Diferentes instructores y surfistas de la zona, concuerdan en que playa Sámara es un destino ideal para aprender a surfear. Tanto para los niños y niñas como para adultos y adultas. En la bahía aprenden este deporte desde los cuatro años en adelante.

Los instructores Mariano Duffau, de Sámara Camp, y Alexander Gómez, de Choco’s Surf, comentaron que la bahía de Sámara es un buen lugar para aprender pues las olas son pequeñas y bien formadas, no hay corrientes y no hay que ir muy profundo para alcanzar las olas.

En el Sámara Camp, Duffau enseña a aproximadamente 20 niños y niñas divididos en 5 días a la semana, desde los 4 años en adelante,

el ver cómo les va fascinando cada vez que descubren algo nuevo en el surf los pone super contentos, y saber que soy yo el que les está enseñando es como perdurar en su pensamiento de alguna manera”.

Además del surf, en el Sámara Camp, los niños y niñas aprenden sobre técnicas de rescate, apnea y la biodiversidad marina de la bahía haciendo snorkel.

Duffau resaltó las ventajas que trae a los niños y niñas practicar este deporte, tales como la confianza en sí mismos, la salud física y resolver situaciones.

En el pueblo hay más de 10 escuelas de surf preparadas para recibir estudiantes cada día. Una de las más antiguas es Choco’s Surf, con casi 14 años de existir fue la tercera en abrir en Sámara.

Reciben turistas tanto nacionales como extranjeros y, según su fundador, los estudiantes continúan regresando incluso meses o años después.

Gómez comenta que la única desventaja de Sámara es que no se puede surfear durante la marea baja. Sin embargo, a sus alrededores se puede encontrar otras playas para personas más experimentadas como Guiones, Camaronal y Barrigona.

Según explicó uno de los instructores en Choco’s Surf, Noldan Zúñiga, la clase puede durar aproximadamente 90 minutos. Se puede dividir en tres partes. Primero, la bienvenida, en donde se le explica al estudiante cómo procederá la clase y se le da una explicación del comportamiento del agua en esa zona y las medidas de seguridad. Segundo, la clase en la arena, en donde con una tabla de surf en la arena le explica al estudiante hasta cuatro técnicas diferentes para ponerse de pie en la tabla. Y tercero, la clase en el agua en donde se pone en práctica todo lo aprendido fuera del mar.

Según Zúñiga, la mayoría de los estudiantes logran ponerse de pie en la primera clase, incluso en las primeras olas, por lo que la reacción es muy positiva y tienden a volver.