La publicación analiza el estado actual del espacio peatonal y propone lineamientos ilustrados para orientar obras públicas y privadas hacia aceras más accesibles y seguras.

El Colegio de Arquitectos de Costa Rica (CACR) presentó la guía Experiencia de uso de la acera, un documento elaborado por su Comisión de Urbanismo que busca orientar a profesionales, instituciones y ciudadanía en la creación de aceras más seguras, continuas y accesibles en el espacio público costarricense.

La publicación está dirigida a profesionales de arquitectura, funcionarios públicos y privados, y a personas usuarias del entorno urbano, con el objetivo de fomentar diseños que prioricen el orden, la seguridad y la accesibilidad en el derecho de vía.

“Este trabajo refleja la mirada integral de la arquitectura y el urbanismo hacia la construcción de ciudades más humanas, inclusivas y seguras […] Esta guía invita a reflexionar, proponer y actuar”, señaló la presidenta del CACR, Dania Chavarría.

El coordinador de la Comisión de Urbanismo, John Odio, afirmó que “la acera conforma un espacio público vital donde se desarrolla la vida: caminar, socializar, comprar, descansar y acceder a servicios”, destacando que un diseño adecuado mejora la seguridad, la accesibilidad y la conectividad.

Análisis del espacio peatonal

La guía incorpora una propuesta gráfica para facilitar la comprensión del espacio peatonal y detalla cuatro planos que conforman la experiencia del usuario:

  • La franja peatonal, correspondiente a la superficie transitada.
  • La calle, donde se ubican postes, señalización, arbolado y otros elementos verticales.
  • Las fachadas, punto de transición entre lo público y lo privado.
  • El dosel, conformado por balcones, techos, rótulos, árboles y elementos superiores.

Según el documento, estos planos permiten analizar la relación entre el entorno construido y la movilidad peatonal.

Necesidad de mejorar la infraestructura peatonal

El CACR advierte que las condiciones de muchas aceras en el país generan desafíos de accesibilidad, seguridad y continuidad en el espacio público. El análisis subraya la importancia de fortalecer la planificación urbana, aplicar la normativa vigente —incluida la Ley 9976— y reorientar el diseño hacia una movilidad centrada en las personas.

Guía plantea acera como “infraestructura de la democracia vial”

La guía sistematiza el marco legal aplicable —entre ellos la Ley de Movilidad Peatonal, la Ley 7600 y normas técnicas INTE— y plantea que el estado de las aceras no puede reducirse a un problema de mantenimiento, pues su ausencia o deterioro incide en el libre tránsito, la accesibilidad y la seguridad de las personas usuarias, especialmente de quienes tienen alguna discapacidad.

El documento también recuerda que las personas propietarias deben construir y mantener la acera frente a sus inmuebles, mientras que las municipalidades son garantes del espacio público: si el propietario no cumple, el gobierno local está facultado para ejecutar la obra y luego realizar el cobro correspondiente.

Además, la guía propone estándares mínimos de diseño, entre ellos:

  • Ancho libre de circulación desde 1,5 metros.
  • Ausencia de obstáculos y continuidad en toda la ruta peatonal.
  • Materiales antideslizantes y señalización podotáctil cuando corresponda.
  • Eliminación del parqueo frontal que invade la acera.
  • Reducción de velocidad vehicular para priorizar la movilidad peatonal.

La publicación completa puede consultarse y descargarse aquí.

El Colegio señala que mejorar la infraestructura peatonal implica no solo intervenciones físicas, sino también una transformación cultural que promueva ciudades más inclusivas y con mayor calidad de vida.