Con presentación y colores, pero sin nombrarlo. El ministro de Salud de Costa Rica, Daniel Salas defendió este miércoles la estrategia de testeo que Costa Rica ha implementado para combatir la pandemia de COVID-19, luego de las acusaciones infundadas del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, de que el país aplanó la curva de contagios a partir de una reducción en la cantidad de pruebas que se practican por día.

En conferencia de prensa, Salas destacó que la definición de caso sospechoso que tiene Costa Rica es una de las más amplias, lo que permite captar la mayor cantidad de personas para realizarles una prueba. Esos lineamientos se han revisado en 13 ocasiones haciéndolos cada vez más sensibles.

A pesar de esto, el país no ha registrado un incremento en la cantidad de personas positivas, por el contrario: de cada 100 pruebas hechas, unas 6 salen positivas y el número reproductivo básico del SARS-CoV-2 en el país, que se refiere a cuántas personas infecta una persona positiva, es de solo 1,15. Esto quiere decir que una persona infectada solo infecta a 1 persona en promedio.

Hoy, por ejemplo, el país registró 6 casos nuevos de COVID-19 tras testear a 209 personas, es decir, un índice de positividad de solo 2,87%. Salas afirmó que si el porcentaje fuera de 10%, 20% o 30% la situación sí sería preocupante.

Asimismo, Salas destacó que la vigilancia centinela de los virus respiratorios en el país ha arrojado que no hay transmisión comunitaria no detectada, pues solo 2 de las 442 muestras (0.45%) ha dado positivo por el nuevo coronavirus. Estos sitios se ubican en hospitales y áreas de salud tanto de la zona urbana como de la zona rural.

"¿Todo esto en qué desemboca? El impacto en los servicios de salud. Vemos las hospitalizaciones y sobretodo los casos graves en Unidad de Cuidados Intensivos. Si existe más cantidad de casos en UCI, nos da un reflejo de lo que pasa en la población. Entre más circulación, más casos graves en UCI. Nuestra misión desde que iniciamos esto es no permitir que la circulación del SARS-CoV-2 aumente tanto que la cantidad de personas que terminan en Cuidados Intensivos sea tan grande que no podamos internarlos a todos. Todo esto nos dice que no hay cicrculación comunitaria amplificada", explicó Salas.

El ministro también destacó que Costa Rica realiza testeos a personas repatriadas, focos potenciales de contagio (lugares rurales o poblaciones de alta vulnerabilidad) y transportistas que ingresan a Costa Rica, lo cual ha permitido la identificación oportuna y de esta forma romper las cadenas de transmisión. También se iniciará el testeo en 33 zonas de riesgo (por cantidad de población o por situación fronteriza) y en cada una de ellas se harán 30 pruebas semanales, para un total de 990 pruebas semanales. 

Esas zonas de riesgo identificadas incluye a Filadelfia, Aguas Zarcas, Upala, Los Chiles, Sarapiquí, Barra del Colorado, Tortuguero, Parisimina, Cariari, Batán, Los Cuadros, La Carpio, Alajuelita, Guidos, Yorkin, Daytonia, Sixaola, San Vito, Canoas, León XIII, Pavas.

Finalmente, Salas detalló que el país cuenta actualmente con casi 13 mil pruebas disponibles para diagnosticar el COVID-19, a la vez que avanzan las gestiones de adquisición tanto de la Caja Costarricense del Seguro Social como del Instituto Costarricense de Investigación y Enseñanza en Nutrición y Salud (INCIENSA).

Actualmente se está a la espera del arribo de 152.750 pruebas por parte de la CCSS y 20.000 pruebas de Inciensa, estas últimas por donaciones y adquisiciones. Se espera que estos lotes puedan ser recibidos en el mes de mayo.

Sobre la capacidad de procesamiento, actualmente, entre CCSS e Inciensa se pueden procesar cerca de 2500 pruebas por día, visualizando poder ampliar hasta a 4000 pruebas diarias.