Un tribunal de Francia ordenó este lunes que se reanuden los cuidados médicos que impidan la muerte de Vincent Lambert, hombre que lleva 11 años (de sus 43 cumplidos) en estado vegetativo y que se ha convertido en el símbolo de la muerte digna en la nación europea, y que ha desatado una división a lo interno de su familia, entre quienes abogan por dejarlo morir y quienes insisten en mantenerlo conectado.

La medida judicial fue emitida justo en el día en que el equipo médico de Lambert había iniciado los procedimientos para permitirle morir, al desconectarlo de las máquinas de soporte vital a las que se encuentra atado desde el 2008, cuando sufrió un accidente que le dejó con lesiones cerebrales irreversibles.

Aunque la esposa, hermanos y sobrino del hombre abogan por permitirle morir y el Consejo de Estado de Francia autorizó la medida, los padres de Lambert (católicos devotos) han entablado numerosas acciones judiciales para detenerlo y una de ellas planteada a último minuto fue acogida, pese a que la Corte Europea de Derechos Humanos ya había rechazado al menos dos recursos en ese sentido.

Los padres de Vincent afirman que su hijo es una persona con discapacidad, y por ende, cortarle alimentación e hidratación sería una forma de eutanasia, la cual está prohibida en el país. La otra parte de la familia considera, más bien, que se trata de un "ensañamiento" contra una persona en estado vegetativo, cuyas posibilidades de recuperación son nulas.

El Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad solicitó a Francia que no suspendiera la atención médica de Lambert hasta que analizara por el fondo los argumentos esgrimidos por los padres del hombre, sin embargo, el país no está en la obligación de acatar la solicitud.