Ningún país del mundo ha logrado aún la igualdad de género. La pandemia mundial por COVID-19 ha sido un duro recordatorio del enorme trabajo que queda por hacer para construir un mundo equitativo.

Desde el brote inicial de este virus, las mujeres han estado en la primera línea de respuesta y recuperación ante la pandemia, pero también han enfrentado su terrible impacto: niveles alarmantes de violencia doméstica y de género, mayores responsabilidades de cuido no reconocidas e inseguridad económica.

Sin embargo, los desafíos ofrecen la oportunidad de generar un cambio significativo, y Canadá está comprometido a trabajar con socios para hacerlo realidad. La resolución 1325 del Consejo de Seguridad de la ONU, base de la agenda de Mujeres, Paz y Seguridad, reconoce que las mujeres son poderosas agentes de cambio y nos urge garantizar que sean incluidas en las decisiones clave que afectan sus vidas. Este es su derecho.

Pero su participación es también una necesidad. Cada vez hay más pruebas que demuestran que la paz es más probable y sostenible cuando se toman en serio las voces y experiencias de las mujeres y se respetan sus derechos. Cuando las mujeres participan en la construcción de la paz, por ejemplo, la probabilidad de que la violencia se termine aumenta en un 24%.

En tiempos de crisis y conflicto, las mujeres y la juventud desempeñan un rol fundamental en la construcción de comunidades pacíficas, a pesar de los enormes riesgos que a menudo enfrentan al hacer este trabajo. Una y otra vez, las mujeres y la juventud lideran manifestaciones, construyen movimientos y demandan negociaciones de paz inclusivas y gobiernos representativos. A pesar de sus importantes contribuciones para prevenir, resolver y reconstruir después de épocas de crisis, las mujeres siguen en gran medida estando excluidas de los procesos de paz; su trabajo sigue sin recibir fondos suficientes, sus experiencias son poco reconocidas y ellas son blanco de violencia.

El Gobierno de Canadá lanzó #PazPorEllas, una campaña de un año, para aumentar el reconocimiento, acceso, apoyo y protección de las mujeres constructoras de paz en el mundo. #PazPorEllas es relevante para todas y todos y, también, para Costa Rica, país reconocido por la abolición del ejército y el apoyo a la construcción de la paz y a la resolución de conflictos.

Canadá y Costa Rica son importantes aliados en la promoción de los derechos de las mujeres y las niñas. La política exterior feminista de Canadá implica que trabajamos con socios que creen, al igual que nosotros, que las sociedades basadas en derechos, abiertas e inclusivas nos conducen a un mundo más próspero, pacífico y sostenible.

Costa Rica ha conseguido grandes avances en áreas como la participación política de las mujeres, la lucha contra la discriminación con base en la orientación sexual y la identidad de género, la declaratoria del país como un Estado multiétnico y pluricultural, y la ampliación del plazo de ley para los delitos de género cometidos contra menores.

Esto inspira a Canadá, al igual que los esfuerzos costarricenses por incluir las voces femeninas en la protección de la biodiversidad, las acciones climáticas, el esquema de descarbonización y la protección de bosques.  Sin duda, una respuesta a la amenaza del cambio climático requiere de la participación de las mujeres en la toma de decisiones. Ellas y la juventud están en la vanguardia de la prevención contra esta amenaza y no tendremos éxito sin sus perspectivas en el centro de nuestros esfuerzos.

Canadá avanza en la agenda de Mujeres, Paz y Seguridad reconociendo que podemos aprender de socios como Costa Rica y su histórico compromiso con la pacificación, demostrado en sus recientes contribuciones a las operaciones de mantenimiento de paz de las Naciones Unidas. Esperamos trabajar juntos en el desarrollo de un Plan de Acción Nacional de Mujeres, Paz y Seguridad, que sería un marco para el trabajo del Gobierno por la equidad de género, el empoderamiento femenino, el respeto por los derechos humanos y la diversidad.

Los tiempos de crisis, como la actual pandemia, a menudo constituyen profundos puntos de inflexión.  ¿Queremos preservar el statu quo o es hora de cambiar? En conjunto con Costa Rica, Canadá afirma que es hora de cambiar. Paz por ellas, ya es hora.

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