Hablar de lo erógeno es hablar de aquello sensible y que tiene por lo general una connotación de carácter sexual en las personas, más que eso lo erógeno es la capacidad de poder sentir. Les propongo hablar de lo erógeno desde lo social de aquello que es sumamente sensible por su relevancia y aporte en el diario vivir. Sí, hablo de apropiarse de lo erógeno desde lo público y sacarle del armario, de aquello que se esconde y se negocia hacia el interior de la política pública. Lo erógeno aquí es el Estado Social de Derecho y sus instituciones, sus leyes, sus posiciones políticas e ideológicas, sus hijos e hijas, su salud, su educación, tan erógeno y sensible es, que cualquier caricia dependiendo de cómo se haga políticamente lesiona directamente los intereses colectivos que propician y generan desarrollo en aquellos grupos y sectores con menos posibilidades y no hablo aquí de sostener una discurso paternalista y asistencialista, sino más bien de una concientización para el cambio y la transformación.

No hay persona que no conozca una parte erógena de su cuerpo, una parte sensible al tacto a la cual no se reaccione con un movimiento sutil o estimulante. Sin embargo, de aquello erógeno y sensible debido a que lesiona los intereses y derechos colectivos se nos ha enseñado a no defenderle, a no sentir, a no sostener ejemplos recientes podrían ser: la autonomía de las Universidades Públicas, La Dirección General del Servicio Civil que esté sujeta al Ministerio de Planificación Nacional y Política económica que responde directamente a la planificación de turno que dispongan los partidos políticos, el salario único en el sector público, la segunda oleada de impuestos sobre los hombros del pueblo, la inmunidad a los agrandes capitales, el desempleo y la pobreza, el deterioro de la salud mental en la población, la precarización de la cotidianeidad, del pensar, del hacer, y el acatamiento desde la verticalidad de organismos internacionales sobre la vida nacional.

Es decir, podríamos decir entonces que una zona erógena en lo social es aquello que genera encuentro por su alta sensibilidad y aquí podemos mencionar entonces algunas de ellas, como lo son: la canasta básica, el salario, el empleo, la salud, la educación, la promoción de la cultura, las leyes, entre otras.  Hoy día estas zonas se encuentran en una alta estimulación promovida por los grupos de poder que tienen la representación política de nuestro país, condicionando el presente y futuro, pareciera ser que la forma de trabajo articulada y en red de los grupos tomadores de decisiones no enseñara nada de cómo trabajar. En ese sentido la sindicalización se ha vuelto parcial, ha perdido la capacidad del trabajo conjunto, de tejer en red, de articularse en red y de acompañar en red.

Si lo erógeno en la persona tiene una corporalidad y en esa corporalidad cuando se explora hay zonas más sensibles a las cuales se reacciona, así también el Estado y sus Instituciones tienen una corporalidad robusta que responde a las estimulaciones que se hagan en sus zonas más sensibles como lo son: el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo y el Poder Judicial, cabe resaltar que las reacciones que desde ahí se desprenden repercuten en la vida cotidiana de cualquier persona en el país, lo sensible desde ahí se manifiesta en el desempleo, recortes en salud, educación, cierre de programas, política nacional, economía, cultura entre otros.

En consonancia con lo anterior, también habría que decir que nuestra Constitución Política es la cabeza que rige o regula la estimulación generada por las decisiones políticas en la corporalidad del Estado Social de Derecho, pero al parecer de tanta violencia sistemática la Constitución ha aprendido a naturalizar y legitimar la violencia a través de leyes y resoluciones, se encuentra en esencia en un estado de indefensión. Será entonces que las magistraturas de las altas cortes de este país presentan el Síndrome de la Rana Hervida, pues esas redes neuronales que captan la sensibilidad de lo que está sucediendo en el país no responden a la salvaguarda de los intereses de la mayoría de la población.

Finalmente, si hablamos de la corporalidad social esta se manifiesta todos los días de diferentes formas, aquí lo erógeno repunta en ajusticiamientos, feminicidios, desempleo, pobreza, saqueos, violación de derechos humanos, retrocesos laborales, en esta época  Única Mirando al Mar representa quizás a miles de personas que luchan en su diario vivir, Carlos Luis Fallas y Carmen Lyra estarían en las barriadas organizando personas y obreros, Jorge de Bravo quizás con su denuncia poética concientizaría sobre la realidad nacional vivida. En estos momentos lo que más se hace urgente es la necesidad de recuperar la capacidad de poder sentir nuestras diferentes corporalidades y lo erógeno que hay en ellas, para enfrentarse a las embestidas del presente que de seguir tan cual rumbo, ni norte como se le conoce al viento en el sur de nuestro país podrá recuperar la vela y prevenir del naufragio a un país que hasta hace poco, dejo por dicha de mirarse en su reflejo como la Suiza centroamericana, pues ha podido verse ya sin máscara.

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