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— Esta semana el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) anunció que la tasa de fecundidad de mujeres adolescentes registró una reducción histórica en el último lustro, disminuyéndose en 8 puntos porcentuales. El avance, aunque evidente, está lejos de bastar para que nos sentemos con tranquilidad en los laureles de la problemática: todavía nos falta mucho.

— Los datos que se hicieron públicos a inicios de semana, reflejan que la tasa de fecundidad en mujeres menores de 19 años pasó de 29.81 en el año 2013, a 21.6 en el 2018. La disminución se sostiene desde hace diez años pero se potencializó en los últimos cinco, pues de 2008 a 2013 la cifra disminuyó apenas en tres puntos porcentuales, pasando de 33,1 en 2008 a ese 29,8 en 2013.

Para el Ministerio de Salud, este aumento en la reducción se debe a la focalización que se ha dado en las comunidades que más vulnerabilidad presentaban en esta materia, de acuerdo con la Norma Nacional para la Atención Integral de la salud de las personas adolescentes: componente Salud Sexual y Salud Reproductiva que el Ministerio puso en marcha en el 2015, a raíz del Decreto No 39088-S.

— Con esta política y según datos de la institución, de 2015 a 2018 se atendió sobre el tema a un total de 75 mil adolescentes en las 125 áreas de salud de las regiones Huetar Caribe y Brunca. Solo en el 2018 se les entregaron más de 7 mil métodos anticonceptivos a personas menores de edad.

— Además y para que dicha reducción siga aumentando más en los años venideros, el ministro de Salud Daniel Salas Peraza, aseguró que esta política se implementará a partir de 2020 en las regiones Chotorega y Central Occidente.

— La noticia sin embargo y a pesar de ser una muy buena nueva, no puede ser suficiente como para que bajemos la alerta: al tema todavía le queda caña y retos que sobrellevar. El primer indicador de ello es que, volviendo a los mismos datos del INEC, en el 8,3% de los embarazos que se registraron en menores de edad el año pasado, la concepción se realizó a lo interno de una relación impropia, es decir, donde el padre era más de cinco años mayor que la adolescente embarazada pero el dato, sin embargo, podría ser mayor.

— Según el INEC, hay otro porcentaje de 23,2% de embarazos en menores en el que se desconoce la edad del padre y otro 50,4% donde este no se hizo responsable del menor por lo que no se puede determinar si en esos casos se estaba cometiendo o no el delito de la relación impropia y por tanto esa cifra de 8.3% podría ser más alta.

— Además, el Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU) también alertó esta semana respecto a que solamente 1.074 mujeres de entre 15 y 19 años son atendidas en los servicios ginecológicos que ofrece la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), por lo que este servicio llega apenas al 0,98% de las féminas que están en la edad promedio de inicio de relaciones sexuales.

— Por ello para la vocera de la institución Rocío Guzmán Cervantes, este dato prende las alarmas porque el acudir a los servicios de salud es una de las primeras herramientas que tienen los menores para prevenir, no solo embarazos, sino también enfermedades de transmisión sexual y por ello "ahí es donde tenemos que cambiar para que ellos y ellas sepan que es aquí donde pueden acudir para educarse sobre como cuidarse ante embarazos e infecciones".

— La reducción registrada que el país aplaudió esta semana es innegablemente importante, sin embargo, el 2018 todavía registró embarazos en niñas menores de 12 años y por lo tanto, hasta que no consigamos que estas cifras paralelas se vengan abajo, el trabajo no termina. A estar atentos.

Esta nota es parte del Reporte: Costa Rica apunta al Consejo de Derechos Humanos para quitarle el puesto a Venezuela