El gobierno de Andrés Manuel López Obrador en México posicionó más de 20 mil uniformados en las fronteras para contrarrestar las oleadas migratorias procedentes de naciones centroamericanas y por las cuales el presidente estadounidense, Donald Trump, amenazó con imponer altos aranceles a los productos mexicanos de no ser controladas.

Según detalló el secretario de Defensa Nacional del gobierno de AMLO, Luis Cresencio Sandoval, 15 mil efectivos entre militares e integrantes de la Guardia Nacional fueron colocados en la frontera norte y otros 6500 en la frontera sur para frenar a los migrantes indocumentados, en su mayoría provenientes de Guatemala, Honduras y El Salvador.

Cresencio destacó que en México cruzar la frontera de forma irregular no es un delito, sino una falta administrativa, por lo que las personas que sean detenidas serán puestas a disposición de las autoridades del Instituto Nacional de Migración para su deportación.

Tras las acciones tomadas por México, plasmadas por escrito en un acuerdo alcanzado el 7 de junio, Trump retiró su amenaza de imponer aranceles y en su lugar, se le dio al país un periodo de 45 días para tomar "medidas contundentes" para frenar a los migrantes irregulares, y otros 45 días para evaluar los resultados.

La foto que conmueve al mundo

El despliegue del Ejército y de la Guardia Nacional para frenar a los migrantes no ha persuadido a las centenares de personas que ingresan diariamente a México con miras a llegar a los Estados Unidos y que, dadas las medidas del gobierno de AMLO, ahora buscan rutas alternativas para poder alcanzar su destino.

El lunes la periodista Julia Le Duc captó una estremecedora fotografía: el cadáver boca abajo a la orilla del río Bravo de Óscar Alberto Martínez Ramírez, oriundo de El Salvador; y el de su hija Valeria, quienes perecieron al intentar cruzar el río para llegar a Estados Unidos, luego que no pudieran presentarse ante las autoridades estadounidenses a solicitar asilo.

De acuerdo con la comunicadora, Martínez logró cruzar el río y colocar a Valeria en la orilla del río del lado estadounidense y emprendió el regreso para ayudar a su esposa, Tania Ávalos, a cruzar. Sin embargo, la pequeña al ver que su padre se alejaba se lanzó al agua, por lo que Martínez regresó, alcanzó a tomar a la menor pero fueron arrastrados por la corriente.