La tensión entre la Iglesia Católica y el gobierno sandinista sube de tono tras la toma por más de 24 horas de Catedral Metropolitana de Managua por grupos afines al gobierno que agredieron a un sacerdote y una religiosa, mientras estudiantes regresan a las calles.
El 18 de noviembre, un grupo de personas identificadas como afines al gobierno llegaron a Catedral Metropolitana de Managua, uno de los templos de mayor relevancia a nivel nacional, tras conocer que allí había iniciado otra huelga de hambre de siete mujeres familiares de presos políticos que exigen al gobierno su liberación. Antes, otro grupo de mujeres había hecho lo mismo en la iglesia San Miguel de Masaya, donde la policía las mantiene hasta hoy rodeadas y no permiten el acceso a ayuda humanitaria.
"Condenamos estos hechos de profanación, asedio e intimidación que no abonan a la paz y a la estabilidad del país”, declaró la Arquidiócesis de Managua en un comunicado emitido esa misma noche, tras la difusión masiva de un video donde se observa a un grupo de al menos 50 personas golpeando al sacerdote dentro de Catedral. “Pedimos al presidente de la República, Daniel Ortega y a la Vicepresidenta que tome acciones inmediatas para que se respeten todos nuestros templos católicos”, agregaban.
“Urgimos a esos sectores que cumplan con su rol pastoral, los sectores religiosos, les urgimos abandonar caminos que siembran odio, separación y división, esos sectores religiosos tienen la oportunidad histórica de reivindicar su función pastoral” declaró Murillo al día siguiente y acusó al clero de “manipular la palabra de Dios”.
Horas después, el mismo grupo pro gobierno que atacó al sacerdote y que permaneció toda la noche y madrugada en Catedral, declaraban a una batería de periodistas oficialistas que estaban entregando el templo tal cual lo encontraron y que solo llegaron a "limpiar" el edificio y “orar” por la paz del país. Grupos afines al gobierno también se manifestaron en al menos 6 parroquias del país con carteles que incriminan a los sacerdotes de apoyar un “golpe de estado”, repitiendo la retórica del gobierno.
Las mujeres que habían iniciado huelga de hambre en Catedral de Managua fueron resguardadas por los sacerdotes y lograron salir de la iglesia tras una mediación con el gobierno de la cual no se conocen detalles. Sin embargo, en Masaya la huelga continúa y se teme por el estado de salud de las once personas que permanecen dentro. Las autoridades cortaron los servicios de agua y luz y no permiten que nadie se acerque al perímetro de la parroquia, ubicada en el centro de Masaya.
OEA: “hay una alteración del orden constitucional”
El grupo de trabajo por Nicaragua asignado por la Organización de Estados Americanos OEA, concluyó su labor de 75 días y reconoció que el gobierno de Nicaragua negó su ingreso al país y rechazaron reunirse con ellos para encontrar una solución pacífica al conflicto. Brindaron un informe donde señalan la situación de los derechos humanos en Nicaragua y recomendaron al organismo "declare que hay una alteración del orden constitucional que afecta gravemente el orden democrático en Nicaragua; y convoque inmediatamente un período extraordinario de sesiones de la Asamblea".
"La Comisión entiende que los mecanismos de control y subordinación que el Gobierno de Nicaragua ha venido desarrollando hacia los demás poderes del Estado, incluidos los poderes Legislativo, Judicial y el Consejo Supremo Electoral, entre otros, hacen inviable el funcionamiento democrático del país, transformándolo en un Estado cooptado e incompatible con el Estado de derecho", cita una de las conclusiones del informe.
El grupo declaró que sostuvo "reuniones con representantes de diversas organizaciones y actores de la sociedad nicaragüense, entre los que se incluyeron organizaciones defensoras de derechos humanos, grupos de la sociedad civil, expertos electorales, familiares de víctimas y presos políticos”, y señala que existe un "un grave y constante patrón de acoso e intimidación a cualquier forma de oposición al Gobierno, en particular, los profesionales de la salud, periodistas, líderes estudiantiles, defensores de derechos humanos, presos políticos liberados y manifestantes".
Hoy el doctor Jorge Luis Borges, de la Unidad Médica Nicaragüense, denunció ante la Comisión Permanente de Derechos Humanos, CPDH, que tras asistir medicamente a las manifestantes que se apostaron en Catedral de Managua, fue secuestrado por un grupo de hombres no identificados. Según el médico, tras bajar de un taxi la tarde del 19 de noviembre en el sector de Bello Horizonte en Managua, fue interceptado por un vehículo con cuatro personas a bordo y trasladado a una zona desconocida. Durante casi dos días de cautiverio los captores le interrogaban por los contactos en su móvil y del porqué apoyaba las manifestaciones opositoras al gobierno. El médico fue abandonado de madrugada en una zona lejana de la capital.
En las últimas horas al menos 3 universidades privadas del país han reportado manifestaciones opositoras demandando la liberación de los 13 activistas que fueron detenidos al intentar llevar agua a las mujeres de la iglesia San Miguel de Masaya y posteriormente acusados por tráfico ilegal de armas. La policía ha incrementado su presencia en las avenidas de la Managua, Masaya y Carazo para evitar las manifestaciones opositoras. En Matagalpa de conoció de la captura de 6 activistas opositores esta mañana, sus familiares buscan explicaciones de la detención sin obtener respuesta.
Esta tarde un grupo de afines al gobierno agredieron a feligreses de la iglesia San Juan Bautista de Masaya, quienes se sumaron a una jornada de oración convocada por la Arquidiócesis de Managua. La procesión del santísimo fue realizada a puertas cerradas tras el asedio policial y de simpatizantes sandinistas que lanzaban piedras al interior del templo.
El sacerdote Harving Padilla agradeció a otro grupo de feligreses que llegaron de otras parroquias para que lograran salir del templo resguardados y aclaró que no quería mediar con ninguna autoridad porque él, y el resto de personas dentro del templo, eran libres.