Por María Ángela Monge Obando – Estudiante de la carrera de Ingeniería en Seguridad Laboral y Ambiental

Desde hace mucho tiempo, el personal de salud ha sido protagonista en la solución de problemas relacionados con la salud del ser humano. Esta área abarca múltiples profesionales como enfermeros, médicos, laboratoristas clínicos, entre otros, quienes se enfrentan a riesgos como la adquisición de enfermedades infecciosas de manera accidental, ya que se encuentran constantemente en contacto con pacientes enfermos, fluidos biológicos o microorganismos en su área de trabajo que podrían ocasionarlas. Por ello, se vuelve fundamental la aplicación de normas de bioseguridad o medidas de prevención y protección que disminuyan el riesgo de infectarse. En los centros de salud, se ha implementado el uso de guantes de látex o nitrilo, gafas de protección y, en especial, el uso de las gabachas —conocidas como batas— para protección personal, con el fin de crear una barrera ante las posibles fuentes de contaminación presentes. No obstante, frente a esta medida surge la necesidad de investigar si el uso de gabacha por parte del personal de salud es adecuado.

Algunas referencias dicen que la bata funciona como una barrera protectora entre el colaborador y su paciente. Está diseñada para evitar la contaminación con microorganismos de la ropa que porta el colaborador, con el propósito de que no se convierta en un fómite (entiéndase fómite como objeto portador y trasmisor de agentes infectantes) (González, 2012). Sin embargo, es común observar colaboradores del área de salud en horas de almuerzo, en lugares como restaurantes o supermercados, luciendo su gabacha, aun cuando existen estudios que afirman que “el uniforme utilizado por personal de salud, ya sea médico o de enfermería podrían estar colonizados hasta un 60% con bacterias patógenas, incluyendo a los organismos resistentes a medicamentos, teniendo un importante papel en la transmisión nosocomial de microorganismos patógenos” (Parra y Urra, 2016). Esto señala la gran contaminación que se podría producir con el uso inadecuado de estas prendas, y no se sabe si por ignorancia u omisión, los personeros se atreven a portar las batas en lugares ajenos a la sala del hospital, llevando así bacterias resistentes a todos aquellos lugares que visiten.

Por otra parte, la utilización de gabachas o batas como barreras físicas es importantes para salvaguardar la salud de estas personas. No obstante, es indispensable que se sigan las normas de bioseguridad para el uso apropiado de las mismas. Por ejemplo, se recomienda el cambio de esta prenda cada tercer día, no utilizar la misma bata en áreas de atención de pacientes, lavarse las manos antes de colocarse la bata y después de retirarla. Si la prenda se mancha, se debe reemplazar por otra; la bata debe cambiarse cada turno, aunque no esté contaminada (García y Pérez, 2002). Con referencia a esto, el libro digital Higiene del medio hospitalario y limpieza de material recomienda “no salir con la bata fuera del lugar concreto en el que ha sido utilizada” (Guillamas, Gutiérrez, Hernando, Méndez, Sánchez y Tordesillas, 2009), e indica que su uso es estrictamente intrahospitalario, para evitar la propagación de bacterias.

En síntesis, es evidente que el uso de gabacha por el personal de salud es adecuado porque es parte del equipo de protección personal. Lo que no es adecuado es la forma en que algunas veces se usa. Por ende, es fundamental que todo profesional del área, por ética profesional y obligación, conozca y aplique los lineamientos de bioseguridad que existen acerca del uso adecuado de las batas.

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.

Referencias bibliográficas:
• García, E. y Pérez, V. (2002). Medidas de Bioseguridad, precauciones estándar y sistemas de aislamiento. Revista de Enfermería. https://www.medigraphic.com/pdfs/enfermeriaimss/eim-2002/eim021g.pdf
• González, L. (2012). El médico y su bata, vector de enfermedades. Acta pediátrica de México. https://www.medigraphic.com/pdfs/actpedmex/apm-2012/apm123a.pdf
• Guillamas, C., Gutiérrez, E., Hernando, A., Méndez, M., Sánchez, G. y Tordesillas, L. (2009). Higiene del medio hospitalario y limpieza de material. Editex. https://books.google.com.ec/books?id=OOjcODRtLTAC&pg=PA130&dq=uso+de+gorro&hl=es&sa=X&ei=7MCHVMX0OIOqgwTrn4P4CA&ved=0CBsQ6AEwAA#v=onepage&q=uso%20de%20bata&f=false
• Parra, E. y Urra, A. (2016). No es necesario vestir la bata blanca todo el día. Revista científica Scielo. http://www.scielo.org.bo/pdf/rccm/v19n1/v19n1_a13.pdf