Por Erika Marie Brünker Zumbado - Estudiante la carrera de Relaciones Internacionales
Para nadie es un secreto el crecimiento acelerado que la lucha feminista ha tenido en los últimos años, especialmente en los países occidentales. Desde mujeres cantando y bailando en Chile y hermanas llorando en Costa Rica hasta compañeras gritando en México y amigas luchando en Estados Unidos, el mundo ha podido observar la fortaleza y el dolor de todas ellas, pero pocas veces se observa al movimiento en otros lugares. A pesar de que se escuchan constantemente las discusiones sobre la opresión de las mujeres en Medio Oriente, la mutilación genital femenina y los feminicidios en distintos países, el movimiento tiende a enfocarse en los problemas y a no darle importancia ni el espacio a la lucha de las mujeres de estas partes del mundo, la cual es de suma importancia y merece un espacio dentro del movimiento feminista.
Un país que ha resonado en el mundo por su violencia patriarcal es Turquía, en donde las mujeres son víctimas de violadores en serie, pedofilia y feminicidios. El país es considerado sumamente conservador y machista, y es liderado por personas que reproducen estos discursos dando órdenes de reprimir violentamente a quienes se manifiestan. Turquía, un país que fue pionero en los derechos de las mujeres en el siglo pasado, se ha visto oscurecido por el régimen autoritario actual, lo cual ha preocupado a los movimientos feministas nacionales. Los movimientos feministas turcos, a pesar de ser diferentes entre sÍ, están directamente conectados con el Islam, de alguna u otra manera, y terminan teniendo en común el interés por la representación política, la igualdad de derechos y los cambios necesarios en una cultura que ha sido expuesta como patriarcal y violenta.
Otro país que ha dado la impresión de estar en la mira de la comunidad internacional es Bielorrusia, gracias a las distintas protestas y levantamientos debido al descontento ante el manejo de la crisis y el desempleo. A la vez, existe una disparidad importante: el 85% de la población trabajadora en el área de salud son mujeres, quienes están más expuestas, menos representadas y más cansadas en general (Fein, 2020). La revolución que apenas está comenzando es liderada por mujeres, pero el movimiento feminista sigue siendo mal visto por la mayoría; el país tiene menores índices de feminismo que Ucrania y Rusia (Dzesiatava, 2016). Por suerte, el movimiento ha crecido en los últimos años, y con mujeres como aspirantes para puestos políticos, el rol y la importancia de la mujer en Bielorrusia está comenzando a cambiar para bien.
Ambos países han demostrado tener fuertes problemas culturales que se ven reflejados en la política y economía del país, y terminan afectando profundamente a las mujeres y los sectores más vulnerables. Por ejemplo, de acuerdo con The Guardian, en Turquía 42% de las mujeres entre los 15 y 60 años han sufrido algún tipo de violencia por parte de sus parejas, y solo en el 2019 hubo más de 470 feminicidios (McKernan, 2020). Los países explorados en este artículo demostraron tener grandes fallas internas, y un grupo de mujeres con mucha valentía dispuestas a arriesgar su vida para generar un cambio. Al final, el poder des-occidentalizar la lucha feminista significaría poder cederles espacio a mujeres con vivencias y creencias totalmente diferentes que de igual manera han decidido tener el feminismo como lucha en su día a día.
MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas. Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.
Referencias bibliográficas: