El lenguaje es fundamental para que el ser humano pueda desempeñarse adecuadamente en nuestra sociedad. En el momento en que aprendemos nuestras primeras palabras, podemos comunicar de mejor forma nuestras necesidades básicas, en lugar de recurrir al llanto o a los berrinches. A pesar de ello, no todas las personas tienen la posibilidad de acceder a una adecuada educación en el ámbito de las emociones, por lo que carecen de las palabras necesarias para comunicar sus necesidades emocionales y continúan con el llanto y los berrinches.

Aprender palabras es solo un primer paso, pues requerimos de la lectoescritura para ampliar nuestras fuentes de información. Ya no nos atendremos solo a las historias que nos leen nuestros padres ni a lo que nos cuentas nuestros hermanos y amigos, sino que por medio de la lectura podremos acceder en forma directa al conocimiento encerrado en los libros.

La lectura es esa segunda puerta que se nos abre para comprender el mundo que nos rodea, y no solo eso, nos permite también leernos a nosotros mismos. Ahora contamos con un vocabulario más amplio para describir y nombrar esas emociones que nos desbordan.

El paso siguiente sería el procesamiento de todas las lecturas y la producción de conocimiento por medio de la escritura. Las palabras, oraciones y textos en general, nos permiten manifestar nuestras ideas y sentimientos. La escritura es un medio para formalizarlos y llegar a una mayor cantidad de personas.

En la medida en que vamos mejorando nuestras habilidades comunicativas, mediante la lectura asidua, el trato con otras personas y la escritura; aumentan nuestras habilidades para acceder al conocimiento en diferentes áreas. La lectoescritura es fundamental no solo en el proceso de enseñanza/aprendizaje sino también para nuestra interacción en diferentes ámbitos: familiar, académico y laboral, entre otros.

En Costa Rica, desde hace algunas décadas, hemos ido quedándonos atrás en el desarrollo de la lectoescritura. No es nuevo que los profesores de las universidades se quejen de las deficiencias de los estudiantes de primer ingreso. Algunas de ellas se logran atender en los cursos de humanidades, pero cuando se trata de universidades que no imparten esos cursos, los problemas se siguen arrastrando.

Hoy es común para mí, toparme con profesionales de diferentes áreas con importantes problemas de comprensión lectora y de comunicación escrita.

Es claro que la educación básica y diversificada venían fallando en esta área, pero con las huelgas y la pandemia de los últimos años el problema se ha agravado. Muchos estudiantes de primaria son incapaces de leer las palabras escritas y muchos, incluso estudiantes de secundaria, de comprender el sentido de esas palabras.

Como una forma de aportar en la ardua tarea que tenemos por delante, el Club de Lectura CCSS viene desarrollando una labor de promoción de la lectura. Con ese propósito, impartimos talleres de lectura y de escritura, en los que puede participar cualquier persona.

Los interesados pueden inscribirse en el correo electrónico [email protected].

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