Las organizaciones Alterna, Pro Mujer y ONU Mujeres, a partir del financiamiento del IDRC Canadá (International Development Research Centre) y Open Society Foundations, lanzaron este mes de marzo la primera Convocatoria para Negocios y Empresas de la Economía del Cuidado en Centroamérica, a fin de dotar de financiamiento y apoyo económico, a empresas y proyectos que se enfoquen en la economía del cuidado en la región.

El sector de la economía del cuidado es aquel que agrupa a las actividades económicas del cuidado de las personas, incluyendo servicios de limpieza, el que realiza tareas del hogar, el que cuida de menores de edad y de personas adultas mayores, así como el que da atención psicológica y cuidado de la salud mental, entre otros.

Según la organización, "por mucho tiempo este campo pasó invisibilizado pero durante la emergencia de la COVID-19, mientras se estaba en aislamiento y trabajando de manera remota, miles de personas en todo el mundo se dieron cuenta de la importancia de quienes se dedican a estos oficios fundamentales y el poco reconocimiento que reciben", por lo que de ahí es de donde surge la necesidad que se busca subsanar con este proyecto.

El programa busca potenciar los modelos empresariales de Costa Rica con productos y servicios relacionados con la Economía del Cuidado, donde las personas y empresas seleccionadas accederán a fortalecimiento empresarial. Adicionalmente, una persona emprendedora destacada recibirá apoyo económico de hasta USD 5,000", señaló la organización.

El período de postulación para esta convocatoria, estará disponible hasta el próximo domingo 20 de marzo de 2022 y los interesados podrán participar a través del sitio oficial https://negociosdelcuidado.org/.

La convocatoria se realiza en el marco del programa “Enfoques escalables basados en el mercado para reducir, redistribuir y reconocer el trabajo de cuidados de las mujeres” pues según la organización, "aún hay muchos retos en la economía del cuidado, tanto en los trabajos remunerados como los no remunerados, y quienes se ven afectadas principalmente son las mujeres".

Según señala el informe “La autonomía de las mujeres en escenarios económicos cambiantes” de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), las mujeres que se dedican a los cuidados personales, junto con las trabajadoras domésticas remuneradas, son las que perciben menores ingresos por su trabajo, pues el 11.2% de estas y el 15.7% de las trabajadoras domésticas, perciben ingresos inferiores a la línea de pobreza.

Además, el trabajo no remunerado de cuidados, calculado según el costo de reemplazo, representa entre el 15.7% y el 24.2% del Producto Interno Bruto en los países de América Latina y, a nivel regional, las mujeres ocupadas dedican el 40% de su tiempo al trabajo no remunerado, mientras que los hombres ocupados dedican únicamente alrededor del 20% del tiempo total de trabajo a tareas domésticas y de cuidado no remunerado.

En América Latina y el Caribe, las mujeres pueden llegar a dedicar el triple de tiempo que los hombres al cuidado y al trabajo doméstico. En las zonas rurales, la carga de cuidados y trabajo doméstico es aún mayor, debido a la falta de acceso a infraestructuras básicas (agua corriente, saneamiento, electricidad y otras tecnologías que ahorran tiempo y trabajo)", agrega el informe.

Finalmente, y para agravar la situación, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) señala que el sector del cuidado constituye más de un tercio del empleo femenino, "una labor que se realiza a menudo en condiciones precarias, bajo situaciones de violencia o acoso y/o con baja remuneración y poco acceso a la protección social, perpetuando la situación de pobreza y exclusión de las mujeres que trabajan en este sector".

Por ello, el objetivo de la Economía del Cuidado es reconocer el valor económico del cuidado y con ello, reducir, recompensar y redistribuir el trabajo, tanto al interior como fuera del hogar".