor agregado aumentaría 2,1% en comparación con la línea base sin COVID-19. Y aumentaría 2,6 puntos porcentuales o ¢945 mil millones en comparación con un escenario con pandemia y sin realizar inversiones”.
Estos son los 3 niveles de inversión analizados:
Según destacaron en la presentación de resultados, para tener una idea de la inversión estudiada “$5 mil millones equivalen al 7% del Producto Interno Bruto (PIB) costarricense. Este es un monto similar al que el Estado invierte en educación en un año. Las inversiones en descarbonización se realizarían en 4 años”.
Transformación de la economía
Adicionalmente, se destacó que los efectos de la descarbonización no serán los mismos en todos los sectores de la economía. Pero sí los mayores escenarios de inversión aumentarán el empleo en todos los sectores, con respecto al que se habría producido sin el gasto en descarbonización. Sin inversión en descarbonización, todos los sectores —excepto hoteles y restaurantes— acarrearían pérdidas de empleo al 2025 debido a la pandemia (barras rojas):
Los mayores efectos de invertir en descarbonización se sentirían en el sector de la construcción, con un aumento del valor agregado entre el 8,1% y el 13,7% (entre 146 y 249 mil millones de colones).
Al mismo tiempo, cambiarán las dinámicas de empleo y producción en el agro, pues se crearán ventajas comparativas para la industria manufacturera y el transporte. Sin embargo, esta inversión elimina parcialmente los efectos residuales negativos del COVID-19 en el sector agrícola. Y el efecto desproporcionado es menor en los escenarios de inversión de $6.200 y $8.300 millones, cuando aumenta el gasto en el sector agrícola. (Ver Tabla Beneficios en todos los sectores).
Sobre los resultados del estudio el ministro de Ambiente y Energía, Rolando Castro Córdoba, destacó:
El estudio evidencia que invertir en la descarbonización es el camino para seguir. Pero también nos insiste en que el país debe aplicar políticas adicionales para facilitar la contratación y formación de grupos vulnerables, como personas trabajadoras con menor calificación, grupos étnicos minoritarios y mujeres”.
Por su parte el representante Residente del PNUD, José Vicente Troya Rodríguez, aseguró que “la crisis climática y la pandemia nos obligan a buscar transformaciones profundas. El divorcio de la economía del petróleo es impostergable y debe tener en cuenta a las poblaciones en situación de mayor vulnerabilidad. Ante los cambios estructurales, debemos trazar rutas inclusivas que aseguren acciones compensatorias en favor de aquellos sectores que no reciben los beneficios de las inversiones que irán hacia otros”.
Dato D+: El estudio se realizó utilizando un modelo de equilibrio general de la economía costarricense, la Plataforma de Modelación Económico-Ambiental Integrada (IEEM), proporcionada por el Banco Central de Costa Rica (BCCR), calibrado para la economía costarricense y que permitió estimar como la economía se vio afectada por la pandemia, cómo podría recuperase, cómo la inversión en descarbonización aceleraría la recuperación y la productividad para cada sector. Permitiendo simular el comportamiento económico del 2019 al 2020 a través de muchas combinaciones de parámetros, para estimar los parámetros que mejor simulan los datos económicos del INEC y el BCCR, y se estimaron tres trayectorias de recuperación económica del COVID-19: a 1 año, 3 años y 5 años.