Un amable suscriptor me envió un desafiante correo ayer, dando a entender que he omitido compartir mi punto de vista en torno al temita del uso de las frecuencias del espectro radioeléctrico. Palabras más, palabras menos, sugería que encontraba sospechoso mi “silencio”. Me pareció simpático. A ver, no he profundizado en el tema porque me parece a) aburridísimo b) poco relevante.