Por Noelia Chacón Solís y Melissa Díaz Mena – Estudiantes  de la Licenciatura en Salud Ocupacional con énfasis en Seguridad Industrial

Costa Rica es un país ubicado en América Central, cuenta con 5 022 000 habitantes y está bañado por un territorio de 51100 Km2. A pesar de ser una nación pequeña comparada a otros países, nuestro territorio ha sobrellevado eventualidades muy duras; con la ayuda y solidaridad de los costarricenses se ha logrado superar estos incidentes o se han minimizado sus impactos. En el año 2009 sucedió el terremoto de Cinchona y en el 2016 pasó un huracán sobre nuestro territorio que provocó grandes destrozos en el área de Upala. Ante estas y otras emergencias que han azotado al país cabe preguntarse si Costa Rica está preparado para una emergencia.

En los últimos años se ha generado normativa con el fin de mitigar las emergencias y actuar de la mejor manera. Estas iniciativas también han llegado a la televisión, radio y a empresas, las cuales han empezado a generar una cultura de cómo actuar en caso de emergencia, ya sea sismo, inundación, incendio o emergencia médica.

Sin embargo, como parte de la cultura del costarricenses no todos toman en serio estas recomendaciones, o bien piensan que no les va a suceder nada. Esto se ha evidenciado en las múltiples emergencias que han sucedido: desde incendios por instalaciones eléctricas incorrectas, construcciones en lugares vulnerables hasta inundaciones en la gran área metropolitana. Pero ¿qué genera que las personas sean así?

Se puede considerar el argumento anteriormente mencionado sobre la cultura del costarricense. No obstante, tenemos que tener en cuenta que mucha de la culpa es de las distintas instancias gubernamentales, porque, a pesar de que se crean leyes o normativas, no se tiene la cantidad de personal requerido para garantizar su cumplimiento. Así mismo, no se tienen protocolos para la actuación en las emergencias, causando que todos quieran ayudar y no se tenga un rol definido, genera confusión en la población y peor aún siempre respaldándose de los recursos de la Comisión Nacional de Emergencias. Además, se genera mucha debilidad y costumbre de que las personas construyan en lugares vulnerables, ya que ellos saben que si les pasa algo el Estado debe brindarles ayuda. Esto es lamentable porque hay personas que se acostumbran y viven del dinero del país, a pesar de que esto se puede mitigar desde un buen control de los recursos.

Tomando en consideración estos casos, se evidencia que Costa Rica tiene algunas herramientas para estar preparado para una emergencia. Sin embargo, se puede mejorar los procedimientos de respuesta por parte de los entes gubernamentales generando conciencia sobre las distintas leyes y normativas, colocando más personal para que se dé el cumplimiento del mismo, evitando construcciones en lugares vulnerables, concientizando al pueblo acerca de que el dinero que se usa para las emergencias es de todo el país y que cuesta, así como generando una excelente reserva de dinero para las eventualidades sin que se toque el dinero de otros proyectos porque estanca aún más al territorio. Por último, se debe eliminar el concepto de “a mí esas cosas no me pasan, sino a los demás”.

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.