Las vacunas contra la COVID-19 empiezan a ser aprobadas por las distintas agencias reguladoras internacionales, lo que da pie a que los países empiecen a suscribir contratos con las casas farmacéuticas para dotarse de dosis para inmunizar a su población.
Costa Rica optó, hasta la fecha, por adquirir la vacuna de AstraZeneca y la de Pfizer-BioNTech, siendo esta última la que se proyecta ingresará primero.
Este miércoles las autoridades de la Caja Costarricense de Seguro Social, Ministerio de Salud y varios expertos realizaron un taller para explicar cómo será la logística de llegada y distribución de las dosis de vacuna, su colocación en la población y los mitos y verdades respecto a las vacunas.
La información la agrupamos en diez temas que debe saber sobre las vacunas contra la COVID-19 que llegarán a Costa Rica.
1. Cuántas dosis se comprarán y cuántas personas serán inmunizadas
Costa Rica ha suscrito tres convenios: dos bilaterales con casas farmacéuticas (AstraZeneca y Pfizer) y uno con el mecanismo COVAX de la Organización Mundial de la Salud para recibir 6 millones de dosis de vacunas.
Con AstraZeneca el país recibirá 1 millón de dosis y siendo que se requieren dos por persona, serán inmunizadas 500 mil personas con ella. Mientras tanto, con Pfizer-BioNTech se negociaron 3 millones de dosis, para 1.5 millones de personas.
Finalmente, el mecanismo COVAX de la OMS dará dosis de vacuna para inmunizar al 20% de la población costarricense, es decir, cerca de 1 millón de personas. Aún se desconoce cuál vacuna será la que suministre este mecanismo.
2. ¿Cuánto porcentaje de la población será inmunizada con las 6 millones de dosis?
Se podría afirmar que el 60% de la población costarricense será vacunada, sin embargo, las vacunas hasta el momento están dirigidas a personas mayores de 18 años y tampoco podrán colocarse a mujeres embarazadas o que se encuentren dando lactancia a menores de edad.
Recientemente autoridades sanitarias internacionales también han señalado que no se recomienda colocar la vacuna de Pfizer-BioNTech a personas con antecedentes de reacciones alérgicas severas o graves, por lo que la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) estima que con las 6 millones de dosis que entrarán al país, tras excluir a aquellos que no podrán recibirla, se podrá vacunar entre el 85% y el 90% de la población objetivo, suficiente para toda la población de riesgo, trabajadores de primera respuesta y trabajadores en áreas con alto riesgo de contagio.
Ese porcentaje de población objetivo vacunada coloca a Costa Rica dentro de la lista de países con mayor porcentaje de vacunas adquiridas para inmunizar a toda su población, inclusive por encima de países como Suiza, Argentina, Brasil, Ecuador, Indonesia, India, Perú, Nueva Zelanda y Egipto.
3. ¿Cómo se decidió cuáles vacunas adquirir?
Roberto Arroba Tijerino, coordinador de inmunizaciones del Ministerio de Salud explicó que la Comisión Nacional de Vacunas definió unos criterios para evaluar todas las vacunas candidatas contra la COVID-19 y de acuerdo a una puntuación establecida, se pudo definir cuáles serían adquiridas.
Los criterios fueron científicos, inmunológicos, logísticos, administrativos y de precio.
Los criterios científicos a considerar eran: que la vacuna se encontrara en Fase III (5 puntos si la respuesta era sí; 0 puntos si la respuesta era no), que hubiese publicaciones de las fases I y II de la vacuna (5 puntos si la respuesta era sí; 0 puntos si la respuesta era no), si esas publicaciones estaban disponibles (5 puntos si la respuesta era sí; 0 puntos si la respuesta era no) y los efectos adversos de la vacuna (5 puntos si eran leves, 3 puntos si eran moderados y 1 punto si eran severos).
Los criterios inmunológicos eran: porcentaje de anticuerpos neutralizantes (5 puntos si era de entre 96% y 100%, 3 puntos si era de entre 91% y 95% y 1 punto si era inferior al 90%) y medición de célula T efectora, es decir, la que elimina el patógeno (5 puntos si era posible la medición y 0 puntos si no era posible).
Los criterios logísticos eran: una cadena de frío (5 puntos si era de entre 2 °C a 8 °C, que es la capacidad instalada en el Programa Ampliado de Inmunizaciones, 3 puntos si tenía otra condición con capacidad para almacenarla y 0 puntos si la otra condición imposibilitaba su almacenamiento), que no requiriera reconstitución (5 puntos si no la requiere; 0 puntos si la requiere) y la fecha de entrega (5 puntos por entregarle antes o durante el primer trimestre de 2021, 2 puntos por entregarla durante el segundo trimestre, 1 punto por entregarla durante el tercer trimestre y 0 puntos por entregarla en el cuatro trimestre).
Por último, el criterio administrativo consistía: 5 puntos por no tener que pagar la reserva por adelantado y 0 puntos si debía hacerse el pago; 5 puntos si participaba del mecanismo COVAX y 0 puntos si no participaba y 5 puntos si la vacuna había recibido autorización de una Agencia Regulatoria Estricta como la FDA de Estados Unidos, la Agencia Europea de Medicamentos, o las agencias de Japón, Suiza o Alemania. Sin autorización, se otorgaba un puntaje de 0.
El criterio de precio consistía en 5 puntos si el precio por persona era de entre 2 a 10 dólares, 3 puntos si era de entre 11 a 20 dólares por persona, 1 punto si era de entre 21 a 40 dólares por persona y 0 puntos si el precio por persona era igual o superior a los 40 dólares.
La evaluación arrojó que las vacunas candidatas con mejores calificaciones, de mayor a menor, eran la de AstraZeneca, Pfizer-BioNTech y Moderna. Sobre esta última pesó especialmente su calificación el factor precio, que es más elevado respecto a las otras.
4. ¿Será obligatorio vacunarse?
No. Será voluntario.
Inclusive, la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) no recomienda forzar la vacunación, sino impulsar campañas de información que otorguen a la población toda la información que necesita para convencerse, por cuenta propia, de la necesidad y oportunidad de vacunarse contra el SARS-CoV-2.
5. ¿Cómo funcionan las vacunas contra la COVID-19?
La doctora Eugenia Corrales Aguilar, viróloga de la Universidad de Costa Rica, explicó que el coronavirus SARS-CoV-2 tiene una proteína o espícula denominada "Proteína S", encargada de permitir la entrada a las células humanas para replicarse y, por ende, infectar todo el organismo.
Esa proteína, a inicios de la década de los años 2000, fue identificada en el SARS-CoV-1 y en el MERS como el "talón de Aquiles" de los coronavirus, de modo que para combatirlos se planteó bloquear esa proteína, de modo que no pudiera infectar las células y así evitar la infección.
Los otros coronavirus no requirieron desarrollar una vacuna pues fueron erradicados, no así con el SARS-CoV-2 que causa la COVID-19.
Pfizer y BioNTech decidieron usar una tecnología creada desde hace 30 años denominada ARN Mensajero (ARNm), en lugar de la tecnología tradicional de las vacunas (que consiste en introducirle a la persona un patógeno atenuado o debilitado, para forzar al sistema inmune a producir anticuerpos).
Esta vacuna con ARN mensajero consiste en crear en un laboratorio una copia sintética de la proteína del coronavirus encargada de permitir la entrada en la célula humana (la "Proteína S"), introducirla al organismo y forzar al sistema inmune a producir anticuerpos que impedirán que ante un eventual contacto con el coronavirus, el patógeno pueda entrar en la célula, replicarse e infectar el organismo.
Esa tarea, sin embargo, es muy complicada porque la proteína en cuestión es muy grande, por lo que son pocas las vacunas que emplean esta tecnología (por ejemplo la usada para combatir la Hepatitis B). Así las cosas, la vacuna con ARN mensajero contra la COVID-19 no es la primera en su tipo que usa esta tecnología, mas sí una que por la emergencia sanitaria mundial que se vive logró desarrollarse rápidamente al tener prioridad para las casas farmacéuticas.
Creada la copia sintética de la Proteína S, los científicos la envuelven en lípidos (una capa de grasa) y luego la introducen al organismo humano mediante la vacuna. En ese momento el sistema inmune reconoce una proteína viral, no humana, por lo que la considera intrusa y empieza a producir una respuesta inmune dirigida contra la proteína para evitar la infección de todas las células y, por ende, una enfermedad severa, complicaciones y la muerte del paciente.
La vacuna de Moderna utiliza esta misma tecnología.
Por su parte, la doctora Teresa Somogyi, jefa de la División de Diagnóstico Molecular y funcionaria del Hospital México explicó que la vacuna de AstreZeneca utiliza el mecanismo de vector viral, o virus genéticamente modificado.
Específicamente, esa vacuna utiliza un adenovirus de chimpancé al cual se le introdujo la información de la Proteína S del SARS-CoV-2, eliminando su capacidad infectante y de replicación, así como una "autodestrucción" del adenovirus de chimpancé, de modo que solo quede la información del "talón de Aquiles". La experta comparó esta tecnología con un "caballo de Troya": se presenta como adenovirus de chimpancé, pero su arma oculta es la información de la Proteína S.
El resto opera prácticamente igual: el sistema inmune reconoce la proteína como una proveniente de un virus, no de humanos, la considera invasora y crea la reacción inmune para neutralizarla y proteger las células de una futura infección.
Sin embargo, la vacuna de AstraZeneca tiene la particularidad de que su acción en la célula está dirigida a proteger especialmente los pulmones, por lo que las personas aún podrían infectarse por la nariz, pero la cantidad de virus en su organismo será muy baja, el tiempo durante el cual la persona podría excretar copias del virus también disminuirá y de desarrollar enfermedad, la afectación a los pulmones de la persona no será grave.
6. ¿Por qué se requiere una segunda dosis y cuánto tiempo después debe colocarse?
La doctora Eugenia Corrales Aguilar explicó que por tratarse de patógenos con los que el cuerpo humano nunca he tenido contacto previo, la segunda dosis se hace necesaria para reforzar el aprendizaje que adquiere el sistema inmune tras la primera dosis.
De hecho, por ejemplo, las estadísticas señalan que con solo una dosis la efectividad de la vacuna contra una infección por SARS-CoV-2 ronda el 50%, porcentaje que se incrementa por encima del 90% cuando se suministra la segunda dosis.
Para el caso de la vacuna de AstraZeneca, la segunda dosis debe colocarse exactamente 28 días después de la primera; mientras que la de Pfizer-BioNTech debe colocarse 21 días después de la primera dosis.
Acá surge otra duda que fue abordada por las expertas: ¿puede una persona infectarse durante el intervalo para recibir la segunda dosis? Sí, porque el porcentaje de efectividad de la primera dosis es inferior. Por ello, aunque vacunados, deberemos seguir usando mascarillas, practicando distanciamiento social y medidas de higiene, hasta que se alcance la inmunidad colectiva (o de rebaño) que permita controlar y eventualmente erradicar las cadenas de infección.
7. ¿Quiénes recibirán primero la vacuna?
Aún se están afinando las listas específicas, sin embargo, quienes la recibirán primero serán los adultos mayores institucionalizados en hogares de larga estancia (los denominados "asilos" u "hogares de retiro"), pues tienen un riesgo aumentado de enfermar, tener complicaciones y morir. Luego de ellos, estará el resto de personas adultas mayores.
En segundo lugar, estarán las personas del grupo de personas con factores de riesgo: enfermedades crónicas como hipertensión arterial, diabetes mellitus, obesidad, entre otras que hacen que se tenga un riesgo mayor de enfermar, tener complicaciones y morir.
Luego, le tocará al personal de primera respuesta: trabajadores de la salud expuestos al virus, con riesgo de enfermar y contagiar a personas vulnerables.
La lista más extensa y detallada es:
- Trabajadores de centros de larga estancia y adultos mayores que habitan en ellos.
- Trabajadores de primera respuesta.
- Adultos de 58 años o más.
- Personas con factores de riesgo: hipertensos, diabéticos, cardiópatas, enfermos respiratorios crónicos, con enfermedad renal crónica, obesidad grado III y mórbida, y cáncer.
- Profesores del Ministerio de Educación Pública.
- Población privada de libertad.
- Trabajadores del Poder Judicial.
- Trabajadores del Sistema de Emergencias 9-1-1.
- Estudiantes de Ciencias de la Salud y técnicos afines en campos clínicos.
- Población de 40 a 57 años sin otro de los riesgos previamente descritos, que realizan actividades laborales relacionadas a contacto de personas o de impacto en el sector productivo (agricultura, construcción, atención al cliente, restaurantes, empleadas domésticas, etc.)
8. ¿Cuál será la logística de distribución y colocación de la vacuna?
La doctora Leandra Abarca Gomez, coordinadora del Programa Ampliado de Inmunizaciones de la CCSS explicó los desafíos que se tienen identificados con la vacuna de Pfizer-BioNTech, que es la que Costa Rica ya autorizó para su uso de emergencia: requiere dos dosis, ingresará a lo largo del 2021, se deberá vacunar por etapas y por grupos prioritarios, y requiere mantener una cadena de frío.
El ARN mensajero usado en la vacuna de Pfizer-BioNTech es muy frágil y dura solo horas en el organismo (por lo que no puede hacer otra cosa a nuestro cuerpo más que decirle que genere anticuerpos contra la Proteína S). Esa fragilidad amerita resguardarla a temperaturas muy bajas (-70°C) por hasta seis meses, y a temperaturas de 2° C a 8° C en periodos cortos de hasta cinco días.
Dato D+: Para mantener la cadena de frío la Comisión Nacional de Emergencias compró 14 congeladores de ultra baja temperatura que serán distribuidos en todas las provincias y regiones del país.
La vacuna de Pfizer-BioNTech saldrá de las casas fabricantes y llegará a Costa Rica en vuelos de la empresa DHL, que además la entregará en los congeladores de ultra baja temperatura. Habrá un día plazo para entrega y distribución.
Una vez almacenadas esas vacunas en esos congeladores, los diferentes equipos de vacunación de la CCSS llegarán a retirar la cantidad de vacuna semanal que van a utilizar y la trasladaran a los congeladores ya existentes en todo el país, que mantienen la vacuna a temperaturas de entre 2° C a 8° C.
La estrategia para colocar la vacuna de Pfizer-BioNTech consistirá en lapsos de tres semanas: en las primeras tres se colocarán las primeras dosis y en las siguientes tres semanas se colocará la segunda dosis, conforme la gente vaya cumpliendo los 21 días después de recibir la primera dosis.
Cada persona recibirá un carnet con el detalle de cuál vacuna recibió, en qué fecha y cuándo le corresponde recibir la segunda dosis. Esa información, además, estará incluida en el Expediente Digital Único en Salud (EDUS) mediante un nuevo módulo de información sobre vacunación, que aspira a largo plazo a convertirse en el carné de vacunas digitalizado de toda la población.
Las autoridades de la CCSS explicaron que se tiene previsto otorgar un solo tipo de vacuna a diferentes regiones. Con ello se evita el riesgo de que una persona reciba una segunda dosis del tipo que no le corresponde.
Sumado al día plazo para entrega y distribución a los congeladores de ultra baja temperatura, habrá un día para transportar y distribuir la vacuna a los distintos centros de salud donde la misma será colocada. Los restantes cuatro días se usarán para inmunizar a la población.
Cabe señalar que las vacunas no serán colocadas directamente de los frascos que enviará Pfizer-BioNTech: cada vacuna debe descongelarse, prepararse, diluirse, inspeccionarse y aplicarse. Después de preparada la vacuna, se tienen 6 horas para colocarla al ser humano.
9. ¿Habrá efectos adversos?
Todo medicamento tiene efectos secundarios. El doctor Jorge Chavarría Murillo, especialista en infectología del Hospital Calderón Guardia, explicó que hay una variedad de circunstancias, incluidas de herencia genética, que podrían llevar a que una persona tenga mayor o menor protección de la vacuna y mayor o menor probabilidad de tener una reacción adversa.
Tal y como ocurre en la actualidad con las vacunas que son colocadas en el país, se dará seguimiento a los efectos secundarios que tenga una persona después de vacunarse por hasta 30 días después de recibidas las dosis. Si los efectos secundarios son leves se darán instrucciones a la persona para aliviar los síntomas (como tomar acetaminofén), pero si son graves se activa todo un protocolo de investigación para determinar qué causó dicha reacción.
Ese seguimiento está formado, entre otras cosas, por un componente denominado "margen de frecuencia esperada", es decir, cuántos reportes de reacciones adversas se esperan en un determinado plazo, y la severidad de dichos reportes. Si la cantidad recibida se sale de ese margen aceptable, se abrirá también una investigación para determinar qué está pasando.
10. ¿Cambiarán mi ADN o me inyectarán elementos tóxicos y peligrosos?
Una vacuna contiene agua destilada, solución salina, elementos inmunobiológicos, preservantes, estabilizadores, antibióticos, estabilizadores del antígeno y adyuvantes.
Dentro de toda esa gama de elementos hay cosas como metales, sacarosa u otros componentes que los partidarios de la desinformación utilizan para instar a no colocarse las vacunas.
Entre las informaciones falsas se encuentra que la vacuna contiene metil mercurio, cuando la realidad es que este no se emplea en las vacunas desde el año 2002. También se acusa a las vacunas de causar autismo, pese a que desde el 2014 un estudio científico revisado y aprobado descartó tal asociación.
La cantidad de sacarosa contenida en las vacunas no es capaz de alterar los niveles de azúcar en el cuerpo humano. Tampoco lo es posible con el aluminio, el formaldehído u otros componentes de las vacunas.
Por ejemplo, un recién nacido tiene en su organismo niveles de formaldehído (un cancerígeno por exposición prolongada y sostenida) mucho más elevados que el que contienen las vacunas, por lo que no causa afectaciones. Asimismo, tiene más aluminio un antiácido o una aspirina que una vacuna.
Las autoridades de la CCSS enlistaron siete mitos sobre la vacuna contra la COVID-19:
- Si ya tuvo COVID-19 no se debe vacunar. FALSO.
- No se cuenta con suficiente información para demostrar que la inmunidad que confiere la infección natural durará toda la vida. Por ahora, se recomienda que una persona infectada espere 90 días después de declarada recuperada para ser vacunada.
- Una vez infectado debe ser inmune de por vida. FALSO.
- No se cuenta con suficiente información para demostrar que la inmunidad que confiere la infección natural durará toda la vida.
- Se puede andar sin mascarilla después de la vacuna. FALSO.
- Tomará varios meses vacunar a muchas personas para alcanzar la inmunidad, además que la protección no es inmediata. Además, aún se desconoce si una persona que recibió vacuna y contrajo el virus, aunque no se enferme o desarrolle síntomas, pueda infectar o no a otras personas.
- Usan versiones vivas del SARS-CoV-2. FALSO.
- Ninguna de las vacunas utiliza SARS-CoV-2 vivo.
- Las vacunas de ARN pueden modificar el ADN. FALSO.
- El organismo humano ya utiliza ARN mensajero. Al ser frágil y de rápida destrucción, no entra ni puede entrar al núcleo donde está nuestro ADN. Aun y en la remota posibilidad de que el ARN mensajero permanezca más tiempo en el organismo, no sería capaz de ingresar al ADN pues este se encuentra en el núcleo de la célula, y el ARN mensajero estaría en el citoplasma.
- No se necesitan las dos dosis. FALSO.
- No hay información suficiente que defina si en este caso una sola dosis podrá sostener una respuesta inmunológica robusta.
- Se desarrolló muy rápido. SÍ, PERO...
- Se le dio prioridad porque se trata de una pandemia, pero sí se han seguido los pasos clínicos para su desarrollo. Se lanza a la población general cuando más de 43.000 personas la han recibido.
- Hubo reacciones alérgicas. SÍ, COMO CON CUALQUIER MEDICAMENTO.
- Solo se han documentado reacciones adversas graves en personas con antecedentes de reacción alérgica severa (choque anafiláctico), cosa que puede pasar con alimentos, medicamentos o vacunas. Generalmente las personas con estas afecciones saben que las tienen y llevan consigo una inyección de epinefrina que detiene la reacción alérgica severa.
Más datos
- La doctora Leandra Abarca Gómez destacó las cosas que aún no sabemos sobre la vacuna: la periodicidad en la que llegarán al país, los tiempos de inmunidad posterior a su aplicación, otros eventos adversos supuestamente atribuidos a la vacunación que se puedan presentar, las características específicas de la vacuna y las eventuales condiciones especiales de preparación. Ella también señaló que para la vacunación en zonas rurales se seguirá el modelo actual que consiste en emplear a los ATAPS, previa coordinación con la comunidad rural, para colocar las vacunas.
- El doctor Roberto Arroba, de la Dirección de Vigilancia de la Salud, afirmó que la vacuna no se va a cobrar, pues sale más caro tener a una persona enferma que ponerle la vacuna aunque no tenga seguro social.
- El costo promedio de persona a vacunar es de entre 11 a 12 dólares, según el doctor Pedro González, viceministro de Salud.