El Instituto Meteorológico Nacional (IMN) presentó este miércoles el pronóstico de la temporada de lluvias de este 2022, señalando que se espera una intensa temporada de precipitaciones y al menos 14 ciclones tropicales (tormentas o huracanes) que recibirán un nombre distintivo durante el año.

En el marco de conmemoración del Día Mundial de la Meteorología, el IMN se presentó con el Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) y la Comisión Nacional de Prevención de Riesgos y Atención de Emergencias (CNE) para presentar su pronóstico.

De acuerdo con el ente técnico, la condición de sequía meteorológica presentada en la Zona Norte y el Caribe del país se mantendrá hasta mayo, e irá modificándose conforme las lluvias sean más recurrentes en dichas zonas.

Este 2022 estará marcado por el fenómeno ENOS, el cual continúa en su fase fría o como se le conoce popularmente: La NiñaEsta condición se mantendrá, al menos, hasta el trimestre que abarca de mayo a julio, dando inicio a la época lluviosa, para luego pasar a una fase neutra, donde no habrá anomalías notables frías o cálidas en las aguas de los océanos para lo que resta del año.

La temporada de huracanes en la cuenca del Atlántico abarca del 1 de junio al 30 de noviembre, aunque ello no significa que no puedan presentarse depresiones o ciclones tropicales fuera de esas fechas. Para este año se espera que sea una temporada "más intensa de lo normal", con probabilidad de entre uno o dos eventos que puedan atravesar u originarse en el Mar Caribe, teniendo algún tipo de influencia sobre las condiciones meteorológicas de Costa Rica.

Eladio Solano León, jefe del Departamento de Meteorología del IMN indicó que para este año se esperan entre 11 y 14 ciclones tropicales con nombre (es decir que al menos alcancen la categoría de tormenta tropical), de los cuales entre 5 y 9 alcanzarían la condición de huracán y de esos, 1 o 2 alcanzarán las categorías de huracanes intensos (categorías 3, 4 o 5).

Las condiciones de "normalidad" de la temporada de huracanes en el Atlántico consisten en 7 tormentas con nombre; 4 convertidas en huracanes y 3 de ellos en huracanes mayores.

Para el país, el IMN anticipa que la temporada de lluvias arranque antes de las fechas climatológicas, en alrededor de una semana antes: en las regiones del Pacífico Sur lo hará a finales de marzo, en el Pacífico Central lo será a finales de abril, y en mayo para el resto de las regiones: Valle Central, Pacífico Norte y la zona de Guatuso, Los Chiles y Upala.

Para el trimestre que abarca abril, mayo y junio se prevén condiciones lluviosas normales o incluso arriba de lo normal en las regiones del Pacífico y el Valle Central, mientras que en las regiones del Caribe y la Zona Norte se mantendrá un déficit de lluvias en abril y mayo, para recuperarse en el mes de junio.

Mientras tanto, en los meses de julio y agosto se prevén condiciones normales de lluvia en las regiones del Pacífico Norte y Valle Central, con una alta probabilidad de que se presente el periodo canicular típico de estos meses. Las demás regiones del Pacífico continuarán con su periodo lluvioso normal, mientras que en la Zona Norte y el Caribe se anticipan con patrones de lluvia más normales.

Finalmente, durante el trimestre que abarca los meses de septiembre, octubre y noviembre se pronostican condiciones lluviosas arriba de lo normal en todas las regiones del Pacífico y el Valle Central, así como en la Zona Norte Occidental (Guatuso, Los Chiles, Upala), lo cual se infiere debido a la proyección actual del fenómeno ENOS y de una potencial influencia de ciclones tropicales en la región.

Los fenómenos hidrometeorológicos impactan regularmente el territorio nacional causando pérdidas humanas y afectando gran parte de las áreas productivas del país. De hecho, alrededor del 85% de las emergencias atendidas por el Sistema Nacional de Gestión del Riesgo están relacionadas con este tipo de eventos.

500 estaciones de radio para monitorear emergencias

Luego de presentar el pronóstico la Comisión Nacional de Prevención de Riesgos y Atención de Emergencias (CNE) informó sobre el reforzamiento de acciones a nivel nacional para atender la temporada de lluvias y ciclones tropicales.

El presidente de la institución, Alexander Solís, detalló que la entidad ha tomado una serie de medidas para atender cualquier emergencia que se pudiera presentar por las precipitaciones de la temporada u otros factores como fuertes vientos, caída de árboles o en casos mayores por inundaciones y deslizamientos para disminuir su impacto en las comunidades vulnerables.

“Con base en los pronósticos de lluvia emitidos por el Instituto Meteorológico Nacional (IMN), la CNE aumentó las capacidades de atención y respuesta ante cualquier evento adverso y mantiene una constante coordinación con los entes técnicos para monitorear el comportamiento del tiempo y tomar las medidas necesarias para asistir a la población”, dijo.

Como medida preventiva, la CNE realiza monitoreo constante en 1462 comunidades identificadas como vulnerables por inundaciones, deslizamientos y/o actividad volcánica. A nivel nacional se cuenta con una estructura de más de 90 Comités Municipales de Emergencia, además de Comités Comunales de Emergencias que participan activamente previo, durante y después de un desastre

Para la toma de decisiones operativas precisas y la orientación en la asistencia humanitaria, la CNE cuenta con una red de 500 puestos para radio ubicados en todo el territorio nacional, ya sea en casas de habitación de colaboradores, Comités Municipales de Emergencias (CME), instituciones de primera respuesta y miembros de los comités, los cuales vigilan cuencas de ríos, deslizamientos, represas, actividades volcánicas, entre otros.

Asimismo, la CNE dispone de dos bodegas en la provincia de San José: una para la atención de emergencias y preparativos y otra para la atención de la emergencia sanitaria provocada por la pandemia de la COVID-19. Además, posee cuatro bodegas regionales en los cantones de Osa, Parrita, San Carlos y Cañas; y quince municipales en Nicoya, Nosara, Liberia, Guatuso, Upala, Talamanca, Matina, Carrillo, Esparza, Puntarenas, Montes de Oro, Santa Cruz, Paquera, Siquirres y Tarrazú.

En estas instalaciones se resguardan equipos como motosierras, extensiones eléctricas, torres de iluminación, generadores eléctricos, espumas, cobijas, camillas plegables, pichingas, embarcaciones, motores fuera de borda, cocinas, cilindros de gas, carretillos, picos, palas, sopladoras, tiendas de campaña, toldos, carpas y shellter, vehículos especializados para la atención de emergencias, remolques para embarcación, entre otros.

Como parte de las acciones preventivas, la CNE invierte más de ₡82 mil millones en una cartera de 265 proyectos de reconstrucción y recuperación desarrollados bajo el concepto de obras resilientes para no reconstruir la vulnerabilidad, lo que permite reducir la incidencia de inundaciones o deslizamientos. Estas obras incluyen limpieza de cauces y canales, recuperación de diques, estabilización de taludes, mejoras en camino y pasos de alcantarilla entre otras.