Tres mujeres guanacastecas lideran el proyecto agroecológico de Reserva Conchal, que integra economía circular, producción local y fortalecimiento comunitario.

En la costa del Pacífico Norte de Costa Rica, tres mujeres guanacastecas están transformando la producción agrícola con un enfoque sostenible y comunitario. Filenia, Claudia y Carolina, jefas de hogar de comunidades vecinas, encabezan la Huerta Najui, un proyecto agroecológico de Reserva Conchal, división de hospitalidad de FIFCO, que combina innovación agrícola, liderazgo femenino y economía circular.

La Huerta Najui funciona como un modelo de agricultura que promueve el desarrollo local, la seguridad alimentaria y la participación de mujeres en actividades productivas sostenibles.

Sus cultivos —vegetales, hierbas aromáticas y flores comestibles— abastecen directamente a los restaurantes Neenda, The Westin Reserva Conchal y W Costa Rica – Reserva Conchal, garantizando productos frescos y trazables para la oferta gastronómica del complejo.

El nombre del proyecto, “Najui”, que significa “mujer” en Chorotega, rinde homenaje a las raíces culturales de la zona y simboliza la fortaleza y conexión con la tierra de las mujeres guanacastecas. La iniciativa se alinea con la visión de economía circular de FIFCO, ya que los cultivos utilizan compost generado localmente mediante los residuos orgánicos procesados en el Centro de Valorización de Reserva Conchal.

Durante 2024, la huerta sobresalió por la producción de flores comestibles, desarrolladas en conjunto con Luciana Angulo, estudiante de la Universidad de Costa Rica (UCR) y consultora técnica del proyecto. Esta línea de cultivo alcanzó 4.000 unidades, utilizadas en los menús de los hoteles para potenciar la innovación culinaria.

El equipo también trabaja en nuevas variedades, como la clitoria blanca, y en la ampliación de la casa malla principal, con el fin de aumentar la producción y mejorar las condiciones de control agrícola. Las colaboradoras reciben capacitación continua acompañadas por dos ingenieras agrónomas de la UCR, quienes brindan apoyo técnico y fortalecen las prácticas sostenibles del proyecto.

Para la operación turística, Najui representa un modelo integral que trasciende el cultivo de alimentos. “Najui es mucho más que una huerta: es un ejemplo de cómo la sostenibilidad puede empoderar personas y transformar comunidades. Este proyecto combina liderazgo femenino, prácticas agroecológicas y un enfoque regenerativo, que refleja la visión de turismo responsable y de largo plazo que impulsamos desde nuestra operación”, destacó Gabriela Meza, gerente de Sostenibilidad de Reserva Conchal.

El proyecto también ha generado empleo digno y estable para mujeres de la zona, fortaleciendo su independencia económica y sus habilidades técnicas. Las participantes se capacitan en buenas prácticas agrícolas, manejo de compost, control de plagas, seguridad ocupacional y gestión de cultivos.

Meza agregó que “cada semilla sembrada en Najui representa una oportunidad para regenerar la tierra y el tejido social de Guanacaste. Desde Reserva Conchal creemos en la sostenibilidad como un puente entre el desarrollo turístico y el bienestar humano”.