La historia del Queso Turrialba es la historia de un pueblo. En Santa Cruz, en la zona alta del cantón de Turrialba, la producción láctea no es solo una actividad económica: es un símbolo cultural que ha marcado la identidad de toda una región y que, por más de 160 años, ha sido el orgullo de familias productoras que han heredado sus saberes de generación en generación.
Nacido del esfuerzo de los primeros migrantes españoles que introdujeron la práctica en el siglo XIX, el Queso Turrialba se consolidó como un producto emblemático de la gastronomía costarricense. Su sabor único y autenticidad lo han convertido en un referente dentro y fuera del país, llevando consigo la memoria de un trabajo campesino que ha sabido adaptarse sin perder su esencia.
En ese camino destaca la Finca Agropecuaria de Altura, un proyecto familiar que durante más de cuatro décadas ha defendido y proyectado la tradición. Dirigida por Froilan Ramírez Quirós, quien desde los 12 años aprendió el oficio junto a su padre, Godofredo Ramírez Calvo, la finca ha evolucionado de la producción artesanal de queso a la venta de leche de alta calidad destinada a la elaboración de queso con Denominación de Origen (DO).
Hoy, esa leche producida en Santa Cruz da vida a quesos que llegan a las góndolas de cadenas como Automercado y Walmart, garantizando que el sabor auténtico del Turrialba se disfrute en hogares de todo el país. Esta transición estratégica no solo ha fortalecido el negocio familiar, sino que también ha contribuido a consolidar la presencia del Queso Turrialba en el mercado nacional.
El respaldo de instituciones como el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y la Fundación Costa Rica-Estados Unidos para la Cooperación (CRUSA) ha sido vital para dar sostenibilidad al proyecto de certificación de los productores, brindando apoyo en innovación, acceso a mercados y capacitación. A su vez, la labor de la Asociación Consejo Regulador de Origen Queso Turrialba ha asegurado que el valor cultural y la calidad del producto se mantengan intactos frente a los retos de la modernidad.
La historia de la familia Ramírez Zúñiga refleja no solo el esfuerzo individual de un productor, sino el papel colectivo que cumplen cientos de familias lecheras de la zona alta de Turrialba. Froilan, junto a sus hijos Jefferson, Froilan, Gregory, Maureen y Jarol, ha demostrado que la unión familiar y el compromiso con la tierra pueden transformar comunidades, preservar tradiciones centenarias y, al mismo tiempo, generar oportunidades de desarrollo económico y social.
En tiempos en que la producción agrícola enfrenta grandes desafíos, ejemplos como el de la Finca Agropecuaria de Altura y otras más nos recuerdan la importancia de reconocer y valorar a quienes sostienen los pilares de nuestra identidad cultural.
El Queso Turrialba no es únicamente un producto con denominación de origen. Es parte de la historia viva de Costa Rica. Reconocerlo y apoyarlo es, en última instancia, reconocer el trabajo incansable del sector agro productor lechero del país, que día a día sostiene con esfuerzo y dignidad nuestra seguridad alimentaria. Respaldar a nuestros productores no es solo una acción de justicia, es también un compromiso con nuestra identidad nacional y con el futuro de nuestras comunidades rurales.
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