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Charities Aid Foundation (CAF) a través de su Informe Mundial de Donaciones, coloca a Costa Rica dentro de los 119 países más generosos del mundo. Con datos muy interesantes como estar en la posición 43 en el ranking general; en el puesto 6 para donaciones a extraños o causas no conocidas, en número 60 de donaciones en efectivo y en la posición 66 en cuanto al voluntariado. Otro dato también muy relevante es que las tres primeras áreas de mayor donación son para niñez, alivio de la pobreza y causas religiosas.

Esta información permite identificar que Costa Rica y sobre todo sus habitantes cuentan con intenciones de solidaridad y construcción del bienestar social. Sentimiento que se hace muy ventajoso para un sector de las organizaciones no gubernamentales, ya que la mayor intención va para causas de niñez.

Ahora bien, aun en medio de estas ventajas, los retos a los que se enfrentan las organizaciones con misiones específicas hacia la niñez y adolescencia en Costa Rica son reales y cada vez con impactos muy significativos en sus operaciones.

Para Roblealto, aún en medio de su experiencia y posición en el país como organización con 94 años de existencia, no es ajena a estos retos. Cómo sostener una operación que da acompañamiento a más de 900 niños, niñas y adolescentes y sus familias en medio de retos financieros y sociales, sigue siendo una causa que convoca mucho trabajo, esperanza y fe.

La CAF también plantea estadísticas globales que no son ajenas a la realidad de las organizaciones en Costa Rica. Por lo que la financiación sigue siendo el principal desafío para las organizaciones, ésta enfocada a la sostenibilidad financiera, mayor competencia por la financiación y equilibrio entre financiación restringida y no restringida (es decir el grado de libertad que tiene una organización para usar los fondos recibidos). Además de las preocupaciones operativas, formar equipos sólidos, satisfacción de la demanda de servicios, definición de líneas de acción y aspectos de tecnología.

La realidad social de nuestro país también supone retos a la hora de ofrecer servicios a la población en condiciones de vulnerabilidad. Las personas que hemos trabajado en este sector por años vemos como las situaciones que enfrentan los niños, las familias y las comunidades cada vez son más complejas.

La pobreza, desigualdad, violencia, desempleo, estrés, salud mental, debilidades en el ejercicio de la parentalidad, trauma complejo a temprana edad son algunos de los factores de riesgo que encontramos y que requieren cada vez más de servicios especializados.

Las ahora llamadas familias multiproblemáticas, aquellas que presentan de forma simultánea una multiplicidad de problemas que afectan a sus miembros, limitando su capacidad para funcionar de manera autónoma y satisfacer necesidades básicas. Requieren un acompañamiento oportuno, cercano y con miras a largo plazo, dado la persistencia de sus problemáticas que generan desorganización y disfuncionalidad en el sistema familiar.

En el centro de todo esto se encuentra el niño o la niña. Muchos de ellos con experiencias adversas, abrumadoras, angustiantes o atemorizantes que terminan en trauma psicológico. Experiencias derivadas por la negligencia, el​ abandono, ​ el abuso sexual, emocional y físico, acercamiento a contextos o dinámicas violentas; todo esto ha causado desorganización emocional, conductas desafiantes y altamente violentas en muchos de los niños y niñas que atendemos. La carga del trauma, del dolor y el sufrimiento lo llevan ellos y también todos aquellos que los acompañamos.

Organizaciones que tenían el título de “especialistas”, parecieran ser del pasado y ahora nos encontramos con la atención diaria de niños, niños y adolescentes en estas condiciones. Algunos de ellos nos atraviesan y sentimientos de impotencia o desesperanza podrían aflorar, más sin embargo en Roblealto nos sigue moviendo la convicción profunda de que cada niña, niño y adolescente merece la construcción de nuevos caminos, un futuro que se vislumbra con esperanza, rodeado de personas que crean en su potencial y los acompañen.

Es así como los retos cobran otro sentido desde el lente de la esperanza, de la confianza en su poder de resiliencia. Son muchos los testimonios de hombres y mujeres que Roblealto pudo acompañar en su niñez, que dan cuentan de cómo se pueden superar las circunstancias más difíciles, construir una nueva historia y transitar nuevos caminos.

Que Costa Rica siga siendo un pueblo generoso en la causa de la niñez y cada vez más personas se unan a la gran familia de Roblealto para juntos desde el lente de la esperanza construir oportunidades, herramientas y un abrazo cálido a la niñez en vulnerabilidad.

Para obtener más información sobre cómo colaborar con esta misión, puede visitar www.roblealto.org o escribir al correo [email protected]. Su apoyo puede marcar una diferencia significativa en la construcción de un mejor futuro para la niñez en condición de vulnerabilidad.

Escrito por: Escrito por Marcelle Romero Monge. Psicóloga y directora ejecutiva de los Programas de atención de la niñez de la Asociación Roblealto.