
Iniciativa de la Universidad Nacional busca mejorar la calidad de vida de personas con esta enfermedad neurodegenerativa.
Como parte de las tareas ejecutadas por el proyecto Actividad física para el envejecimiento saludable de la Escuela de Ciencias de Movimiento Humano y Calidad de Vida (Ciemhcavi) de la Universidad Nacional (UNA), se desarrollan acciones orientadas a mejorar la calidad de vida de personas adultas mayores, especialmente aquellas que padecen Alzheimer. Una de las estrategias científicamente comprobadas para su tratamiento es el ejercicio físico.
Luis Solano, académico de Ciemhcavi, explicó que el Alzheimer es una enfermedad no transmisible, neurodegenerativa e irreversible que afecta las funciones cognitivas. Esta condición perjudica principalmente a personas adultas mayores de 65 años en adelante y representa una carga creciente para los sistemas de salud pública, tanto en Costa Rica como en el resto del mundo.
Solano comentó que, en el marco de una atención integral al paciente con Alzheimer, se ha evidenciado el potencial del ejercicio para disminuir la tasa de deterioro cognitivo. “En Costa Rica, se estima que más de 30.000 personas padecen esta enfermedad y para 2050 superaría las 150.000. De ahí la necesidad de generar estrategias de prevención, diagnóstico temprano y atención integral para las personas que padecen este mal”, señaló.
El académico agregó que la actividad física se asocia con una menor incidencia de demencias en general, incluido el Alzheimer. Este efecto ha sido observado de forma consistente en distintos estudios, dada la capacidad del movimiento humano como factor protector en el estilo de vida.
Adultos en movimiento
Solano detalló que tanto el ejercicio aeróbico como el combinado (que incluye actividades aeróbicas y anaeróbicas) contribuyen a mejorar las tareas de la vida diaria. “Los ejercicios se pueden hacer en gimnasios o clínicas, incluso en el hogar; de hecho, las actividades en el hogar son seguras, efectivas y retrasan en buena forma el declive cognitivo. Además, pueden mejorar algunos cambios conductuales en personas adultas mayores con demencia”, subrayó el especialista.
Recalcó que los ejercicios no requieren de equipo sofisticado. Por ejemplo, en el caso del ejercicio aeróbico, las personas mayores con Alzheimer pueden caminar, bailar o hacer spinning a una intensidad moderada durante 30 minutos por sesión, dos a tres veces por semana, en días no consecutivos. En cuanto a los ejercicios de fuerza, pueden levantar pesas libres, usar bandas elásticas o realizar sentadillas con su propio peso corporal. También se recomienda trabajar el equilibrio mediante ejercicios de balance estático y dinámico.
Solano puntualizó que estas recomendaciones pueden ser un factor coadyuvante en el abordaje integral del Alzheimer. No obstante, será necesario realizar más investigaciones a futuro para definir con mayor precisión las cargas de trabajo físico más efectivas para esta población.