Por Carlos José Chaves Vega - Estudiante de la carrera de Enseñanza y Traducción del Inglés

Cuando Joaquín recibió el año nuevo en casa de sus amigos, no imaginó lo que el 2020 tenía guardado para él. Ese mismo día, el 31 de diciembre, la oficina de la Organización Mundial de la Salud en la República Popular China resaltó un comunicado de prensa emitido por la Comisión Municipal de Salud del Wuhan donde reportaba casos de lo que llamaron neumonía viral: ese fue el comienzo de la que más adelante en el año fue declarada la pandemia mundial del SARS-CoV-2 (World Health Organization, 2020). Las circunstancias generadas por esta situación alrededor del mundo han generado una cantidad interminable de cuestionamientos y decisiones, tanto como sociedad, como individuos (Mikkelsen, 2020). Una de esas decisiones es anteponer los intereses de la población a los de la persona, con lo cual la intención de salvaguardar la salud de la población está por encima de la privacidad de los ciudadanos o el acceso a sus datos.

Con el objetivo de proteger a sus ciudadanos, los distintos países del orbe han puesto medidas restrictivas de movimiento a sus pobladores con el fin de prevenir el aumento en los contagios del virus. De igual manera, compañías e instituciones públicas han creado mecanismos de rastreo y de información de sus ciudadanos, todo con el objetivo de conocer el comportamiento del virus en la población para poder tomar decisiones basadas en los datos emitidos por esos mecanismos. Es en este punto donde debemos aceptar que, en una situación declarada como pandemia mundial, el comportamiento de todos y cada uno de los habitantes de un país tiene un efecto directo en las estadísticas de contagio de la población. Partiendo de esta afirmación, es imperativo que los gobiernos tengan acceso a datos proporcionados por los mismos ciudadanos con el fin de conocer, de primera mano, el comportamiento de los habitantes para poder tomar medidas preventivas. En este tipo de emergencias, es absolutamente necesario realizar un balance entre la privacidad y otras consideraciones, como lo es salvar vidas humanas. La iniciativa Global Pulse, de la Secretaría General de las Naciones Unidas, llama a esta como una "pandemia dirigida por datos". Esta iniciativa de manejo de datos busca tener a mano la información necesaria para responder, mitigar o preparar la respuesta ante emergencias como la pandemia de SARS-CoV-2 (Dwayne Carruthers, 2020).

Ante esta situación, organismos internacionales como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) han emitido criterios basados en las situaciones que se han presentado al respecto a nivel mundial. La OCDE considera que el papel de los gobiernos y las instancias del sector privado deben velar por el cumplimiento de los principios fundamentales sobre la privacidad y la gobernanza de datos (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, 2020). Si bien es necesario la aplicación de criterios cuidadosos a la hora de manejar esos datos en contextos de emergencia, también abre la puerta la OCDE para crear la legislación necesaria para dar claridad sobre la manera adecuada del uso de datos de los habitantes del país (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, 2020). No obstante, la OCDE reconoce la importancia del manejo de esos datos al apuntar a la necesidad de la legislación sobre la materia.

En virtud de la situación de emergencia por la que atraviesa el mundo, los países no se pueden dar el lujo de esperar a que se aprueben las leyes necesarias para el manejo de datos. Por lo general, los parlamentos no tienen la agilidad política para tomar esas decisiones en un tiempo record. Es por lo anterior que los habitantes de un país, como Joaquín, deben cumplir con su responsabilidad ciudadana de proveer la información privada que sea relevante y necesaria para tomar las decisiones tendientes a la contención de la transmisión del virus SARS-CoV-2. Las autoridades competentes de cada país deben honrar esos datos y utilizarlos únicamente para los fines particulares durante la situación de pandemia.

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.

 

 

Referencias bibliográficas:
  • Dwayne Carruthers, P. K. (2020, 2 julio). Extending the Art of the Possible with Big Data to Better Inform COVID-19 Responses. UN Global Pulse. https://www.unglobalpulse.org/2020/07/extending-the-art-of-the-possible-with-big-data-to-better-inform-covid-19-responses/
  • Mikkelsen, D. (2020, 15 junio). Privacy, Security, and Public Health in a Pandemic Year. McKinsey & Company. https://www.mckinsey.com/business-functions/risk/our-insights/privacy-security-and-public-health-in-a-pandemic-year#0
  • Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. (2020, 14 abril). Medidas políticas clave de la OCDE ante el Coronavirus (COVID-19): Garantizar la privacidad de datos mientras luchamos contra el COVID-19. OCDE. http://www.oecd.org/coronavirus/policy-responses/garantizar-la-privacidad-de-datos-mientras-luchamos-contra-el-covid-19-49dc1537/
  • World Health Organization. (2020). Timeline: WHO's COVID-19 response. World Health Organization International. https://www.who.int/emergencies/diseases/novel-coronavirus-2019/interactive-timeline?gclid=CjwKCAjw_NX7BRA1EiwA2dpg0i1q35FDz3Idq__X14LcBZDevuaaXYtN6C8rQMiZyhlwNCQ3QGuC_hoCJz0QAvD_BwE#event-0