Por Emmanuel Naranjo Blanco - Estudiante de la carrera de Ingeniería Biomédica

Actualmente, estamos viviendo en una era de digitalización, automatización e inteligencia artificial. No cabe duda de que los cambios originados por la Cuarta Revolución Industrial han sido acelerados por la pandemia del COVID-19. Esto ha provocado que las compañías y empresas se planteen nuevas estrategias en cuanto a contratar y reemplazar personal. Muchos empleadores se están comenzando a inclinar hacia características propias del ser humano y que un robot no podría realizar; lo cual ha planteado la siguiente pregunta: ¿se están enfatizando las habilidades blandas más que las habilidades duras?

En el año 2020, la forma de trabajar, estudiar y socializar migró hacia la virtualidad. Esto ha sido un reto de gran magnitud debido a que cambió totalmente la forma de trabajar de muchas organizaciones; las capacidades de colaboración remota, de comunicación, manejo de herramientas digitales y de flexibilidad se tornaron sumamente críticas. El Foro Económico Mundial (FEM) en un artículo de la agenda “The Jobs Reset Summit” estima que para el 2025, 85 millones de empleos podrían ser reemplazados por la labor de una máquina (Whiting, 2020). Esto apunta a que en los próximos años los reclutadores buscarán competencias más atractivas en los postulantes.

En relación con lo anterior, Traylor et al. (2021) indican que los entrevistadores han cambiado el enfoque de centrarse únicamente en seleccionar personas con habilidades técnicas, comúnmente conocidas como duras, y han comenzado a enfatizar la importancia de rasgos no medibles. De forma similar, Whiting (2020) señala que el reporte de trabajos del futuro del FEM muestra que las compañías deberán recapacitar al menos al 50% de sus trabajadores como adaptación a la evolución tecnológica.

En el año 2020 surgieron nuevas habilidades blandas, especialmente en áreas de autogestión como aprendizaje activo, resiliencia, inteligencia emocional y flexibilidad. La habilidad blanda de mayor crecimiento es la resiliencia, que consiste en “el proceso de adaptarse bien a la adversidad, a un trauma, tragedia, amenaza, o fuentes de tensión significativas, como problemas familiares o de relaciones personales, problemas serios de salud o situaciones estresantes del trabajo o financieras” (APA, 2011).

No obstante, Ricardo Alania, director académico de Universitat Politècnica de Catalunya comentó en una noticia para El Comercio (2018) que todavía hay muchas empresas que seleccionan a los mejores capacitados en habilidades técnicas debido a que muchos de sus objetivos son a corto plazo, entre ellos, reducir costos y generar valor agregado. En Costa Rica, por ejemplo, uno de los puntos más débiles que tienen los trabajadores es la falta de conocimiento de habilidades blandas. Además, muchos empleadores piensan que las habilidades técnicas tienen un peso del 60% cuando se contrata (Araya-Fernández y Garita-González, 2019).

A pesar de esto, luego de un año de prueba bajo la virtualidad es posible complementar y corregir esas falencias que vivimos académica y profesionalmente. Las habilidades blandas comentadas, e incluso otras como empatía, toma de decisiones, creatividad y liderazgo, pueden ser enseñadas mediante plataformas de aprendizaje en línea como LinkedIn y Coursera (Whiting, 2020).

El mercado laboral ha sido transformado completamente gracias al impacto del COVID-19 y a las nuevas tecnologías. Las máquinas y la inteligencia artificial amenazan con cambiar el mundo como lo conocemos, es por esto por lo que los futuros trabajadores deberán aprender y desarrollar nuevas habilidades que no estén en libros, la resiliencia es una de ellas (Traylor et al., 2021). Así mismo, el empleador debe implementar las habilidades blandas en su empresa, brindar las herramientas para que sus trabajadores se adapten a los nuevos cambios y contar con la capacidad para identificar estas cualidades. De este modo, saber aprovechar este reto y poder implementar las habilidades blandas como herramienta son elementos claves para un buen crecimiento personal y profesional.

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.

Referencias bibliográficas:
  • American Psychological Association. (2011). El Camino a la Resiliencia. http://www.apa.org/centrodeapoyo/resiliencia-camino
  • Araya-Fernández, E. y Garita-González, G. (2019). Propuesta para el fortalecimiento de habilidades técnicas, blandas y complementarias, y su impacto en el currículo TIC desde una perspectiva laboral, profesional y de gestión académica. Revista Electrónica Calidad en la Educación Superior, 10(2), 112 - 141. https://doi.org/10.22458/caes.v10i2.1907
  • El Comercio. (2018, 17 de abril). ¿Por qué las empresas no siempre seleccionan a los más competentes? https://archivo.elcomercio.pe/especial/zona-ejecutiva/negocios/habilidades-blandas-que-empresas-no-seleccionan-mas-competentes-noticia-1993197
  • Traylor, A.M., Reyes, D.L. y Holladay, C. (2021). Do we practice what we preach?: the association between Judgements of soft skills and performance evaluations over time. Current Psychology. https://doi.org/10.1007/s12144-020-01276-0
  • Whiting, K. (2020). Estas son las 10 habilidades laborales más importantes del mañana y cuánto tiempo lleva aprenderlas. Foro Económico Mundial. https://www.weforum.org/agenda/2020/10/top-10-work-skills-of-tomorrow-how-long-it-takes-to-learn-them/