La acelerada urbanización, el uso de agroquímicos y el cambio climático afectan a estos insectos.

Posiblemente haya escuchado en los últimos días que la población de abejones de mayo en el país no es la misma que años atrás, pero ¿es cierta esta afirmación?

Andrés Arias Paco, biólogo de la Universidad de Costa Rica (UCR) y curador de la colección científica del Museo de Insectos de la Escuela de Agronomía de ese centro de estudios, afirmó que es evidente que conforme pasan los años cada vez se ven menos escarabajos, o abejones de mayo, comparado con décadas atrás.

Fotografía: Laura Rodríguez

¿Hay evidencia?

A nivel internacional sí. El científico detalló que una investigación divulgada en el 2020 por la Insect Conservation and Diversity, documentó una reducción significativa de escarabajos, polillas y tricópteros en Países Bajos.

Por su parte, en el 2020 la revista científica Annual Review of Entomology también dio a conocer un estudio que registraba menores cantidades de escarabajos a nivel global.

Arias Paco mencionó que, en Costa Rica, todavía no hay estudios científicos para afirmar de manera contundente una disminución de uno de los géneros de abejones de mayo más predominantes en el país, como lo es Phyllophaga.

No obstante, considera que al analizar el comportamiento internacional, el país sí podría estar presentando una tendencia similar a esa reducción global. La percepción toma fuerza con las muchas anécdotas de personas y científicos que han manifestado una disminución notoria en la cantidad de abejones de mayo.

La UCR precisó que Ricardo Murillo, biólogo de la UCR, proyectó que las poblaciones de abejones de mayo posiblemente disminuyeron en el país entre un 90 % y 95 % en los últimos 40 años.

Ante esto Arias Paco comentó:

Por rigor científico, no puedo dar una cifra actual y exacta de cuánto han disminuido, porque no se han hecho estudios a lo largo del tiempo que demuestren cómo se han comportado las poblaciones de abejones de mayo y en qué porcentaje se han reducido. Sin embargo, sí hay muchas anécdotas de varios científicos y personas que expresan que sí perciben una disminución".

Andrés Arias resguarda ejemplares de abejón de mayo con meticulosa precisión. Fotografía: Laura Rodríguez

Pérdida de hábitats

En Costa Rica hay alrededor de 430 especies distintas de abejones de mayo. Esto hace aún más complejo estudiar el fenómeno.

Arias identifica varios factores que podrían estar contribuyendo a esta reducción. El más inmediato y de mayor peso sería la acelerada urbanización, que destruye el hábitat subterráneo vital para estos insectos, ya que pasan el 92 % de su vida bajo tierra. El reemplazo de vegetación por concreto afecta directamente su ciclo de vida.

El segundo factor relevante es el uso intensivo de agroquímicos, especialmente nematicidas. Estos no solo eliminan a las larvas que podrían considerarse plagas en cultivos, sino que también dañan a otras especies no dañinas en áreas colindantes.

También señala que el cambio climático, particularmente las alteraciones en los patrones de lluvias, puede desincronizar el ciclo de emergencia de los abejones, ya que estos dependen de los primeros aguaceros para salir a la superficie.

Además, Arias Paco indicó que la contaminación lumínica afecta su orientación, reduce su capacidad de reproducirse y aumenta su vulnerabilidad a depredadores. Aunque algunas especies son más resistentes y se adaptan a entornos urbanos, la mayoría habita en bosques y es más susceptible a los cambios ambientales.

En cuanto al ciclo de vida, el investigador de la UCR explicó que los abejones adultos emergen tras las primeras lluvias, se reproducen y depositan huevos en el suelo. Sus larvas cumplen funciones ecológicas clave como descomponer materia orgánica y enriquecer el suelo, además de contribuir a la filtración del agua. Asimismo, algunas especies también participan en la polinización de plantas como la guanábana.

Finalmente, subrayó la importancia ecológica de los abejones de mayo: son alimento para aves y otros animales, polinizadores especializados y mejoradores de suelo. Una disminución en sus poblaciones podría afectar negativamente las redes tróficas, la fertilidad del suelo y la reproducción de ciertas plantas, añadió el experto.