Por Daniel Hernández – Estudiante de la Ingeniería en Seguridad Laboral y Ambiental

Hace unos 2 años, navegando por una de las redes sociales favoritas de los usuarios costarricense, Facebook, me causó curiosidad leer un post de una amistad, en el cual reclamaba su derecho como madre a decidir si vacunar o no a su bebé. En el mismo denunciaba cómo el PANI la obligaba a poner al día las vacunas de su bebé con la amenaza de que, si no lo hacía, podría perder la custodia y hasta el derecho de continuar siendo su madre. En el momento me pareció un poco drástico la denuncia que hacía, pero al mismo tiempo no dejé de pensar en qué consecuencias podría llegar a tener ese bebé mientras se desarrollaba y se convertía en una persona adulta. Al mismo tiempo me cuestionaba las razones por las cuales en nuestro país existen este tipo de leyes que obligan a los padres a cumplir con el esquema de vacunas mínimo, basados en los lineamientos del Ministerio de Salud, que a su vez se basan en evidencia científica y análisis de la situación actual de salud.

Son muchos los argumentos que pueden tener las personas para aprobar o rechazar las vacunas. En nuestro país se encuentran reguladas por la normativa incluida en la Ley General de Salud de Costa Rica No. 5395 (Artículos 151, 152, 153, 154 ) y Ley Nacional de Vacunación No. 8111 (Artículos 1, 2, 3, 4) (Norma Nacional de Vacunación, 2013), ya que con ello aseguran la erradicación, prevención y control de enfermedades. Desde que se dio la creación de las vacunas, se presentó el fenómeno de rechazo a ellas. Entre algunas de las razones primeramente encontradas están la superstición, desde donde se discute que no hay evidencia real sobre la eficacia de las vacunas, ya que se debe en realidad a las mejoras socioeconómicas y, por ende, lleva a sistemas de salud mucho más favorables; creencias religiosas, en las cuales se argumenta que es una violación a la voluntad divina, ya que el cuerpo debe combatir la enfermedad de manera natural. También hay quienes por los componentes de origen biológico lo rechazan (los musulmanes con la gelatina porcina), aunque recientemente también se han basado en estudios científicos y estilos de vida naturistas, relacionados también con los motivos ideológicos y de conciencia. Aquí se argumenta a partir de la poca transparencia que rodea la industria farmacéutica, los políticos y los expertos, ya que este sistema está orientado al gran negocio de la obtención del mayor beneficio económico en el menor tiempo posible, y deja de lado el beneficio en a la salud pública y sus diferentes sistemas. Al mismo tiempo argumenta el exceso de poder de los gobiernos al imponer u obligar, violando la libertad de los individuos a decidir.

Entre algunas de las consecuencias que cuestiona este movimiento se encuentra la de los efectos secundarios que las vacunas causan en las personas por la aparición de determinadas enfermedades de origen desconocido a largo plazo. Al mismo tiempo, culpa a las autoridades sobre la falta de información, como una percepción social de riesgo, en temas de confianza, vulnerabilidad, gobernanza e incertidumbre. No encuentran un equilibrio entre los riesgos, es decir, los costos para los individuos, y los beneficios que obtendrán. Un dato curioso sobre este movimiento es el olvido o confianza en la inmunidad colectiva. Un ejemplo claro de ello son los brotes de sarampión en algunas regiones del mundo, donde se han dado grupos de niños a los cuales no se les ha administrado vacunas y se origina una epidemia.

Si bien en nuestro país es una ley que aplica a las personas menores de edad, hay quienes están reaccionando a estas medidas y no dudo que en un futuro se den manifestaciones y hasta modificaciones a este tipo de leyes. Concuerdo en que debe existir mucha más información de consulta pública por medio de la cual los padres puedan conocer toda la información sobre las vacunas que recibirán sus hijos y los beneficios y factores secundarios que puedan presentar. Al mismo tiempo debemos sentirnos privilegiados, ya que en muchos países del mundo en subdesarrollo es toda una problemática el poco acceso a las diferentes vacunas que existen en el mundo. Y si tuviera la oportunidad de decidir entre aplicar o no una vacuna, ¿cuál sería su decisión?

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.

Referencias bibliográficas:
• Poder Ejecutivo de Costa Rica. (2013). Norma Nacional de Vacunación, Nº Gaceta: 157.