De manera sumamente presentable, puntual y solemne el diputado más joven del periodo legislativo 2018-2022, Gustavo Viales, nos atiende en el Congreso. En su hoja de vida encontramos que de profesión es administrador público y exasesor legislativo; y en sus rasgos de personalidad encontramos que rompe con el molde juvenil y se toma a sí mismo muy en serio.

Su oficina es en extremo cómoda y bien iluminada, además, el aire acondicionado le hace un gran favor. Durante la entrevista nos acompaña su asesora en comunicación y algunos libros sobre la mesa central de su pequeña sala. Desde la bancada verdiblanca el puntarenense ha decidido enfocar su trabajo en temas de presupuesto, asuntos municipales, seguridad ciudadana y descentralización del Estado.

Precisamente en estos dos últimos puntos es que centramos nuestro encuentro, ya que, específicamente, el joven de 27 años es del cantón de Corredores, más fácilmente ubicado por el grueso de la población cuando referimos que su cabecera es Ciudad Neilly. Como muchos otros cantones del país, esta zona fronteriza es conocida por sus recurrentes problemas de inseguridad, y como muchos otros cantones periféricos por su bajo índice de desarrollo humano, en parte porque “el Gobierno está en el Valle Central”, recuerda el diputado. Pero, antes de entrar en materia, primero lo primero. ¿Quién es Gustavo Viales Villegas?

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Inicio la entrevista consultando al diputado sobre su personalidad, su interés por la política y su vocación de servicio, pero, sobre todo, hago énfasis en su personalidad. “Cuéntenos un poco sobre usted”, le digo.

—Quizá mi interés por la política se da por mi carrera profesional, soy administrador público y es una carrera afín al sector gubernamental, y uno entiende que para llegar a ejercerla necesariamente hay que involucrarse en los procesos políticos. Cuando fui estudiante, participé en los procesos universitarios, en el 2012 fui candidato de la FEUCR [Federación de Estudiantes de la Universidad de Costa Rica] y de la Asociación de Estudiantes de Administración Pública fui presidente [2011-2012].

Tuve la oportunidad de trabajar durante la campaña política anterior [2014-2018] con Johnny Araya, en la zona Sur, que es de donde soy. Trabajamos arduamente y llegamos a la Asamblea Legislativa [con el exdiputado Olivier Jiménez Rojas]. Pero, antes de ser asesor de la fracción de Liberación, también trabajé en el CICAP (Centro de Investigación y Capacitación en Administración Pública), elaborando proyectos de política pública.

Gustavo Viales fue candidato a la presidencia de la FEUCR por el partido JUNTOS.

¿Y su interés por el servicio público?

—La decisión [de participar por una curul] se dio por mi relación laboral, por mi carrera profesional y por la participación que tuve en esa campaña política [2014-2018]. Luego, mi labor como asesor tuvo mucho que ver con la presencia comunal, tuvo mucho que ver con la elaboración de legislación para esa región.

En cuanto al involucramiento en los procesos internos de Liberación Nacional pues hay una relativa disposición de involucrar a gente joven dentro de los procesos políticos y Antonio Álvarez me dio la posibilidad de aspirar por el segundo lugar de Puntarenas; y aquí estamos... elaborando una serie de líneas de lo que queremos que sea el trabajo de nosotros en función de la Zona Sur, de la provincia [de Puntarenas] y del país.

Durante los últimos tres años de la legislatura anterior, Gustavo Viales, se destacó como jefe de despacho en la oficina de su tío político, el exdiputado Olivier Jiménez. Con propiedad se refirió a los temas de interés durante el periodo pasado, y así mismo abordó sus intereses actuales. Sin embargo, no deja de intrigarme su faceta humana, su faceta juvenil, que bien resguarda tras la investidura de legislador de la República.

Retomo entonces la entrevista... Bueno, esto respecto a su faceta política y su vocación, pero… ¿qué le gusta hacer en su tiempo libre, qué música le gusta, cuáles son sus pasatiempos? Aún con su investidura sigue siendo usted una persona joven…

—Claro, y esto me recuerda una entrevista que me hizo un medio local en diciembre, y en pleno diciembre lo que me hubiera gustado es estar en la playa. Pero yo entendía que estaba cercano a las elecciones y no podía darme ese lujo. En mi tiempo libre me gusta salir con mi familia. Me gusta también la investigación y la lectura.

¿Lectura de qué tipo?

— Administración pública, el Estado, modelos de negociación... eso es lo mío. De hecho, el texto sustitutivo de la Ley de JUDESUR fue mi proyecto de tesis.

Don Gustavo, —le pregunto con respeto —, ¿usted en sus tiempos libre dice, “qué lindo leer un libro de administración pública”?

— Eso y los ensayos. Me gusta mucho leer ensayos. A veces, aunque parezca curioso, reviso muchas tesis. Pero ahora se me dificulta más porque los fines de semana son para giras.

Un joven fuera de serie. Lo sorprendente no es que me diga sin reparo que disfruta la lectura intelectual como recurso recreativo, lo sorprendente es que ciertamente tenía un ensayo en su oficina y me lo mostró, “Reducir la pobreza en Costa Rica es posible”, del PNUD. También me cuenta que le gusta mucho la montaña, “siempre es un distractor, nosotros en la Zona Sur tenemos mucha”, menciona. Y en la música, le gusta Malpaís, lo alternativo, y la música instrumental.

Con esta idea de personalidad es que nos encaminamos a los temas de fondo: seguridad ciudadana y descentralización del Estado.

Inseguridad ciudadana

Como indiqué anteriormente, una de las líneas de trabajo del diputado Viales será inseguridad ciudadana. Esta línea de trabajo será, hasta donde comentó el joven legislador, fomentar la creación de la policía municipal. Según el último informe del Estado de la Nación, “la aspiración de acceso a una vida libre de amenazas acumula tres años de retrocesos”. Además, en nuestro país la tasa de homicidios alcanzó los 11,8 casos por cada 100.000 habitantes en 2017, lo que se tradujo en 578 víctimas y según el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) en lo que va del año ya se registran más de 200 personas fallecidas por esta misma causa. De acuerdo a distintas casas encuestadoras, desde hace 10 años la inseguridad ciudadana es la primera preocupación de los costarricenses, cuestión que queda plasmada también en las continuas encuestas sociopolíticas del CIEP.

En cuanto a la seguridad ciudadana, ¿por qué está interesado en trabajar sobre ese tema?

— Como le comenté, soy de la zona fronteriza con Paso Canoas. Allá vivimos con mayor sentido el tema de la inseguridad, en la frontera tenemos narco, trasiego de mercancías, trasiego de personas... y la presencia policial es muy poca. Entonces es un tema que me llama.

El proyecto de ley en el que estoy trabajando ahorita radica en que aún cuando las municipalidades fronterizas tienen una gran responsabilidad no tienen presencia policial, obviamente por el tema de los recursos. Investigando un poco, por eso le digo que me gusta investigar —ríe—, me di cuenta que los fideicomisos de migración [Fondo social migratorio] la ley los crea, pero esa plata no se ejecuta, por trámites burocráticos, o por las razones que sean. Tenemos fronteras que necesitan resguardo y gobiernos locales que no tienen policías municipales. Entonces, el proyecto de ley va en la línea de modificar esos fideicomisos para que esos recursos vayan a estas municipalidades y puedan crear su policía local.

Y a nivel nacional, ¿cuáles diría usted que son las principales causas de inseguridad ciudadana en Costa Rica?

—Diría que se relaciona [temas de inseguridad local con problemas de inseguridad a nivel nacional], por ejemplo, todo el tema de inmigrantes, casi todos ingresan por Paso Canoas. También, en esta zona no solo se ha dado el problema de tráfico de drogas, sino de mercancías como licor, y en el país ya hay bandas organizadas que se dedican a hacer todo ese trasiego. Creo que es un tema de desigualdad, de pobreza, de falta de empleo, de tugurios donde prolifera el tema de inseguridad... Vemos a muchos jóvenes de zonas periféricas que vienen al GAM y no encuentran oportunidades más que en el crimen organizado.

Más a fondo de lo que me acaba de mencionar, ¿por qué cree usted que caen los jóvenes en la criminalización?

—Aquí también han fallado las universidades públicas. Cuando un joven sale del colegio, hablo de la periferia del país, tiene que venir aquí a competir con los jóvenes de la ciudad. Le puedo decir que de mi generación del colegio son contados con los dedos de una mano quienes fuimos los que conseguimos el título [universitario], el resto se quedó rezagado; un compañero, amigo mío, lo mataron por narcotráfico, tenía su residencia en Paso Canoas, salió del colegio, nunca encontró trabajo. Ese es el ambiente que rodea, es decir, vea como se pone a veces la Calle de la Amargura, se va generando como una costumbre [de ambiente criminal], y entonces cuando a un joven se le cierran las posibilidades de ingresar a una universidad, que es la mayor herramienta que tiene este país para educar a la gente, no tiene opciones de empleo bien remuneradas o educación técnica que lo respalde.

La tenencia de armas también es un elemento, todo el tema que se da con los privados de libertad que sacan de la cárcel sin ningún seguimiento y que muchos reinciden. Esto es un problema.

¿Cree usted que en el tema de inseguridad hablamos pesa más la percepción que la realidad?

—Absolutamente. Lo que la prensa divulga, nos hace sentir inseguros. Por ejemplo, cuando en un retén policial encuentran en un carro a dos personas muertas. Esas cosas no se daban en este país. Obviamente esos hechos inciden en la percepción de las personas.

El ejemplo que usted refiere es en el centro del país. Desde su experiencia en la zona fronteriza y periférica, ¿aumenta o es igual esa percepción?

—Sí claro, más. Yo le puedo decir que hay denuncias hechas porque en ciertos comercios en Paso Canoas llegan [asaltantes] a las licoreras llenan sus carros y cuando ven a oficiales de la Fuerza Pública se corren al lado panameño y ahí ya no les pueden hacer nada porque están en territorio extranjero. Si aquí lo vemos en algunos lados [los asaltos], allá lo vemos con más descaro”.

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Fortaleciendo a los gobiernos locales

Otro de los intereses del diputado verdiblanco es trabajar en la descentralización estatal. Sin embargo, antes de compartirles las respuestas de Viales, resulta indispensable aclarar la fundamental diferencia entre descentralizar y desconcentrar el Estado. Mientras la desconcentración apunta a una mayor cobertura gubernamental de sus instituciones en el territorio costarricense, la descentralización se traduce en transferir y crear competencias a los gobiernos locales.

Una mejor explicación la encontramos en un viejo dictamen de la Procuraduría General de la República, en el que se expresa que:

“El ente descentralizado no está sometido a órdenes ni instrucciones en el desempeño de su competencia exclusiva. La relación que lo liga con el Estado, es la llamada "tutela administrativa", que incluye, a lo sumo, una potestad directiva y de contralor, nunca equiparable a la de dictar órdenes o instrucciones”.

¿Cuál cree usted que es la mejor manera de descentralizar las responsabilidades del Gobierno?

—El Partido Liberación Nacional fue un claro impulsor de la ley de transferencias de competencias para los caminos municipales y yo creo que esa es una buena línea y sobre ella debemos continuar. Es decir, nosotros tenemos 82 gobiernos locales con recursos, con maquinaria, y con legitimidad de sus comunidades, pero que muchas veces las competencias las asume el Poder Ejecutivo, como la seguridad, el arreglo de calles, y justo esas competencias son las que se deben potenciar.

¿Qué pasaría si parte de esa seguridad, no solo policial sino también de tránsito, se les diera a las municipalidades? Incluso se podrían maximizar los recursos, porque al tener su jurisdicción local podrían administrar sus recursos de mejor forma.

Otro tema es el de DINADECO. Este país tiene una institución de desarrollo comunal, pero que recibe a todas las asociaciones de desarrollo acá [San José], y esto es más burocracia. Porque hay municipalidades con oficinas de desarrollo comunal, con una gran infraestructura a las que se les podrían dar esos recursos [lo de DINADECO]. A las asociaciones de desarrollo se les hace más fácil trabajar en sus comunidades que venir hasta San José.

O sea, nosotros como país siempre mantenemos el centralismo de las instituciones aquí [San José], y eso repercute enormemente [en las zonas periféricas]. Creo que estas son las acciones para mejorar. Obviamente, esto conlleva una responsabilidad para los gobiernos locales de ser mejores. Y si un gobierno local es exitoso llevando primero estas responsabilidades, creo que luego se les pueden otorgar más.

Por ahora [lo de DINADECO] es una posible idea. Debo investigar más para un posible sustento de proyecto de ley. Pero, conversando con algunas asociaciones de las zonas periféricas, creo que lo verían con muy buenos ojos, de que sea su mismo cantón el que defina su propia política de desarrollo y no una institución aquí en San José. El tema del INDER también. Una institución que maneja todo el tema de desarrollo rural, que tiene muchas tierras, pero sigue habiendo gente sumida en la pobreza porque no tiene su título de propiedad. Pero la institución aquí en San José vela por los intereses de esta gente”.

Esto precisa de una lógica fiscalizadora, porque resulta “más fácil” fiscalizar uno solo [el central] a 82 gobiernos…

—Yo no entraría por satanizar a los gobiernos locales. Es decir, creo que la ciudadanía hace un sistema de contrapesos en la misma municipalidad, ponen a regidores de distintos partidos políticos. Hay un auditor relacionado con la Contraloría [General de la República]. Yo diría que ellos [las municipalidades] tienen sus propios sistemas de control, habría que ver más bien cómo fortalecerlos.

La intensión de empoderarlos para que trabajen es buena. No se trata de decir “bueno, es que ustedes tienen dificultades y son corruptos. No les damos las competencias”, porque son gobiernos locales electos por las personas y sometidos al escrutinio público y así se va generando mayor control.

Ahora hay un proyecto de ley [en la corriente legislativa] para que los refrendos de la Contraloría sean más sencillos. ¿Por qué un refrendo de un gobierno local, que pasa sus presupuestos municipales fiscalizados por la Contraloría, que va a un proceso de licitación, que va al consejo municipal, el auditor lo ve, de feria ir a la Contraloría para otro refrendo? Esas son las prácticas que atrasan la obra pública y que yo creo se deberían simplificar para que las municipalidades sigan avanzando”.

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Sin embargo, esos gobiernos locales son colocados con casi 70% de abstencionismo, el contrapeso fiscalizador no sería muy representativo…

—Mire, eso es todo un tema. Inclusive el Tribunal [Supremo de Elecciones] habló de la necesidad de reducir el abstencionismo en los cantones, pero nosotros no podríamos decir que la gente que no botó está en contra o a favor [del gobierno local electo].

Podríamos incentivar la participación, incluso el mismo Tribunal con campañas para que la gente participe y se informe. Cuando un gobierno municipal tiene muchas competencias a nivel de política y a nivel de desarrollo comunal e infraestructura, considero que el mismo ciudadano va poniendo atención más a la labor criticándola o beneficiándola. Y también vemos municipalidades donde se han dado casos donde la misma gente está atenta, no necesariamente la gente que haya votado en el proceso como en el caso de Pérez Zeledón, yo creo que eso es una buena señal de que la gente está atenta a lo que se realiza en su gobierno local”.

La discusión sobre descentralizar el Estado existe desde la existencia misma de la burocracia. Durante el gobierno de Laura Chinchilla se creó el Ideario sobre descentralización de Costa Rica. Este documento, a cargo del Instituto de Formación y Capacitación Municipal y Desarrollo Local (IFAM) y el Observatorio Nacional para la Descentralización y el Desarrollo Humano Local, de la UNED, recoge distintos argumentos del porqué nuestro país precisa de gobiernos locales más autónomos. Pero, al igual que el diputado porteño, este documento señala que no es solo de crear las competencias, sino de dotar a los municipios de recursos para solventar las necesidades comunitarias.

Según la Contraloría General de la República, durante el año pasado en nuestro país solamente el 2% del gasto público se destinó a los gobiernos locales.

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El joven diputado, podría decirse, cuenta con mayor experiencia legislativa que el resto de diputados menores de 35 años de la presente legislatura. La formalidad que impera en su manera de hablar y en la visión de abordar los temas de su interés, denotan la tradición política que rodea su familia. Aparte de sobrino político del exdiputado Olivier Jiménez, es hijo del Alcalde de Corredores, Carlos Viales Fallas.

Al despedirnos le consulté qué pensaba sobre la recién aprobada Ley de Nepotismo, la cual impide que los diputados contraten a familiares de hasta segundo grado de relación sanguínea. El congresista respondió que está “absolutamente a favor” y agregó que firmó un compromiso partidario de no llevar a su oficina a ningún familiar —por lejano que fuera—.

Sin embargo, recalca que lo que debe primar es la lógica de contratación por idoneidad, “ciertamente se ve mal nombrar a un familiar. En todo caso a mí la ley no me alcanza porque no soy familiar directo [del ex diputado Olivier Jiménez]. Pero, también he dicho que, en espacios de decisión, la familiaridad no es el único criterio que debe prevalecer, sino que esa persona pueda aportar. Por ejemplo, mi caso, mi relación familiar [lejana], no pesó para que me contrataran, fue porque trabajé enormemente, y parte de mi trabajo es hoy una ley de la República que beneficia a mucha gente”.