Conviene reflexionar, serenamente, sobre los aspectos que quedan detrás del telón durante la participación de la delegación de Costa Rica en el COP 26 en Escocia y en particular, lo mostrado por don Carlos Alvarado y su comitiva.

Costa Rica no puede darse el lujo de eliminar el consumo de hidrocarburos, pues es excesivamente caro sustituirlos de un plumazo y porque la tecnología necesaria todavía no está a nuestro alcance.

No tiene sentido sobreponer la salvación del mundo reduciendo nuestra contribución del 0,002% de las emisiones globales mientras quedan sin solución otros problemas, que ya nos afectan y deberíamos estar concentrados en solucionar, sin ser exhaustivo :

Postpandemia y sus consecuencias sociales y económicas; quiebra inminente de los fondos de pensiones; carreteras inconclusas, se caen los puentes a pedazos, Puerto Caldera saturado, contaminación extrema del río Virilla y sus afluentes; La Carpio crece en todos los sentidos negativos; deslizamiento de la urbanización Valladolid sin solución, Santiago de Puriscal sigue creciendo sobre su macro-deslizamiento; solucionamos inundaciones con diques que se rompen todos los años, ¿alguien recuerda que la próxima erupción del volcán Irazú volverá a afectar el Valle Central y de que no causará menos daños que en 1963-65?; desempleo, subempleo y pobreza reinan; el desorden territorial nos expone excesivamente a las amenazas naturales…

Biocombustibles: Compiten con la producción agroalimentaria, favorecen la deforestación, uso excesivo de agroquímicos, deterioran la tierra, no reducen sustancialmente las emisiones de CO2 y obligan a adaptar los motores.

Aprovechar nuestro gas natural (GN) no implica "agregar" un combustible, sino "sustituir" otros. Es una fuente probada de energía para uso doméstico, industrial, transporte y generar electricidad.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) reconoció que el GN posee virtudes para la transición energética; no genera conflictos con el desarrollo sostenible ni la gestión ambiental, como en Noruega.

La sustitución progresiva de los combustibles fósiles derivados del petróleo, con GN, permitiría reducir los impactos ambientales, sociales y económicos respectivos.

Mientras las transformaciones tecnológicas necesarias para implantar las energías renovables se materializan, el GN es una opción efectiva para apalancarlas.

Según la Agencia Internacional de Energía (AIE) el GN genera 49 % menos emisiones de CO2 que el carbón y 37 % menos que los derivados del petróleo, por cada giga-joule de energía generado. De las emisiones de metano (CH4) y óxidos nítricos y nitrosos (NOx), segunda causa del calentamiento global, 36 % corresponden al GN y 64 % al carbón, petróleo y sus derivados.

AIE proyecta que el 40% del crecimiento de la demanda de GN, hasta 2040, crecerá en la industria y transporte.

La complementariedad entre GN y electricidad se debe a las industrias que requieren temperaturas elevadas para funcionar y son difíciles de electrificar: metalurgia, cemento, secar y tostar café.

La transición energética es irreversible; requiere de políticas públicas audaces que la aceleren. La relevancia del GN se explica por su menor costo económico y ambiental, mayor limpieza que el carbón y petróleo, complementa las energías renovables intermitentes por su característica de potencia firme flexible y es un combustible seguro. Su suministro es confiable, precios estables y relativamente bajos y es cada vez más competitivo y versátil.

Igual que como sucedió con el oro de Crucitas, prohibir la exploración y aprovechamiento de los hidrocarburos facilita, a países vecinos, extraer ilegalmente nuestros recursos y perpetúa la quiebra fiscal.

Nuestro GN es necesario ante el ascenso desmedido de los impuestos, endeudamiento externo (que pagarán nuestros biznietos, si pueden), factura petrolera, estancamiento económico, desempleo, subempleo, inflación, devaluación y emisión inorgánica.

Esta Administración y la anterior se encargaron de destruir al Proyecto Hidroeléctrico Diquís. Preguntémonos: ¿qué sucederá cuando se requiera más energía geotérmica y eólica, cuyas fuentes se encuentran en áreas protegidas?

Será un error histórico terrible aprobar el expediente 20.641, incluido en el Decreto Ejecutivo N°43273-MP, cuyo único sustento es una consideración de orden ideológico.

Definitivamente, no es lo mismo pronunciar discursos bonitos en foros internacionales y gobernar para atender las realidades nacionales. La pobreza también genera impacto ambiental.

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