Imagen: Pasarela retráctil en playa Jacó, cantón de Garabito.

Cuando hablamos de turismo, pensamos en atraer a personas de otros países, generamos campañas donde mostramos toda la biodiversidad que tenemos en Costa Rica y mostramos personas caminando por las playas o senderos de montaña, pero ¿alguna vez han visto una publicidad sobre turismo que incluya a las personas con discapacidad? Yo la verdad no recuerdo ninguna.

Según la Encuesta Nacional sobre Discapacidad 2018, en Costa Rica hay 670.640 personas mayores de 18 años con discapacidad y se calcula que, contando las personas menores de edad con discapacidad, sus familias y asistentes personales, podrían llegar o incluso superar el 1.000.000 de personas.

Partiendo de este dato, de los derechos humanos y de la crisis económica que actualmente atraviesa el país, podríamos decir que Costa Rica debería apostar por el turismo inclusivo, accesible y de diseño universal.

En Costa Rica si bien contamos con algunos Parques Nacionales y hoteles con accesibilidad, todavía hay lugares de turismo en montañas y playas donde una persona con discapacidad no puede ir a visitar.

La Red Costarricense de Turismo Accesible es una Organización no Gubernamental que promueve el turismo con ese enfoque de inclusión, accesibilidad y diseño universal, pero además, tiene la visión de un turismo sostenible y de economía circular. Una propuesta muy interesante y que ha venido haciendo eco principalmente en los Gobiernos Locales de las zonas costeras. Ejemplo de ello es el cantón de Garabito que ya cuenta con pasarelas retráctiles hechas con plástico reutilizado en su playa de Jacó, para que las personas con discapacidad que utilizan ayudas técnicas como sillas de ruedas, bastón, muletas, etcétera, puedan ingresar al mar sin problemas alguno. Esto ha generado que muchas personas con discapacidad visiten esta playa (incluyéndome) e incluso que la Selección Nacional de Surf Adaptado pueda entrenar en este lugar, generando así un incremento en el turismo y por ende un aumento de la economía local de turismo.

Varios países han venido apostando por este tipo de turismo, ejemplo de ello es Chile, que tiene un manual de hoteles que cuentan con accesibilidad, de eso me enteré cuando el año pasado iba a participar de la COP25 y que por obvias razones de mi discapacidad física cuando viajo debo buscar lugares accesibles. Al final la COP se realizó en España, pero este manual que tiene Chile me pareció una gran herramienta.

El sector turismo debe primero romper con el paradigma de que un lugar turístico accesible es “un gasto", porque realmente no lo es, es una inversión que a mediano y largo plazo les va a generar un aumento en sus ingresos, porque por ejemplo, yo suelo turistear y cuando lo hago nunca voy sola, siempre ando con 1, 2, 3 o más personas. Ahora, proyectemos a que esas más de 670 mil personas con discapacidad mayores de edad hagan turismo acompañadas, ¿no es un incremento en la economía?

O bien, veámoslo desde el principal enfoque, el enfoque de los derechos humanos, ¿cuántos de ustedes han ido a una montaña o playa? ¿De cuántos lugares turísticos tienen ustedes recuerdos? Imagino que de muchísimos, ¿cierto? Pues bueno, imaginen que muchos de los hermosos lugares que ustedes han visitado yo no he tenido el gusto de conocerlos, porque los mismos no son accesibles, por lo que me han privado de mi derecho al ocio, la recreación e incluso el de libre tránsito que está consagrado en nuestra Constitución Política, ¿es eso justo? No, ¿verdad? Pues bueno, esa es la realidad de muchísimas personas con discapacidad. Por más que tengamos los medios económicos para visitar lugares turísticos, muchos no son pensados para el disfrute de todas las personas, sino para unas cuantas.

Por ello, me devuelvo a lo que indiqué al inicio de esta columna sobre la publicidad del turismo, lo que no se nombra, no existe y si no tenemos en el imaginario a las personas con discapacidad desde la planificación de campañas o creación de lugares turísticos, no podemos realmente pensar en el crecimiento del turismo.

Es importante y necesario que antes de pensar en atraer al turismo extranjero, pensemos en atraer al turismo local y solo desde el enfoque de Derechos Humanos, inclusión y diseño universal, vamos a comenzar a levantar la economía del país.

Ahora bien, ¿Cómo lo logramos?

Lo primero y más importante es incluir a las personas con discapacidad desde la planificación: quienes más que nosotras y nosotros desde nuestra vivencia, podemos aportar para generar un turismo que realmente atienda las necesidades de todas las personas y que tenga ese verdadero enfoque de inclusión y Derechos Humanos.

Por otra parte, en Costa Rica existe una ley que exonera el pago de impuestos para adquirir un vehículo que transporte a una persona con discapacidad (Ley Nº7293), pero dicha ley es muy específica en que el vehículo es solo para que sea manejado por la persona con discapacidad o dos personas debidamente designadas y autorizadas para que transporten a esa persona con discapacidad, pero por ejemplo,  las personas que trabajan con busetas para turismo y que desean destinar sus busetas para el transporte de personas turistas con discapacidad, no tienen acceso a esta exoneración o a cualquier tipo de incentivo, entonces, ¿por qué no pensar en generar mecanismos de ley para incentivar a este sector de transporte turístico a que apuesten por el turismo accesible? O bien, el ICT podría generar a través de Cooperación Internacional inversión en el turismo accesible. Y estas son tan solo dos de las muchas iniciativas que se podrían generar y que estoy absolutamente segura que serán de gran éxito para reactivar la economía del país y para lograr una verdadera inclusión en el turismo.

Entonces qué, ¿apostamos por el turismo accesible?

Este artículo representa el criterio de quien lo firma. Los artículos de opinión publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de este medio.