Más de cuatro millones de haitianos dependen de la ayuda humanitaria para satisfacer sus necesidades básicas después del terremoto del pasado 14 de agosto, ha advertido este miércoles la organización humanitaria Acción contra el Hambre.

El seísmo, que ya ha dejado más de 2.200 muertos y ha destruido gran parte de los puentes y carreteras de la región suroccidental del país, ha dañado gravemente los sistemas de riego de los campos de arroz en la zona, "lo que implica grandes pérdidas de las cosechas", ha asegurado la organización en un comunicado.

"Hemos visto una desolación total, casi todas las casas destruidas", ha lamentado el director de Acción contra el Hambre en Haití, Roseval Supreme, después de visitar el sur del país.

La organización advierte de que cerca de la mitad de las personas afectadas son niños. También destacan el impacto que el desastre ha tenido en la salud mental de la población.

"Los equipos de Acción contra el Hambre en el terreno están dando apoyo psicológico a las víctimas y al personal sanitario que está respondiendo a la emergencia", han asegurado desde el grupo.

"La población está en estado de shock", ha añadido Supreme. "Veíamos a las personas en las esquinas de las carreteras, sin nada, buscando sus pertenencias entre las ruinas", ha asegurado.

Uno de los principales desafíos continúa siendo el acceso al agua potable, por lo que la organización ha enviado módulos de potabilización desde España, con capacidad para proveer a unas 4.000 personas al día, según ha explicado la coordinadora del equipo de emergencias, Noelia Monge.

Aún así, Monge advierte de que "en términos de agua y saneamiento la situación sigue siendo crítica", ya que el terremoto destruyó por completo las infraestructuras hídricas de la zona.