Si bien el acto delicitivo sufrido por la diputada Ada Acuña es lamentable, lo es aún más el bochornoso papelón del diputado Alexander Barrantes el domingo en un parqueo de la capital.

Por si fuera poco, y como si se tratase de una competencia, con el fin de ver quién puede dejar la peor impresión ante la ciudadanía, sale a la luz la denuncia de un caso de abuso sexual en contra de Fabricio Alvarado.

Acá hablamos pero no juzgamos, allá cada quién con sus conciencias y la cuentas las tendrán que rendir tarde o temprano a la ciudadanía, la justicia y su Dios.

Lo que si me parece inaceptable y severamente indignante, al punto de atreverme a escribirles al respecto, son las vergonzosas intervenciones en plenario el día de ayer, 8 de octubre del 2025.

Me parece increíble que un partido político, cuya ideología está basada en la religión, la biblia y el amor al prójimo, sea capaz de verbalizar insultos de semejante calibre hacia un compañero de trabajo, yo me pregunto que hubiera hecho Jesús.

A uno que le gusta el control político, disfruta del antagonismo que se genera en el plenario, no obstante es inaceptable que el dinero de todos los costarricenses se vea desperdiciado en espectáculos tan grotescos, donde reina el odio, el egocentrismo y se deja de lado lo que realmente importa, que es el bienestar del país.

Me parece de muy mal gusto escuchar a un diputado invitar a sus compañeros a abandonar el país si no están de acuerdo con su línea de pensamiento, pareciera que el límite geopolítico de este señor llega hasta el Río Grande, y no se da cuenta lo que pasa en tras latitudes como en Gaza, o las masivas deportaciones de Estados Unidos sufridos por nuestos hermanos y hermanas latinoamericanas.

Es apabuyante (parafraseando a nuestro señor presidente), que en ese plenario se politice e instrumentalice el dolor de una victima de abuso sexual y de su familia, y utilizarlo como caballito de batalla con el único fin de conseguir su cuarto de hora y pavonearse con su medalla de defensor de los derechos humanos.

Como aficionado a las artes marciales mixtas, he visto mucho más respeto, empatía y compañerismo hacia el oponente en una pelea de la UFC que lo hoy visto en el plenario.

Claramente lo de hoy es algo para dejar en el olvido y ojalá que no se repita , sin embargo me parece que deberían de existir consecuencias a nivel de reglamento, en donde al menos no se les reconozca esa dieta a los diputados que incurran en ese tipo de comportamientos. No lo encuentro justo para los demás diputados, ni mucho menos para el pueblo de Costa Rica.

Me despido haciendo un llamado a la calma, la prudencia y el respeto, no caigamos en la retórica del Mercado Borbón que nos han venido recetando desde hace casi cuatro años.

Este artículo representa el criterio de quien lo firma. Los artículos de opinión publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de este medio. Delfino.CR es un medio independiente, abierto a la opinión de sus lectores. Si desea publicar en Teclado Abierto, consulte nuestra guía para averiguar cómo hacerlo.