Informe concluye que jornadas de 12 horas podrían afectar negativamente la participación laboral de las mujeres.

El Observatorio Económico y Social (OES) de la Escuela de Economía de la Universidad Nacional de Costa Rica (UNA) presentó un análisis de dinámicas laborales en el país desde el periodo pre-pandemia (2019) a la fecha. El estudio hace referencia a una serie de indicadores que cayeron desde 2020, se intensificaron con la pandemia y que, año con año, han mostrado una recuperación, sin llegar a recuperar el avance obtenido antes de la aparición del COVID-19. El estudio fue presentado por Roxana Morales, coordinadora del OES, junto con el académico Fernando Rodríguez de la misma instancia.

Entre los principales resultados encontrados, el estudio destaca que la población fuera de la fuerza de trabajo (quienes no tienen interés en trabajar o tienen alguna limitación o se sienten desalentados) se incrementó en un 32% en seis años (+467.032 personas). Sobre la población fuera de la fuerza de trabajo, el estudio destaca que por edad un 75% corresponde a personas que tienen 60 años o más (352.758), y por género mayoritariamente son mujeres (1.205.069) más que hombres (719.892).

Sobre las principales razones que llevan a una persona a estar fuera de la fuerza de trabajo, un 29% cita por ser “muy anciana” y un 26% “por obligaciones familiares como atender la casa, niños u otras personas”. El estudio añade:

En los últimos seis años la cantidad de personas fuera de la fuerza de trabajo por obligaciones familiares creció un 54%, mientras que aquellas que dejaron de trabajar por razones asociadas con la edad avanzada aumentaron un 179%. Esta tendencia refleja cambios demográficos y sociales significativos, con impacto directo en la participación laboral y en la sostenibilidad de los sistemas de seguridad social”.

El observatorio destacó que, del total de mujeres fuera de la fuerza de trabajo un 40% cita las obligaciones familiares como la razón principal, frente a los hombres que mencionan este factor solo en un 3%.

Según el informe, la caída en la tasa de desempleo que ha registrado el país, no debe entenderse como que el país ha generado más empleos, ya que más bien en estos seis años el porcentaje de personas ocupadas se redujo en un 6,2%.

El informe destaca que la reducción en la cantidad de personas ocupadas en el país se explica, en gran medida, por la disminución de empleos en ocupaciones que requieren bajos niveles educativos.

De esta manera, actividades como agricultura, ganadería y pesca perdieron hasta 67 mil puestos laborales en el periodo analizado, mientras que la construcción redujo casi 46 mil plazas. El sector de la industria manufacturera creció en 5.833 puestos, el de transporte y almacenamiento en 9.866 y el de actividades administrativas en más de 43 mil.

La investigación añade:

Tras la pandemia, la generación de empleo se ha concentrado principalmente en ocupaciones de alta calificación; es decir, aquellas que requieren un nivel educativo avanzado, ya sea técnico o universitario. En paralelo, durante este mismo periodo se ha observado una disminución en el número de trabajadores en ocupaciones de calificación baja y media”.

Un aspecto positivo es que la participación femenina, tanto en la educación superior como en el mercado laboral ha mostrado un crecimiento sostenido en los últimos años. Entre la población ocupada que cuenta con estudios superiores las mujeres representan un 52.5%.

En términos de formalización, el país muestra avances en los seis años de análisis. La informalidad se redujo en 10,5 puntos porcentuales, lo que representa a 123.558 personas que cotizan al sistema de seguridad social. En cuanto al subempleo (ocupados que trabajan menos de 40 horas por semana) también se registró una disminución significativa al pasar de un 10%, en el 2019, a un 3.1% en el 2025.

Sin embargo, según el informe, la situación no luce alentadora para la población joven y las mujeres:

Quienes tienen entre 15 y 24 años representan el 36% del total de desempleados. La situación más crítica en este rango de edad lo tienen las mujeres con un 29.6%”.

El informe añade:

Estas cifras reflejan la necesidad urgente de políticas públicas diferenciadas por edad, género y territorio, que promuevan la inserción laboral juvenil y reduzcan las brechas de acceso al empleo”.

El estudio también encontró que un 20,7% de la población entre 15 y 24 años (146.258 personas) no estudia ni trabaja.

Finalmente, en el análisis de los ingresos, se destaca que hubo un incremento de 18,6% de lo que perciben las personas ocupadas, motivado por la reducción del subempleo, la creación de puestos de trabajo de alta calificación y la eliminación de puestos de baja remuneración. El informe añade:

Aunque, en promedio, las mujeres ganan más en cargos de dirección y gerencia, en labores menos especializadas reciben hasta un 18% menos de salario en comparación con los hombres".

En virtud del análisis y sus resultados, los investigadores plantean su tesis con respecto al proyecto de ley de jornadas de 12 horas, conocido como 4x3, que se discute en la Asamblea Legislativa:

Su implementación podría afectar negativamente la participación laboral de las mujeres, al profundizar las barreras estructurales vinculadas con las responsabilidades de cuidado”.

El informe concluye que la extensión de la jornada diaria restringe las posibilidades de acceso y permanencia en el empleo en condiciones de equidad, sobre todo en un contexto de envejecimiento poblacional que incrementa la demanda de cuidados y agrava las desigualdades de género en el ámbito laboral.