El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ordenó este martes vetar la entrada al país de su homólogo nicaragüense, Daniel Ortega, a su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, y al resto de miembros de su Gobierno, tras las elecciones del 7 de noviembre en Nicaragua.
"La represión y los abusos del gobierno de Ortega y quienes lo apoyan exigen que Estados Unidos actúe", afirmó Biden en una proclama.
Esta medida se anuncia en medio de una escalada de tensiones entre naciones, luego de que la Asamblea Nacional de Nicaragua aprobara, hoy martes, una resolución en la que rechaza las declaraciones de la OEA respecto a las elecciones del pasado 7 de noviembre, al tiempo que insta al régimen a iniciar el proceso de salida del organismo regional.
En el pleno de la cámara, donde el oficialismo de Daniel Ortega tiene la mayoría, la 'Declaración de la OEA en los asuntos internos de Nicaragua' ha sido aprobada con la luz verde de 83 diputados de los 91 con los que cuenta la asamblea, según ha informado el propio órgano a través de un mensaje en su cuenta de Twitter.
Además, en la declaración, los asambleístas han instado "al presidente de la República, Daniel Ortega, en su condición de Jefe de Estado y Jefe de Gobierno, a que denuncie la Carta (Democrática) de la OEA, siguiendo el mecanismo estipulado en el artículo 143 de dicho instrumento".
Ha sido el diputado Carlos Emilio López quien ha propuesto a Ortega iniciar el proceso de salida del mecanismo regional.
Dicho artículo estipula que "podrá ser denunciada por cualquiera de los Estados miembro, mediante comunicación escrita a la Secretaría General, la cual comunicará en cada caso a los demás las notificaciones de denuncia que reciba. Transcurridos dos años a partir de la fecha en la que la Secretaría General reciba una notificación de denuncia, la presenta carta cesará en sus efectos respecto del estado denunciante".
Tras esto, este estado "quedará desligado de la organización después de haber cumplido con las obligaciones emanadas de la presente carta".
Después de los comicios celebrados el pasado domingo 7 de noviembre entre acusaciones de fraude y críticas por la represión del Gobierno a la oposición y críticos, la OEA aprobó una resolución en la que declaraba "ilegítimas" las elecciones, llamando a una "evaluación colectiva inmediata" con el fin de "tomar las acciones apropiadas" respecto a Nicaragua.
Según la resolución, las elecciones presidenciales del domingo en Nicaragua "no fueron libres, justas ni transparentes y no tienen legitimidad democrática".
El documento afirma además que las autoridades de Nicaragua han ignorado todas las recomendaciones de la organización.