Por Adriana Ramírez - Estudiante de la carrera de Ingeniería Industrial
Es indiscutible que la pandemia COVID-19 ha venido a modificar puestos de trabajo en todas las maneras y niveles; y sí, no estábamos preparados. Desde mi experiencia haciendo working from home, puedo afirmar que ha sido un cambio radical no solo por no tener contacto físico con compañeros, clientes, superiores, sino por el hecho de tratar de ser igual de productiva que hace tres meses, pero desde casa, y seguramente sin el 40 % (aproximadamente) de las cosas necesarios que tenía en el trabajo, como silla ergonómica, escritorio, concentración, horarios establecidos, entre otros. Y es aquí dónde surge una pregunta que se considera importante: ¿cómo se puede hacer todo esto sin olvidarnos de la ergonomía y la influencia que esta tiene en nuestra vida?
Se pueden implementar ciertas acciones que ayudan considerablemente a reducir riesgos de lesiones y a mantener la productividad desde casa. Una de ellas es tener una postura neutral, esto implica tener el cuello recto, hombros rectos hacia abajo, los codos en un ángulo recto y, sobre todo, el ángulo de la silla 90 grados de caderas y rodillas. También se debe mantener la altura del ojo y el codo. Un dato muy importante es que las teclas ASDF deben de estar a la altura del codo. Por otro lado, para evitar la fatiga visual que puede ocasionar estar mucho tiempo en la computadora, es recomendable realizar pequeños descansos “regla 20-20-20” (Subramanian, Miller y Fernández, 2020). Esta última no solo se debe realizar por estar trabajando remotamente, sino en momentos y lugares donde se requieran. También aspectos como la iluminación, planificación de horarios, realizar pausas de diez a quince minutos cada dos horas ayudan a mantener nuestra salud. (RH Saludable, 2014).
Parte de la población se preguntará cómo se pueden respetar y tomar en cuenta lo mencionado en el párrafo anterior si no se tienen las condiciones en casa. En cierto punto, es válido, sin embargo, para todo existe una solución, ya sea indicando a los superiores la necesidad de diseñar un espacio ergonómico en el hogar, o bien adaptando nuestro propio espacio. (SmartBuys Consulting S.L, 2020). Un ejemplo muy sencillo de adaptación es el siguiente: si se tiene una mesa y la computadora que no queda en el ángulo adecuado, se pueden colocar objetos sobre la mesa con el fin de tener la posición correcta. Otro cuestionamiento que las personas pueden hacerse es ¿cómo planificar mi horario si nadie me supervisa?, “puedo realizar mis obligaciones en horarios no hábiles”. Para esto se requiere de compromiso y honestidad con la institución que labora y entender que realizar sus obligaciones a destiempo le puede generar ciertos padecimientos.
Para finalizar, se tiene que entender que la situación actual lleva consigo palabras como cambio, adaptación y, sobre todo, mantener ciertos niveles, en este caso, de la productividad que antes se tenían. El empeño y los deseos de sobrellevar este cambio dependen de nosotros como colaboradores, el crear las condiciones también depende de nosotros mismos, y me incluyo en este apartado porque yo también lo estoy experimentando, y doy fe de que si establecemos horarios, evitamos “tentaciones”, como el uso del celular, ruidos, distracciones, y realizamos una división entre lo que es trabajo y lo que no, se pueden obtener muchos resultados positivos. Informarnos de salud, seguridad ocupacional sirve de mucho, ya que podremos crear, diseñar todos esos requerimientos para no sufrir riesgos laborales.
