La británica estuvo en Costa Rica en diferentes años.

El pasado 1 de octubre recibimos la triste noticia de que la famosa etóloga, conservacionista y mensajera de la paz, Jane Goodall, falleció a sus 91 años. El internet se llenó de sus fotos icónicas compartiendo con chimpancés y de artículos en su memoria.

Tras una breve búsqueda en Google encontramos que la británica estuvo en Costa Rica en diferentes años. 

Hace casi dos décadas, en 2007, una visita inesperada la llevó a Guanacaste. Jane Goodall fue al calor tropical y, sin saberlo, encendió la chispa que impulsaría a la organización Salvemonos, pionera en la protección del mono congo en Costa Rica.

Dato D+: El Mono Congo (Alouatta palliata) es una de las cuatro especies de monos que habitan los bosques del país. Esta especie en Costa Rica se encuentra en peligro de extinción y sus poblaciones actualmente continúan en descenso con alrededor de 36.000 individuos para todo el territorio nacional, según la organización Somos Congos.

El día que Jane llegó a Guanacaste

“Fue un milagro”, cuenta a Delfino.cr la argentina Patricia Sterman, cofundadora de la ONG junto a la italiana Simona Daniele. 

Goodall había llegado al país para presentar su programa educativo global Roots & Shoots, enfocado en despertar la conciencia ambiental en jóvenes. En su agenda, no estaba planeada una visita a la provincia del Pacífico nacional, pero una señora de Tamarindo que estaba conectada con ella la convenció a que se acercara a dar una charla a una escuela privada de la zona.

Patricia y Simona lograron asistir e incluir a niños y niñas de escuelas públicas y aprovecharon la oportunidad para presentar su proyecto, que apenas daba sus primeros pasos, en un momento en que hablar sobre la electrocución de monos no era un tema de gran interés.

Simona (blusa negra) y Patricia (blusa celeste) lograron conocer a Jane Goodall en una visita de la británica en 2007. Fotografía: Cortesía.

"Cuando vino Jane Goodall presentamos nuestro primer puente", es decir el primer paso de fauna colocado por la organización y posiblemente uno de los primeros en todo el país.

Ese día, Goodall firmó camisetas de la organización que se vendieron todas en cuestión de horas.

"Con lo recaudado, unos 700 dólares, que en ese momento era muchísimo, compramos material para nuevos puentes. De ahí nació lo que hoy sigue siendo nuestro programa principal”, recuerda Simona.

Sobre su interacción con las personas ese día dicen que fue difícil ya que había por lo menos 500 personas, además, en ese momento Jane no hablaba español, entonces había una brecha entre los asistentes y ella.

Ella ese día subió al escenario y contó su historia de cómo fue una mujer pionera en salir de Inglaterra con rumbo a África para estudiar a los chimpancés con enfoques innovadores para la época (inicios del año 1960).

Lea el artículo de National Geographic: Jane Goodall, una vida dedicada a los chimpancés

Jane Goodall compartió con niños y niñas de escuelas públicas y privadas de Guanacaste en esa visita. Fotografía: Cortesía.

De un puente de cabuya a una red de esperanza

El primer paso aéreo de fauna fue simbólico… y un fracaso técnico. “El puente era de mecate de cabuya, bellísimo, pero con la lluvia se llenaba de agua, se volvía pesado y terminó siendo peligroso”, recuerdan las encargadas de la ONG entre risas.

Con el tiempo, las fundadoras reemplazaron los materiales naturales por otros más resistentes y desarrollaron un modelo verde, diseñado especialmente para los monos congo, que distinguen colores igual que los humanos.

Encontramos la forma de que el puente sea completamente verde, para que los animales lo reconozcan y lo diferencien del cableado eléctrico. Es un pequeño gran detalle que salva vidas".

Hoy, los pasos de fauna cruzan carreteras, ríos y urbanizaciones en toda Costa Rica, pero Simona y Patricia no olvidan que ese día Jane las felicitó y les deseó suerte para el camino.

Patricia agrega:

Para mí fue una emoción enorme. Yo me lo acuerdo como un día super especial. Para nosotras, Jane es una gran inspiración de que cuando uno se propone algo, lo logra. Que la mejor manera es educando, enseñando, mostrando porque esa era su manera".

Patricia aprovechó para pedir a Jane Goodall que firmara su camisa. Fotografía: Cortesía.

Del impulso de Jane a un movimiento nacional

Lo que empezó como una idea local hace 21 años se convirtió en una red de acción. Después de la visita de Jane, el proyecto se hizo conocido en todo el país. Ahora hay Salvémonos en varias partes de Guanacaste. Patricia agregó:

A través de ese día pudimos dar a conocer a todo el mundo nuestro ideal de proteger el mono Congo que todavía no estaba en riesgo de extinción. En el 2018 fue declarado en vía de extinción. Así que ella fue la que nos dio el impulso. Gracias a que Jane nos ayudó a hacer nuestro proyecto más público y como que lo sacó de Guanacaste hacia todo Costa Rica".

Esa persistencia por salvar a los monos congo llevó a las fundadoras a tener acercamientos con el Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) y el Instituto Costarricense de Turismo (ICT). En parte, gracias a su insistencia, se creó una comisión permanente de prevención de muertes de fauna por líneas eléctricas, que hoy sigue funcionando.

“Costa Rica produce energía limpia, pero la distribución sigue matando animales. Si queremos ser un país verde, tenemos que serlo de verdad”, aseguró Simona.

Jane Goodall vino a Costa Rica en 2007 a presentar uno de sus proyectos. Fotografía: Cortesía.

Desde enero de 2024 el país cuenta con el Decreto Ejecutivo 44329 que establece responsabilidades para entidades públicas y privadas del sistema eléctrico en la prevención y mitigación de electrocuciones. Aunque su aplicación real es cuestionada.

Dato D+: En 2004, preocupadas por la muerte masiva de monos por electrocución en Guanacaste, Simona Daniele y Patricia Sterman decidieron no quedarse calladas y donaron fondos y tiempo para iniciar un proyecto que les permitió construir los primeros doce puentes para la vida silvestre. Así nació Salvémonos Tamarindo.

Una inspiración

Con su larga experiencia, las fundadoras de Salvémonos siguen recibiendo llamadas diarias por animales heridos. Cada caso, dicen, es una historia que las impulsa a seguir.

“Jane Goodall nos enseñó que hay que insistir. Que si creés en algo, lo seguís hasta el final”, dice Patricia. Por su parte, Simona afirma que la primatóloga les "enseñó que la diferencia la hace cada persona. Por eso seguimos aullando, como dice nuestro lema”.

El Mono Congo (Alouatta palliata) es una de las cuatro especies de monos que habitan los bosques del país. Foto: Salvemonos.

Ellas estiman que en Tamarindo y Playa Langosta, Salvémonos ha logrado reducir en más del 40% las muertes por electrocución y se enorgullecen de la labor realizada. 

Para finalizar, cuentan con emoción que en su sitio web tienen una frase de Jane que dice: "Cada individuo marca una diferencia y si todos nos unimos, podemos marcar una gran diferencia". Resume un poco el proyecto que sacan adelante, ya que, más allá de lo logrado, el fin es concientizar a las personas para poder proteger a la naturaleza.

Dato D+: La Nación documentó otras visitas de Jane Goodall al país en 2004 y en 2015 en sus artículo Jane Goodall, investigadora de primates: “Sin plantas, no existirían los animales” y Defensora de chimpancés, invitada especial en Costa Rica.