Comunidad científica coincide en que proteger el 30% del océano para 2030 requiere establecer alrededor de 300 Áreas Marinas Protegidas oceánicas grandes y 190.000 costeras.
Uno de los estudios más completos hasta la fecha sobre tiburones y otros grandes peces depredadores en el océano del Pacífico Este Tropical (PET) revela que las Áreas Marinas Protegidas (AMP) remotas—incluyendo las islas Galápagos, Malpelo, Clipperton y Revillagigedo—albergan algunas de las mayores cantidades de tiburones registradas a nivel mundial, incluyendo al críticamente amenazado tiburón martillo común, mientras que las AMP costeras muestran señales de una grave disminución.
“Las islas oceánicas del Pacífico Este Tropical representan una ventana al pasado, donde los tiburones y los grandes peces depredadores son la norma y no la excepción”, señala el Pelayo Salinas-de-León, investigador principal de la Fundación Charles Darwin y autor sénior del estudio.
Estas áreas ofrecen un vistazo de cómo luce un océano saludable y destacan el papel clave que desempeña la conservación marina en la protección de estos últimos refugios frente a la sobrepesca sistemática”.
El estudio, publicado hoy en PLOS One, fue liderado por investigadores de la Fundación Charles Darwin (FCD), en colaboración con National Geographic Pristine Seas, la Dirección del Parque Nacional Galápagos y otras instituciones regionales de investigación.

El equipo utilizó estaciones de video submarino remoto con carnada (BRUVs) para evaluar tiburones y otros grandes depredadores en siete AMP: cuatro oceánicas (Galápagos, Malpelo, Clipperton y Revillagigedo) y tres costeras (Machalilla, Galera San Francisco e Isla del Caño).
Siguiendo un enfoque similar al de la iniciativa Global FinPrint en otras regiones tropicales del mundo, la investigación cierra una brecha en el conocimiento sobre las poblaciones de tiburones y otros depredadores en el Pacífico Este.
Simon McKinley, autor principal del estudio, comentó:
Las islas oceánicas, como Galápagos y Malpelo, son lugares extraordinarios donde aún prosperan poblaciones excepcionales de tiburones y otros grandes peces depredadores—como jureles, meros y pargos—en un momento en que estas especies están desapareciendo rápidamente en otras zonas”.
Agregó:
Las Áreas Marinas Protegidas a su alrededor, combinadas con su ubicación remota, brindan protección a las comunidades marinas frente a prácticas de pesca insostenibles, permitiendo que los animales vivan sus vidas naturales en gran medida sin perturbaciones".
Crédito: Pelayo Salinas.
Otros hallazgos
El estudio reveló que las AMP de islas oceánicas mantienen comunidades de peces saludables, con abundancia de depredadores en todos los niveles tróficos. En Clipperton, por ejemplo, la mayoría de tiburones de Galápagos observados eran juveniles, lo que indica que esta isla funciona como una importante zona de crianza.
En contraste, otras islas oceánicas presentaron tiburones adultos de mayor tamaño, lo que sugiere que operan como áreas de alimentación o agregación reproductiva. Estas diferencias demuestran cómo distintas AMP cumplen funciones complementarias dentro de una red regional que protege múltiples etapas de vida de especies como los tiburones.
Crédito: Pelayo Salinas.
El documento mostró también variaciones entre comunidades de depredadores según la ubicación geográfica. Factores como corrientes oceánicas, temperatura y disponibilidad de alimento influyen en qué especies predominan.
El tiburón martillo común —en peligro crítico de extinción— se registró con mayor frecuencia en las AMP del sur, como Galápagos y Malpelo; mientras que el tiburón punta plateada, catalogado como vulnerable, fue más común en las AMP del norte, como Revillagigedo y Clipperton.
Estos patrones confirman que cada AMP alberga ensamblajes únicos y requiere estrategias de manejo adaptadas a sus condiciones ecológicas.
En contraste, las AMP costeras mostraron señales de ecosistemas degradados: pocos depredadores grandes y baja abundancia de peces.
Los científicos atribuyen esto a una práctica conocida como “pesca hacia abajo en la cadena alimentaria”, donde la sobreexplotación primero elimina a los depredadores y, con el tiempo, obliga a pescar especies cada vez más pequeñas hasta su agotamiento.
“La presencia casi inexistente de tiburones en estas AMP costeras es alarmante”, advirtió McKinley, señalando que incluso dentro de áreas protegidas muchas especies han sido explotadas de forma insostenible.
Crédito: Pelayo Salinas.
Actualmente existen más de 77 AMP designadas en México, Costa Rica, Panamá, Colombia y Ecuador, pero con niveles de protección muy variados. Muchas permiten la pesca y otras actividades extractivas, lo que limita su capacidad de recuperación.
Para Enric Sala, explorador en Residencia de National Geographic, el mensaje es claro:
Las reservas marinas estrictamente protegidas son la herramienta más efectiva para recuperar la vida marina; las AMP mínimamente protegidas no cumplen lo que prometen”.
La investigación se realizó mediante expediciones científicas en el Pacífico Este Tropical junto a organizaciones locales como la Fundación Malpelo, Pelagios Kakunjá, Osa Conservation y el Ministerio de Ambiente de Ecuador, con el apoyo de Pristine Seas.
A nivel global, menos del 10% del océano cuenta con alguna protección y solo el 3% está altamente protegido. La comunidad científica coincide en que proteger el 30% del océano para 2030 —la Meta 30x30— requiere establecer alrededor de 300 AMP oceánicas grandes y 190.000 AMP costeras.




