Por Carlos Eduardo Vargas Carvajal - Estudiante de Estudios Generales
Mi nombre es Carlos Vargas, tengo 19 años y en este escrito les presentaré mi opinión y vivencias que he tenido con la pérdida de familiares. Comencemos por el hecho de que, en Costa Rica, tal y como en la mayoría de los lugares del mundo, la muerte se percibe con tristeza y se expresa con luto. Las reacciones que provoca en cada persona son variadas, algunas personas lo toman tranquilamente, otras mucha tristeza y dolor. Esto puede variar, dependiendo de la personalidad de cada ser humano y su punto de vista a la muerte. ¿Por qué menciono esto? Pues porque en países como México y algunas naciones en el continente africano tienen entre sus costumbres la celebración de los fallecimientos.
Personalmente a mi me parece super interesante, pues no logro entender el porqué de la alegría y la algarabía que les provoca esto. Sin querer usar muchas referencias y basar mi opinión en los artículos de otras personas, lo que considero es que tiene que ver con las tradiciones, como es el caso de Ghana. En este país africano se celebra de tal manera que se gasta mas dinero que en las bodas, incluso, se llega a anunciar en vallas publicitarias. En este país la religión más practicada es el cristianismo, y si bien es cierto que prácticamente toda las religiones nos indican que debemos alegrarnos de que el difunto pasa a “una nueva y mejor vida”, me es muy difícil de entender la felicidad que les llega para incluso celebrar.
¿Por qué me cuesta entenderlo? Porque el 9 de Julio del 2016 mi abuelo materno falleció después de luchar contra una cirrosis por un año y siete meses. Este abuelo fue el único que tuve debido a que mi abuelo paterno murió un año antes de que yo naciera. Es por esto por lo que mi relación con mi abuelo era tan especial y estrecha. Fue tanto el cariño que me tuvo desde que nací que, el día de mi nacimiento, él decidió dejar de fumar, y así fue. Nunca más volvió ese vicio.
Probablemente, propiciado por ser el único abuelo que conocí, cuando fallece yo siento que se me muere una parte de mí. Se moría mi abuelo, un compinche, un cómplice de muchas cosas que por obvias razones no comentaré acá. El dolor que sentí fue tan inmenso que es por esto que no puedo concebir que una población se alegre de perder una persona en sus vidas, el no volverlo a ver, el vacío que deja en una casa y en una vida.
La muerte es tomada de diferentes formas incluso dentro de la misma familia. Algunos integrantes de mi círculo familiar no quisieron verlo fallecido, otros sí. Unos lloraban, otros sí. Es por es que me gustaría saber si una persona mexicana o un ghanés no llora cuando un pariente directo fallece.
La muerte es tomada de tan triste manera que, justamente el día que estoy redactando esto (Jueves 17 de Junio 2021) me desperté con un mensaje de mi hermana mayor y única hermana que tengo, en el cual nos manda un audio de WhatsApp al grupo que conformamos mi mamá, ella y yo; indicando que tuvo un sueño muy feo, empieza a llorar y nos dice que soñó que yo me moría. No nos contó el cómo, si no se lo comentaría para ver qué opina usted, profesor.
Entonces con solo este ejemplo puedo demostrar que un sueño, una pesadilla puede sacar las lagrimas de una persona con solo el hecho de imaginar, soñar que alguien cercano muere. Desde mi forma de pensar, el fallecimiento de alguien, sin importar que tan cercano a mi círculo sea, es un poco triste porque puedo ponerme en los zapatos de esa familia que está lidiando con la pérdida de un persona querida. Porque, a pesar de que soy católico y mi religión indica que el que fallece va a estar mejor que en vida, me gustaría tener a las personas que quiero y me apoyan siempre y para siempre. ¿Quién en su sano juicio se alegra de perder un apoyo en su vida?
Pero también entiendo que es esa la forma en la que crecimos desde que nacemos. Talvez el problema está en el egoísmo y sentido de pertenencia que tenemos con nuestros seres queridos y por eso nos duele “perderlos”, si se le puede llamar así. Esa debe ser la diferencia con países como Indonesia, donde se momifican a las personas fallecidas y se convive con ellas en el hogar por mucho tiempo después del defunción. La diferencia debe de estar en que ellos no tienen ese egoísmo, ellos dejan que las personas se vayan y realmente creen que van a estar mejor. Por eso les es más fácil desprenderse y blindarse de esa tristeza, ese dolor provocado por la situación.
Por último me gustaría resaltar que es importante mantener en todo momento el respeto y la comprensión sobre religiones y tradiciones. No porque a mí no me parezca y no esté de acuerdo con una celebración sobre un fallecimiento me da derecho de irrespetar a una población. Y siento que durante todo este escrito he sido respetuoso e incluso he podido buscar el motivo de las diferencias entre unos y otros
MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas. Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.
Referencia bibliográfica:
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Palenques, S. (2019, marzo 26). Cinco lugares donde morir es una fiesta. Retrieved from https://elpais.com/elpais/2019/03/21/buenavida/1553185801_730511.html