La agencia calificadora de riesgo Moody's bajó la calificación crediticia de Costa Rica de B1 con perspectiva negativa, a B2 con perspectiva estable, una degradación que aumentará el costo de la deuda del país en 250 millones de dólares al año.

Así lo reveló esta mañana el ministro de Hacienda, Rodrigo Chaves, durante su interpelación en la Asamblea Legislativa. El informe completo de la calificadora no se hará público antes de las 4 de la tarde, hora de Nueva York.

La degradación ocurre luego que el déficit del Gobierno Central cerrara el año 2019 en casi 7% del PIB, el valor más alto en casi cuarenta años.

Según la escala de Moody's, una calificación de B2 significa que el país carece de las características de una inversión deseable y que sus títulos valores tienen una calidad de crédito pobre, están sujetos a especulaciones y "alto riesgo crediticio", además que no reúnen las cualidades deseables de instrumentos de inversión, tienen limitada seguridad en el cumplimiento del pago de intereses y capital en el largo plazo.

Costa Rica ahora tiene la misma calificación crediticia que Túnez, Suriname, Nicaragua, Jamaica, Camboya y Egipto.