— La agencia calificadora de riesgo Moody’s rebajó la nota crediticia del Estado de Costa Rica y le asignó una perspectiva negativa, por considerar que los esfuerzos de consolidación fiscal en el país presentan riesgos de implementación importantes.

— Según un comunicado emitido por la calificadora, los esfuerzos de consolidación fiscal en curso son insuficientes para materializar una reducción rápida al déficit fiscal. Moody’s también tomó en cuenta las crecientes dificultades de las autoridades nacionales para poder financiar los gastos ordinarias del Gobierno.

— La nota de Costa Rica pasó así de Ba2 (calidad crediticia satisfactoria, aunque con tensiones a largo plazo) a B1 (calidad crediticia cuestionable y con futuro incierto pero con capacidad actual).

— Aunque la agencia tomó en cuenta la aprobación de la reforma fiscal por parte de la Asamblea Legislativa, su criterio es que esta tardará varios años en estabilizar el crecimiento de la carga de la deuda. Además, Moody's considera que las medidas son insuficientes “la mayor parte de la reducción prevista se basa en limitar el crecimiento de los gastos actuales, lo que será difícil frente a la oposición popular y en un entorno de desaceleración del crecimiento”.

— La agencia estimó que el impacto total de la reforma fiscal se dará hasta el año 2022 y que mientras tanto, el déficit fiscal cerrará en 7% del PIB en 2018, en 7,5% del PIB en 2019 y se empezará a reducir en los años siguientes, contrario a la expectativa gubernamental de que la brecha entre ingresos y gastos se reduzca a partir del próximo año.

— Moody's dijo que la deuda total de Costa Rica llegará a 59% del PIB en 2019 y alcanzará un máximo cercano al 65% de PIB en el 2022... así que ya adelantó que es “improbable” una subida en la calificación crediticia del país.

— Tanto en Hacienda como en el Banco Central la noticia no sentó nada bien pues consideraron ilógica, inconsistenteinaceptable, incomprensible, e injustificables los argumentos de Moody's. Sí, usaron todos esos calificativos.

— En conferencia de prensa la ministra de Hacienda, Rocío Aguilar, se mostró asombrada y aseguró que rechazaba categóricamente la calificación de Moody's. Inclusive, dijo que la única forma de entender lo ocurrido es si se asume que fue asignada previo a la resolución de la Sala Constitucional y de la aprobación en segundo debate de la la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas”. Agregó, además, que “la calificadora no toma en cuenta la posibilidad de recurrir a nuevo endeudamiento externo. Este endeudamiento servirá para mejorar plazos e intereses y disminuir la presión sobre las tasas de interés internas”.

— La ministra también indicó que Moody's no valoró que tanto el Banco Interamericano de Desarrollo como el Banco Mundial prometieron mejorar las condiciones de la deuda si se aprobaba la reforma y que la economía costarricense ya se sacudió el “fantasma” de una posible crisis.

— El presidente del Banco Central, Rodrigo Cubero, secundó a la ministra pues encontró los argumentos de la calificadora “inconsistentes y carentes de justificación” y aseguró que no se hizo una lectura de la economía a futuro, por lo que “es una lectura equivocada, hicieron mal su trabajo”. Aseguró, además, que ya el 2019 tiene un mejor panorama económico para Costa Rica con la sola aprobación del plan fiscal. “No tiene sentido rebajar la calificación de la deuda”, dijo, visiblemente molesto.

— La ministra Edna Camacho, coordinadora del equipo económico del Gobierno, también consideró que la calificación no responde a la realidad del país en este momento. “Los números sobre los que se basan son erróneos. Las necesidades de financiamiento interno van a caer en relación a lo había en el 2018. Ahora hay un proyecto que permitiría captar recursos en el extranjero mediante eurobonos”.

— Camacho hizo especial énfasis en la capacidad de alcanzar acuerdos políticos que ha demostrado tener el país así como el compromiso para combatir el déficit fiscal tanto del Ejecutivo como del Legislativo. Hasta de la Sala Constitucional habló doña Edna. “No es cierto que el compromiso no está probado”.

— Así las cosas quedamos en manos de S&P Global y Fitch Ratings y cruzando los dedos para que nos traten mejor, porque después de semejante parto con el plan fiscal lo mínimo a lo que podíamos aspirar era, precisamente, a una rápida mejora en la famosa lectura de los mercados... ¿Cierto?

Bonus track: Repase nuestro infográfico sobre las clasificaciones de riesgo para entender cómo funcionan y para qué sirven.

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Esta nota es parte del Reporte: Grandes ¿contribuyentes? en grandes problemas